Libertad, el sueño eterno. Prohibido prohibir

Sigamos buscando, llegará. Todo lo que se ansía con pasión se alcanza.
¿Libertad para qué? ¿Por qué estamos discutiendo sobre libertad en una sociedad que prohibe lo que no les conviene a quienes tienen el poder en sus manos? ¿Tienen acaso ellos libertad para prohibir? ¿Quién se la ha otorgado? Nosotros los ciudadanos con derecho a voto
¿Libertad para prohibir lo que les da miedo? ¿Les da miedo porqué no les conviene o por qué es dañino para la sociedad? Se trata de un dilema casi trabalenguas. En un país libre, al menos así se proclama el nuestro, en lugar de tomar el camino directo salimos, como de costumbre, por la tangente: prohibido fumar, prohibido vender chuches en las escuelas, los botellones, las asociaciones políticas que no convienen, vestimentas determinadas, los toros….
La libertad hay que ganarla y solo tiene dos caminos: la Educación y el Sentido Común para distinguir entre el bien y el mal. ¿Existe el sentido común? Hace mucho tiempo que quedó atrancado solo dios sabe donde y nadie ha iniciado una órden de búsqueda. Debemos recuperarlo.

La ciudadanía ha perdido los valores de convivencia, aquellos que, quienes tenemos determinada edad «mamamos» en el hogar, cuando vivíamos entre los nuestros. Aquellas fórmulas magistrales que no se vendian en ninguna farmacia, ni expendía ninguna droguería, simplemente se respiraban en el ambiente de las famílias, del vecindario, de la sociedad que, aunque sencilla y humilde, conocía el sentimiento de la amistad sin tener que esgrimir otra palabra que me da horror la «tolerancia».
Se basaba, simplemente, en una manera de ser, de comportarse, de como tratar a las personas, a los animales, a las cosas que nos servían en nuestro caminar hacia el futuro. Sabíamos tratar a nuestros mayores porqué eran centro de los hogares, teníamos disciplinas de comportamiento, de aseo, de ayuda. De no perder el respeto -sin ser sumisos-, de no dañar nada de lo que nos rodeaba: animales, bienes públicos, no ensuciar calles y parques. ¿A quién se le ocurriría tomarse una cerveza en la calle y abandonar botellas y papeles en no importa donde?
Siempre hubo quien disfrutaba de los toros, de la fiesta llamémosle como quiera, nadie se metía con ellos, era su elección particular.
Chuches en la calle, en las escuelas, siempre las hubo, éramos cometidos de la misma forma que lo era la economía, no permitía filigranas. Servían de premio cuando te lo «currabas», cuando habías cumplido con tus deberes, con tu ayuda en la casa colaborando en aquellas pequeñas labores que te habían asignado. Ningún niño iba como ahora con 50 euros en su bolsillo… ¿Soy anticuada? Así me educaron, así intenté educar. Son los padres y maestros, llevados por la «sociedad de consumo» y las reglas de competición dominantes, los responsables de como son hoy nuestros jóvenes – el colectivo más importante que tenemos-, el que en un futuro inmediato, deberá guiar nuestras vidas, ahora a la deriva por culpa de: exagerada protección por parte de los padres, que no saben decir NO en el momento oportuno, pero también porque subestiman su responsabildad y no les permiten, en algunas ocasiones, desarrollar sus ideas.
Una vez que Educación y sentido común estén forjados y solidificados, dejar que desplieguen sus alas para que puedan volar solos.
Otra libertad a exigir es la de la liberalización de las drogas, única fórmula para acabarcon el narcotráfico, posiblemente conduciria a acabar con la venta de muchas armas. ¿O es que van a prohibir la venta de alcohol y de tabaco?
Mi lema, prohibido prohibir. Lo prohibido siempre es lo más deseado

2 Responses to Libertad, el sueño eterno. Prohibido prohibir

  1. Qué grande sería vivir en una sociedad basada en el respeto a uno mismo y a los demás.
    Totalmente de acuerdo con la idea de que lo prohibido se convierte en lo deseado.

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  2. Pues sí la sociedad del respeto y la equidad seria lo pertinente y debemos luchar para conseguirlo. En nuestro mundo hay gente extraordinaria, lo que ocurre es que solo salen a la palestra los que deberian ser silenciados. Respeto que debemos aplicar en todas las facetas de nuestra vida para que, cual mancha de aceite se expanda y consiga el milagro. Podemos, si nos lo proponemos. El mundo es de los audaces.

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