Era el 31 de mayo de 1938 cuando 5 aviones italianos surcaron el cielo de Granollers y dejaron caer sus mortíferas bombas. A las 9 y cinco minutos de la mañana del martes 31 de mayo, hora en que los niños entraban a la escuela, que las mujeres y ancianos se dirigían a la Plaza de la Porxada delante del Ayuntamiento y hacían cola en el mercado para poder adquirir lo poco que había en venta. Eran tiempos difíciles de guerra. El ruido de los aviones que volaban rasante para intentar dar con la diana pretendida, alertó a los ciudadanos que, corriendo algunos, estupefactos los demás vieron como desde el cielo, llegaba en tromba dolor y muerte. Menos de un minuto bastó para acabar con la vida de 224 personas, casi otras doscientas heridas graves, otras muchas de menos consideración. Pocos profesionales sanitarios, pocas medicinas, escasos recusrsos pero sí mucho amor y dedicación, posibilitaron reconducir aquel trauma que ha perdurado y marcado la vida de muchos ciudadanos. Algunos nunca quisieron hablar de aquel perverso tema, tanto dolor dejó en sus cuerpos y mentes. Ahora, sus nietos, les requieren saber de su drama. Desde la llegada de los ayuntamientos democráticos ha persisitdo en tal fecha, un encuentro en el Cementerio junto al Monumento que recuerda a los caidos, a los damnificados por el odio y el terror que supone siempre una guerra civil entre hermanos y paisanos. Fieles pues a nuestra historia hoy estuvimos en aquel lugar , a la misma hora que se produjo tan trágico suceso, recordando el infausto momento. Flores, música, palabras para el recuerdo. Pero sobretodo emoción descontrolada, atinado silencio que, como dijo el alcalde en funciones Josep Mayoral -ganó la alcaldía por mayoria absoluta el pasado 22 de mayo-,» silencio que no quiere decir olvido, silencio de respeto, de amor hacia quienes perdieron vida y bienes. Con el nunca más colectivo que todos pronunciamos y llevamos escrito en nuestros corazones. » Granollers está repleta de signos concernientes a aquel trágico suceso. Los chicos de las escuelas han confeccionado paneles que embellecen calles y plazas. Con buen tino los representantes municipales han marcado de forma digna, los lugares donde cayeron las bombas. Hemos visitado uno de los refugios que sirvieron para atenuar el efecto de los bombardeos. Lástima que el más vil se había perpetrado ya. NO queremos que sigan las guerras en nuestro planeta, que hoy 31 de mayo de 2011 niños, mujeres, ancianos y también hombres sigan perdiendo la vida por culpa de mortíferas bombas, muchas de las cuales fabricadas en nuestro país… INDIGNÉMONOS, no lo consintamos. Puede ser como un boumerang, tal vez mañana se vuelva en contra nuestro. Exigimos el cierre de todas las fábricas de armas . Sepan quienes gobiernan que no desistiremos de nuestro empeño. Nos encontraran siempre vigilantes, en frente opuesto…
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