Ayer se cumpliero 23 meses del golpe de estado que sacó del poder a Manuel Zelaya de la Presidencia del Gobierno en Honduras. Apuntandole al rostro, fue sacado de la cama, y, en pijama, fue metido en un avión rumbo a San José de Costa Rica.
En otra ocasión llegó a la capital tegucigalpa, era el 21 de septiembre, que llegó acompañado de diferentes mandatarios del mundo, enmedio de las aclamaciones de sus partidarios. En esta ocasión su regreso ha sido negociado por los ex y actual presidente con los Minnistros de Exteriores de venezuela y Colombia, apadrinada por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
El regreso de Zelaya permitirá que, el próximo miércoles, su país Honduras vuelva a ser admitida en el seno de la OEA, de donde fue expulsada una semana después de que el golpista Roberto Micheletti usurpara el sillón presidencial. Duele comprobar que solo sea la economía-el dinero, lo que mueva conciencias, no el hecho de restituir la dignidad de un Presidente que se vió alejado de sus responsabilidades al frente del Gobierno de su país sin que n ingún estamento político exigiera que sus derecuos fuesen respetados. ¿Qué ocurrirá ahora? 
