Es inconcebible que quienes más deberían defender y difundir las propiedades esenciales de un Estado de Derecho hagan exactamente lo contrario.
Comprendo la emoción de los familiares afectados por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo relativa a la imposibilidad de aplicar retroactivamente normas jurídicas ulteriores a las vigentes cuando los delincuentes fueron juzgados y condenados. La adhesión al dolor de quienes han sufrido en primer lugar las heridas no restañables de la barbarie es ilimitada, como lo es la firme resolución de procurar que estos actos tengan una penalización proporcional.Pero no comprendo -y me asusta la repercusión que puede tener en otras sentencias y otras leyes- que la ex-Presidenta de la Comunidad de Madrid califique el veredicto de «infame» y el Presidente del Gobierno diga que es «injusto y equivocado».
Es inconcebible. Pero es.
Debe estar conectado para enviar un comentario.