Hoy jornada familiar, he acompañado a una nieta enferma en Barcelona.
Viajo en tren, ir en coche resulta muy caro, gasolina, peaje, aparcamiento… Lo complicado es que, en determinadas horas del día el viaje es duro, no tienes donde sentarte, tantos son los viajeros. Ah! y aunque seas mayor de edad, para quienes hay reservados unos asientos en cada vagón, éstos son ocupados por jóvenes, que jamás se levantan y te dicen de sentarte.
30 minutos desde Granollers a Barcelona Paseo de Gracia, un buen libro, y tranquilidad hasta destino. Lo único desagradable es escuchar tantas conversaciones a través de celulares. O el frenesí de quienes juegan o manosean los aparatos sin cesar.
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