Pitar por no estar de acuerdo en temas generales, es una buena forma de protestar. No estamos hablando de lanzar piedras, poner en peligro la seguridad de nadie.
Quienes «mandan» no tienen constancia de que NO, somos súbditos, somos ciudadanos con derechos y deberes, entre los cuales la LIBERTAD para decidir nuestros actos. No aceptamos imposiciones supremas cuando no tienen razón de ser, lo saben las autoridades pertinentes. Se acabó el rebaño. Necesitamos otros pastores que guien, NO que impongan por la fuerza.
Siempre recuerdo a mi gran amigo Guayasamin y sus alegatos: «El mundo no funcionará mientras existan Fronteras, Banderas, Himnos Nacionales.» ¡Grandisima verdad!
Necesitamos Libertad para decidir por nosotros mismos. Libertad para opinar, para emitir pitidos cuando algo no nos guste. O tal vez para festejar.
Pitidos sí, Bombas NO. Palabra SÍ, Imposición NO. Conste que guardo uno en mi mesita de noche. Tal vez puede servirme de ayuda en algún momento.
Algunos, cuando niños en la escuela, fuimos obligados, a aprender de memoria y cantar el Himno de España, todas las mañanas, antes de comenzar las clases. Naturalmente con todas las coletillas finales que, prefiero no repetir.
Llegó la ansiada Transición. Parecía que se abrían puertas y ventanas por donde circularía aire fresco: ideas y pensamientos.
Con las ideas y pensares iban implícitos los himnos, que personalmente, aboliría.
Si el Gobierno de Madrid impone una Sanción por los pitidos en el Camp Nou, cuando la Final de Copa del sábado, por los pitidos que no permitieron oir el Himno Nacional español, antes de iniciar el match entre el Athletic y el Barça, será preciso, ir pensando en la necesidad de cambiar a éstos, que tal mal deciden.
¿A qué vinieron a Barcelona en Comitiva tan amplia?
Messi merecía ser visto, seguro que como deportistas disfrutaron del partido.
Ridícula la entrega de la Copa.
¿Miedo a qué?
Su presencia en el centro del campo podía haber aliviado sus pesares.
blog de Montserrat Ponsa 
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