Jornadas especiales para recordar a las víctimas del Bombardeo de 1938 tras 80 años. La música, ha sido el eje central.
80 años que han servido para que, tras el duelo y el silencio, las terceras generaciones escucharan los relatos de los abuelos y ellos transmitieron y pidieron concreciones a sus padres, muchos de los cuales nunca antes descubrieron la cruel realidad.
¿Por qué? Padres que pretendieron evitar a sus hijos aquel dolor, y nunca pudieron hacer su «duelo».
Gracias al empeño de muchas personas se han recopilado gran cantidad de vivencias de tan aciaga fecha. Dónde se encontraban, qué hacían, cómo asimilaron tanto pesar. Por qué decidieron su silencio.
La conmemoración de tan doloroso suceso se inició ayer con un Concierto de Marina Rossell en la Sala Tarafa acompañada por alumnos del Colegio Pereanton, injustamente castigado y punto de mira de tan luctuoso y malvado suceso que causó 224 muertos, muchos heridos, muchos daños, muchos olvidos.
Marina comenzó su recital con la famosa canción Lili Marleen, música compuesta por Norbert Schulze -1937- a partir del poema de un soldado Hans Leip -1915- dedicado a su novia. Cantó acompañada de aquellos niños que Erik València ha preparado y para los cuales la Música juega papel notorio de su Currículum educativo.
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