26 octubre 1996, 19h. Fecha-hora fatídicas. Modificaron nuestras vidas. Cuando la fecha se aproxima los recuerdos se avivan.
Si el mediodía de aquel sábado festejamos el cumpleaños de nuestro hijo Agustí, unas horas después, fallecía su hermano Marc, 35 años, de muerte súbita, mientras jugaba un partido de futbol con sus compañeros de l’Ametlla. Nada ni nadie pudo devolverle el aliento.
Difícil de aceptar, de entender. Conmoción total y muchos por qué nos aturdían.
De repente llegan a tu mente situaciones vividas. Creo que todos acabamos las lágrimas a por vida…
Mi marido nunca lo superó. Su tristeza era grande, su vida cambió. Lloraba… No fue capaz de remontar. Marc era el único hijo que vivía con nosotros.
Difícil superar tan magna tragedia. Fue imprescindible ser fuerte, tuve que intentar hacer de soporte, seguir a pesar de… Ver llorar a mi marido me obligaba a no ser yo…
Nadie puede imaginar una situación tal, si no ha vivido un nunca más… tan prematuro.