Un any més, un any menys…

diciembre 30, 2019

Quina feina repassar les vivències d’aquest any que està a punt de tocar la simfonia final. Li queden 24 hores, res a recuperar, sí a perdre encara en aquest temps.

Ho tindré molt present demà, dia trepidant com tots els dimarts, que començarà prop de persones que estan soles-delicades, algunes deshauciades i s’acabarà, si tot surt com està previst, amb amics que donarem la benvinguda al 2010. Denominador comú?  La vida…

Així és el nostre viure, una de freda i una de calenta… Ajuda a crèixer, modifica sovint el nostre fer-pensar. Ajuda a ser.

Recordo el titol d’una película que em va impactar: les uns les autres. Families diverses, en aquell cas amb un denominador comú: la música. La diversitat ens fa veure allò que presentim.


Huellas. Ramon Torres Galarza

diciembre 30, 2019

No  se,

pero

presiento

que

mis

pasos

caminan

sobre

huellas

dejadas

por otros.


Viure amb Dignitat

diciembre 30, 2019
AJUDA’NS A SEGUIR FENT REALITAT EL NOSTRE DESIG
Tanquem aquest any contents d’haver pogut tirar endavant els nostres

55 centres socioeducatius a través dels quals atenem a més de

7.000 infants, joves i famílies

que es troben en situació de gran vulnerabilitat socioeconòmica. 

El nostre desig per a l’any 2020 és seguir garantint la continuïtat dels

nostres serveis als barris que més ho necessiten i seguir treballant

per la igualtat d’oportunitats dels infants i joves més vulnerables. 

No podem acceptar que

1 de cada 4 infants a Catalunya visqui en risc de pobresa.

Fes-nos costat aquest any nou per poder transformar aquesta realitat.

GRÀCIES A TU, HO PODREM FER POSSIBLE!

Es hora de Izar el Petro como bandera. Iván Padilla Bravo

diciembre 30, 2019
«Estamos en nuestra
exacta perspectiva histórica, nuestro norte es el sur, estamos dónde debimos
estar siempre, estamos donde Bolívar nos dejó pendiente para estar y ser»
Hugo Chávez
Petroizar, se debe decir, como manera de contrarrestar todos los efectos perversos de la dolarización, hasta del pensamiento.
Asumir nuestra criptomoneda Petro como un emblema de lucha revolucionaria, al comienzo de esta nueva década del siglo XXI, es el desafío complementario y necesario para el despliegue de la estrategia que lanzara el Comandante Hugo Chávez cuando manejó, de manera simultánea la idea de una moneda (el Sucre) de integración en los intercambios comerciales de Nuestramérica.
Es la idea Bolivariana de la Unidad y de la integración de la Patria Grande la que reivindica Chávez en su lectura de la «economía venezolana», Nuestroamericana y también mundial. Es esa idea la que le lleva a definir las estrategias de la Revolución Bolivariana, como antiimperialistas y socialistas.
En esa dirección -soy capaz de asegurarlo- se mueven las políticas económicas trazadas por el Presidente Nicolás Maduro en medio del fragor de una guerra económica imperial, llena de expresiones múltiples e incluso de «sanciones» pretendidamente asfixiantes contra nuestro pueblo.
Es allí donde yo hablo y defiendo este presente de luchas en el que la estrategia debe ser Petroizar, en el mismo contexto en el que he escrito mis reflexiones críticas contra la dolarización de la economía venezolana y,  lo que es peor, contra la dolarización del pensamiento de mis compatriotas.
No tengo interés por discusiones económicas ni mucho menos economisistas. Me interesa la economía no como «ciencia», tampoco como «matemática», que son las trampas de los dominadores para convencernos de su razón ideológica para mantenernos sometidos «más por la ignorancia que por las armas» (que es lo hubiese dicho Bolívar, de encontrarse hoy en el centro de esta discusión). Me interesa la economía como le interesó a Marx, es decir, como economía política, como espacio del poder y su ejercicio al entender y enfrentar las relaciones de clases que medían en cualesquiera relaciones sociales de producción y, particularmente, en las capitalistas, que son las que padecemos hasta el presente.
Tampoco me parece acertado caer en el simplismo de considerar la acción e idea de Petroizar, como un paño tibio más que contenga o disimule los efectos asfixiantes y demoledores de una dolarización que ha llevado, hasta a ciertos «radicales de izquierda» a tirar la toalla en pleno cuadrilátero y esgrimir un par de dólares en sus manos a la hora de pagar el cafecito que se tomaron en la panadería o en el quiosquito de la esquina.
Más allá de la alegría (que puede ser muy efímera si solamente te quedas en el efecto superficial de «tengo unos realitos más», que no me los gané trabajando, para pasar el año nuevo) de que un sector (pensionados, jubilados y empleados públicos) socioeconómico ha recibido  Medio Petro para que lo utilice como criptomoneda en transacciones comerciales, en la esfera de la circulación, cotidiana, comprando o vendiendo a un valor referencial fijo de 60 dólares por cada Petro.
El Petro no es para que lo cambies en Bolívares soberanos o en cualquier divisa de permitida circulación legal en nuestro país. Es para que lo utilices como lo que es: una criptomoneda que, por primera vez en el mundo, se utiliza para el intercambio directo de mercancías.
En este último sentido, la creación, puesta en vigencia y uso del Petro, no es un camino expedito para alcanzar el socialismo. En el mismo terreno del capitalismo antihumano y explotador, el Petro pudiese terminar «revolucionando» al capital financiero y no a la sociedad dividida en clases  que, en sus luchas, aspiramos victoriosa y libre desde la perspectiva del proletariado.
Pero, no te asustes. La propuesta Revolucionaria venezolana, inspirada en Bolívar, en el Árbol de las Tres

Govern PSOE/ERC?

diciembre 29, 2019

Nosaltres, el poble, NO oblidem el 155 ni a la gent que segueixen a la presó o a l’exili, allunyats de les seves families i amics.

Per què aquest extrany casament gent d’ERC? És un problema d’economia?

Potser un afany de poder a esquenes de nosaltres els ciutadans, el poble?

NO podreu presentar-vos mai més en nom de Catalunya. Mai més escoltarem veus de sirena,  porten a mal port.

Fa temps que no creiem amb els partits politics… Ens ho poseu dificil.

Necessitem sabia nova, gent compromesa però no els que hi son des de l’any 1978, que han fet de la poltica el seu ofici, la seva manera de viure.

Volem que la lluna surti per a tothom, no únicament per uns pocs, els de sempre.

 


Esperar? Què? De qui?

diciembre 28, 2019

Prou farsa politica. Que la Dignitat i l’Amor imperin i dominin el món.

No puc deixar de pensar amb aquestes families que estan passant el tràngol de tenir marits-esposes, pares-mares fills a presó o exili. Qui els ha castigat? En virtut de què? Que quin pecat parlem?

Sembla una noticia de Sants Innocents però, no ho és. És la vertadera realitat, la que ens manté en suspens fa més de dos anys 803 dies el Jordi Sánchez i Jordi Cuixart i…si no actuem, els responsables, no tenen ganes, ni volen, ni saben com acabar…

SOM gent de seny però ja n’hi ha prou. Clamem, Exigim, Sortim al carrer i no tornem a casa fins que ells també hi siguin.

Paguem los amb la mateixa moneda: que siguin Magistrats i Jutges els que ocupin els seus llocs a presó, així sabran el pa que s’hi dona com deia la iaia Margarida.

Costa d’entendre que puguin dormir tranquils sabedors de les seves grans infàmies. Des del fons del meu cor EXIGEIXO: LLIBERTAT PRESOS I EXILIATS!

 


Revolución cubana faro de dignidad. Waldo Mendiluza Prensa Latina

diciembre 28, 2019

París, 24 dic (Prensa Latina) La revolución cubana cumple el 1 de enero 61 años con su carácter de faro de dignidad intacto y más necesario que nunca, afirmó hoy el académico y ensayista francés Salim Lamrani.


¿A quién reclamar que lleguen estos Documentos?

diciembre 27, 2019

NO TENGO NINGUNA RELACIÓN CON ENDESA. ¿A QUIÉN RECLAMAR?

¿Por qué tienen mi mail? Quién me protege? No es la primera vez que me llega. Exijo sean controlados estos fraudes.

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Soñar hacia atrás. Gustavo Duch

diciembre 27, 2019
No sé si aquel libro era de mi padre o de mi madre pero lo recuerdo muy bien. Con colores muy vivos, viñeta tras viñeta, aquellas páginas gastadas enseñaban el comportamiento correcto frente a muchas situaciones. Dejar sentar una persona mayor en el transporte público, comer con la boca cerrada, no pronunciar “palabras soeces”, guardar puntualidad, etc. En mi recién estrenado cerebro cada una de estas normas de buena conducta encontraron un lugar donde anidar. Y no protesto por ello, protesto porque introdujeron en mí, muy sutilmente, otra idea que bastante me ha costado des-aprender. El libro se llamaba Las normas de la buena urbanidad. Y me consta que eso ocurría en el resto de hogares de mi generación mientras un deseo se propagaba por toda nuestra clase trabajadora: que el progreso (y las hipotecas) llevaran a nuestros padres a poder comprar una segunda vivienda en una urbanización de las muchas que surgían por todo el territorio. Es decir, ser “ciudadanos” de provecho con maravillosos fines de semana pasaba precisamente por eso, por la idealización de la urbanidad y la urbanización, todo lo demás era atrasado y “pueblerino”.
En este mismo medio, con los artículos Los Comunales, una piedra y un pescado y Ruralismo o Barbarie expliqué, en el primero, la necesidad de recuperar manejos colectivos de bienes comunes; y en el segundo, cómo la distancia (física y mental) de la población urbana con la producción de alimentos nos hace más frágiles ante los tejemanejes de las grandes corporaciones y más torpes frente a los desafíos de emergencia climática actuales. Con esta tercera pieza quiero abrir nuevos elementos en favor de la cultura rural o el ruralismo. ¿Y no será –podéis pensar muchas de vosotras– que estás exagerando en esta idealización rural? Cierto, es una mirada atávica en favor de comportamientos revolucionarios hoy, sin olvidar muchos otros nada admirables como el machismo o el caciquismo.
Normalmente, cuando se habla bien de la ruralidad es para poner en valor la libertad alcanzada viviendo cerca de lo natural, del aire limpio, lejos de los ruidos o la libertad conseguida gracias al alejamiento de los mecanismos de la esclavitud laboral; la práctica campesina, frente a las rutinas de las fábricas o las rápidas respuestas de Google, se reivindica también como un ejercicio de creatividad; igual que el trabajo artesano se enaltece en contraposición con el sedentarismo de la ciudad y sus trabajos mecánicos o mentales… Pero el acercamiento al ruralismo que defiendo es aquel que, sobre todo, puede funcionar como un puente para llevar al ser humano a recuperar sus vínculos sagrados con la tierra y evitar la inminente barbarie.
Exactamente como en el libro El Mapa Secreto del Bosque, donde Jordi Soler recoge algunas ideas del pensamiento de su compatriota mexicano Octavio Paz, crítico con el progreso basado en los avances de la ciencia y la tecnología, es decir con la modernidad. Para el poeta, este progreso debe ser combatido con un regreso: “Hay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba”. Ninguno de los dos escritores habla de volver a las cavernas, sino que nos invitan a conectar con el ser vivo que somos, una pieza más de un entramado complejo llamado Naturaleza, Planeta, PachaMama o Vida… Jordi Soler, muy inspirador, presenta en el libro fórmulas para esa reconexión, como los pensamientos caminados, el erotismo o la propia poesía. Añadamos la ruralidad.
Los análisis ecofeministas explican muy bien cómo nuestra sociedad ha olvidado los límites físicos de nuestra casa común y cómo ignoramos o ridiculizamos las relaciones de ecodependencia e interdependencia. En este mismo sentido, podemos decir que nuestra modernidad actual ha roto con lo ritmos de la tierra. Aupadas en una superioridad de la razón, las sociedades modernas occidentales han sustituido el sentimiento de pertenencia por el sentimiento de propiedad. Con las gafas de la ruralidad, siguiendo el símil feminista, se observa rápidamente que esta posición de dominio nos lleva al suicidio, pues nos hemos saltado las sencillas y claras normas de la vida en la Tierra. Ha sido suficiente con pocos años de industrialización para dejar de tratar a la tierra como madre nutricia, con infinita capacidad reproductiva, para pasar a tratarla como un sustrato inerte donde producir dividendos (en castellano, la diferencia entre las palabras tierra y suelo es muy clara). Qué gran idiotez el derribo de masías o alquerías para dejar paso a polígonos o autopistas, qué harakiri envenenar la tierra con pesticidas, qué locura modificar semillas genéticamente y hacerles perder su capacidad reproductiva. El falso mito de la producción desplazando al milagro de la reproducción. Nadie en su sana ruralidad, habiendo heredado miles de semillas cuidadas, cultivadas, cosechadas y de nuevo sembradas, aceptaría tal sacrilegio. Nadie, en su sana ruralidad, deja que algo tan complejo como la reproducción de la vida se pretenda resolver en manos del capital.
La violación continuada de la tierra tiene muchas justificaciones, entre ellas, la satisfacción de los deseos. Muchos ensayos han descrito cómo buena parte de estas nuevas ‘necesidades’ han sido creadas, no son reales. En cualquier caso, el ejercicio de depredación consumidora que la publicidad provoca en nosotras, en nuestros tiempos, se acompaña de la inmediatez. Con un movimiento de dedo, un clic, el producto deseado ya está saliendo de China y, montado en primera clase contaminante, llegará a nuestro poder en menos que canta un gallo. Como aprendiz de hortelano, no juzgo el derecho a satisfacer un deseo, juzgo el derecho a lo inmediato. Recoger una semilla, dedicarle mil cuidados para convertirla en los frutos que llevarse a la boca varios meses después, es un ejercicio que bebe continuamente del deseo. La vida transcurre en los placenteros momentos de un interminable prolegómeno.
Dice Pierre Rabhi, campesino argelino, que la verdadera educación debería ante todo hacer conscientes a las personas jóvenes de la necesidad de volver a lo sagrado de la naturaleza. Si un libro de ‘instrucciones’ pudiera contribuir propongo que se llamara ‘La Buena Ruralidad’.

Pensar y amar. Ramón Torres Galarza

diciembre 26, 2019

Puedo amarte en todas las formas posibles

excepto en aquellas tan humanas y simples

que me obligan a estar, a sentir, a compartir,

por eso prefiero solamente imaginarte

así la razon se justificA

en su propia y terrible

incapacidad de comprender

que no es necesario pensar,

cuando es imprescindible AMAR


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