Diálogo en cuarentena. Para salir al futuro. Iván Padilla Bravo

abril 27, 2020

Hay tres categorías para la reflexión en las que propongo centrarnos hoy para abordar el tema del «Coronavirus», la molécula  patógena, devenida en virus y convertida en pandemia, por su despliegue mundial.

Propongo revisar aquí las categorías de responsabilidad, culpabilidad y solidaridad. Ante la aparición del Covid-19, ¿En cuál de esas categorías de calificación, nos ubicamos? ¿Dónde colocamos a la llamada «ciencia» y a los organismos responsables de la salud pública mundial, como la OMS? ¿Dónde a los organismos gubernamentales y sanitarios de los ejecutivos en cada país? ¿Dónde al Estado (a cada Formación Social)?, por supuesto. Pero quiero insistir, a la vez, en que nos pensemos no sólo como sociedad, como colectivo, sino también como individuos o, más bien como ciudadanos.

Parto de decir que la sociedad en su conjunto, de la cual participamos, a la que padecemos o avalamos, es corresponsable en todo cuanto atañe a ella. La corresponsabilidad social, que envuelve a las clases antagónicas -en diferentes niveles- por lo que ocurre para su funcionamiento, a veces llega a utilizarse como «culpa» o «inocencia» según cuál sea el sujeto social al que enjuiciamos.

Yo no quisiera profundizar aquí en más detalles políticos o éticos, sobre todo porque esos detalles o valores están, igualmente, en dependencia de una determinada cosmovisión que, siempre, estará subordinada a la adscripción de clase con la cual cada una se compromete y expresa.

Si nos atenemos a la información de clase, difundida comunicacionalmente por el mundo, observamos cómo el poderío mundial, manejado por los amos y sus grandes corporaciones capitalistas, impusieron una matriz, sobre este tema, por la que se asentó como «verdad», la verdad de clase imperial, yanqui-sionista, que culpabiliza a China (en el fondo a los «comunistas», los «malos del mundo», para la visión occidental) de haber desplegado el Coronavirus desde la ciudad de Wuhan en ese  país asiático.

Por su parte China y algunos países con Estados y gobiernos antiimperialistas, sugieren que la culpa es de Occidente y, particularmente, de EEUU y el Gobierno que, en la actualidad, preside Donald Trump.

Por supuesto que la carga clasista del calificativo «culpa» encierra una condena a priori de los pueblos y naciones que, desde hace rato, pugnan por alcanzar un mundo multipolar.

Con el calificativo de responsables, o corresponsables, países preocupados por el bienestar social y la solidaridad entre sus connacionales, han instrumentado medidas de aislamiento social o cuarentena, bastante rigurosas y bajo supervisión sanitaria  casi al detalle total de su población Nacional, como ocurre en Venezuela, bajo la supervisión directa del presidente Nicolás Maduro.

Es cierto que, en cualquier cuerpo, una molécula determinada puede ser el resultado de mutaciones que llegan a afectar el todo. Pero también es muy cierto que la molécula patógena pudo ser producida en laboratorio y utilizada para afectar a un determinado cuerpo o conjunto de cuerpos a los que se puede haber tomado como objetivos «militares» con fines de alterar su vida o destruirla, tal como ha ocurrido una gran cantidad de veces, con afanes guerreristas y de dominación, por parte de los amos del mundo.

Nada de extraordinario tendría que el capitalismo se haya propuesto, una vez más, salvar su condición hegemónica en el manejo de las relaciones de producción en la actualidad, desatando -en este caso- una nanoguerra para reducir «enemigos» o, simplemente, a población que les estorba en sus afanes por perpetuar el dominio del capital sobre el trabajo.

Cuando he propuesto, en esta nota, mirarnos como responsables, como culpables o como solidarios, mi propósito es contribuir a entender si  como humanidad estamos en  condiciones de salir al futuro, en medio de la compleja crisis en la que nos ha colocado -a todos los pueblos del mundo- la pandemia del Covid-19 o Coronavirus.

Hay un primer paso de reconocimiento que nos obliga a todos los seres humanos, ya sea por acción o sumisión, y es aceptar nuestra corresponsabilidad (que no culpa) en la crisis y destrucción actual del planeta, en el cambio climático y en el alejamiento del equilibrio natural del universo y, en particular, de la Tierra.

El segundo es la culpa (aquí sí) o «el pecado original», cuya responsabilidad es de todas las sociedades divididas en clases, pero particularmente del capitalismo y de  su visión (y acción, también) depredadora y supremacista, asociada con la (igualmente originaria) acumulación de capital.

La tercera opción es la de la solidaridad, la del rescate del equilibrio en el universo, en la naturaleza y en las relaciones de los individuos entre sí y con el resto del mundo.

Se puede. Esa es la esencia de la Revolución y en nuestro caso particular de la Revolución Bolivariana, de la construcción  la Patria socialista, de la salvación del planeta y de nuestro alcance, como pueblo, de un indiscutible nivel como Venezuela potencia.

Vamos a lograrlo a través de la solidaridad, de la unidad. No habrá dificultad que nos venza. Nos corresponde a nosotros vencer.

Ilustración: Iván Lira

 


Descofinament?

abril 26, 2020

A partir d’avui dilluns 26 d’abril 2020, el nens menors de 14 anys estan autoritzats a sortir de casa entre les 9h i les 21 h. acompanyats d’un adult, mantenint una distància de 2 metres entre ells, amb un recorregut màxim d’un Km.

Cada mare o pare pot passejar màxim una hora tres infants, sempre a la zona propera al seu barri, excepte zones agrícoles, forestals, i esportives.

Què ha passat? El matí al centre de Barcelona s’hi veia poca concurrència que s’ha anat ampliant amb el pas de les hores. Qui ho controlava? Ningú… On era la gent responsable, Policia de Catalunya o de l’Ajuntament de Barcelona?

Per què els pares-mares son tan irresponsables, incapaços de vetllar pel seus fills?

Tinc nou fills -vuit, un va morir fa anys-, setze nets i dos besnets. NO crec que cap d’ells sigui capaç de desobeir, menys en aquesta situació, en detriment dels seus propis fills…

Tots tenim ganes de recuperar la vida però, sense que ningú la perdi per culpa de les nostres negligències.

 

 

 

 

 


STRICTLY CONFIDENTIAL. Alfons Duran

abril 25, 2020

No se pierdan este Artículo…

Algunos amigos y colegas llevan tiempo insistiendo en que haga un pronóstico más detallado del futuro que nos espera. No soy partidario de este tipo de ejercicio, a pesar de que dediqué unos cuantos años de mi vida profesional a la dirección estratégica en el medio y largo plazo de una importante corporación química. Eran años en que el tiempo discurría monótonamente, donde casi todo era previsible, donde previsión y planificación (que son dos conceptos técnicamente muy distintos) operaban dentro del mismo universo.No es que no se hubieran producido rupturas de los modelos económico-políticos dominantes, pero el sistema los había absorbido gradualmente. Solo como referencia, pensemos en algunos: 1971 (final del patrón oro), 1973 (primera crisis del petróleo), 1974 (los petrodólares), 1979 (segunda crisis del petróleo), 1980 (neoliberalismo económico), 1989 (fragmentación y liquidación del imperio soviético), 1995 (despegue de Internet), 2001 (explosión burbuja punto.com), 2001 (torres gemelas), 2008 (crisis económico-financiera).

Cuando uno hace memoria, no puede menos que preguntarse cómo el “sistema” ha sido capaz de soportar tantos envites. Lo que nos lleva a la confirmación de su probada fortaleza.

No es “el fin de la historia” que declaraba enfáticamente Fukuyama, pero lo cierto es que el capitalismo de mercado, con un sesgo hacia los “takers” frente a los “makers”, es el chico de la película, y está solo ante el peligro.

Y ahí está el problema. Ha dejado muchos cadáveres por el camino, ha apostado por un mal interpretado concepto de la competitividad (un mantra del que todo el mundo habla sin saber qué significa de verdad), ha desechado cualquier esfuerzo cooperativo, ha ahondado en la precariedad social (mucho más importante que la desigualdad), se ha cargado la clase media que le servía de colchón, se ha centrado en el corto plazo (cuando una empresa genuina es siempre un proyecto a largo), ha confundido el “negocio” con la “empresa”, se ha volcado en la especulación, ha rechazado la teoría de los “stakeholders”, ha destrozado los valores calvinistas de la disciplina, la constancia y el trabajo bien hecho. Y así ha dejado un panorama desolador. Es lógico que ahora no sepa qué hacer.

Vamos a presentar secuencialmente los aspectos más relevantes de este arranque de año que muchos preferirían olvidar.

Primer capítulo: etapa pre-Covid19

Aunque comentaristas, tertulianos, portavoces gubernamentales, instituciones paraoficiales, altos funcionarios y otras especies similares nos hayan contado que “todo iba bien”, hemos de asumir que no era cierto. No es que mintieran necesariamente (algunos sí), es que no sabían más. La mediocridad tradicionalmente ocupa los rangos más altos de la escala social.

Llevamos muchos años en caída libre. Este siglo empezó mal (de burbuja en burbuja, y tiro porque me toca), hasta que estalló la más gruesa en el 2008, que supuso una crisis económico-financiera de gran calado, crisis que se tapó con dinero público (dinero del contribuyente). Luego vinieron años complicados en plena recesión, con ciclos cortos que generaban falsas esperanzas. Nos aseguraron que habíamos superado el bache, pero los hechos mostraban lo contrario.  Lo dije y lo repito: la recesión se fue, pero la crisis se ha quedado. Veamos algunos indicadores:

  • Estados Unidos ya no es el país hegemónico. Tiene que aceptar un liderazgo compartido con China. A su gobierno le resulta difícil asumirlo.
  • China propone un modelo distinto: capitalismo en lo económico, comunismo en lo político. Otros países de su círculo próximo copian el modelo.
  • China y países de su entorno son la fábrica del mundo. Cinco millones de empresas ajenas a su territorio dependen de ellos.
  • El nacionalismo ruso ha vuelto para quedarse. Putin es consciente de que posee el mayor almacén de materias primas estratégicas del mundo.
  • La política proteccionista del gobierno Trump y sobre todo su forma de instrumentarla han generado problemas añadidos al comercio mundial.
  • Los conflictos bélicos de Siria, Irak y Libia (por citar algunos) se han cronificado.
  • Estados Unidos ha subcontratado su política en Oriente Medio a Israel y Arabia Saudita.
  • La caída del precio del petróleo se debe a que la oferta (la producción) supera la demanda. Los grandes productores no se ponen de acuerdo en las cuotas de producción y la bajada del precio deja fuera al sector del fracking (fracturación hidráulica) que es fundamentalmente norteamericano. Estados Unidos es el gran perdedor.
  • El volumen de refugiados aparcados en territorio turco, que el gobierno Erdogan permite cobrando un alquiler a la Unión Europea, es de dimensión desconocida (se estima en cuatro millones de personas).
  • La Unión Europea, como institución, es un fracaso político, económico y social.
  • El Bréxit es la punta del iceberg de una quiebra económico-política sin salida posible.
  • El déficit fiscal norteamericano está fuera de control.
  • Estado Unidos destina 700.000 millones de dólares anuales a su presupuesto de Defensa.
  • La Deuda global (pública más privada) alcanzó en el 2018 el 230% del PIB mundial.
  • Algunas bolsas están sobrecalentadas (los valores que se cotizan son muy superiores al valor intrínseco de los activos) y otras subvaloradas (lo contrario).
  • Las tasas de interés básico son muy bajas o negativas. Castiga a los ahorradores.
  • La política monetaria de los bancos centrales (comprando deuda pública y privada e insuflando dinero en los mercados) ha resultado un fiasco. En lugar de servir para estimular la economía productiva, se ha orientado hacia la financiera, incluidas acciones, bonos, derivados, arbitraje, etc., siempre con propósitos especulativos.
  • El Baltic Dry Index, un índice de fletes marítimos de carga a granel seca, que se calcula diariamente y que se considera un buen termómetro de la economía global, pasó de 2600 puntos en septiembre del 2019 a 700 puntos en enero.
  • En definitiva, el año 2020 empezó mal. Había desequilibrios por todas partes.
  • Adam Posen, presidente del Instituto Peterson para la Economía Internacional, lo resumía en cuatro apartados: estancamiento, desigualdad, dependencia del dólar y nacionalismo económico.

Segundo capítulo: la llegada de un nuevo coronavirus

El Covid-19 no pilló a todo el mundo por sorpresa. Parece que los orígenes están muy claros, sin entrar en juegos conspiratorios. En Wuhan hay uno de los principales laboratorios donde se experimenta con este tipo de virus. En ese laboratorio, como ha recordado el virólogo Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina por su descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana, el virus probablemente surgió de forma natural, no por ningún tipo de manipulación. También ha señalado que este tipo de laboratorio cuenta con financiación internacional, incluida la de Estados Unidos.

En las revistas y foros especializados, como indica el biólogo y escritor Martí Domínguez, se habían publicado artículos que expresaban los riesgos de esas experimentaciones. El problema, dice Martí, es que estos artículos solo los leen los científicos interesados. Incluso Bill Gates, que ha donado millones de dólares para acabar con la malaria, vaticinó hace seis años que “si algo va a matar a más de diez millones de personas en las próximas décadas será un virus muy infeccioso, mucho más que una guerra”.

No sabemos porque las autoridades locales chinas de esa zona no prestaron suficiente atención al tema en sus inicios, a pesar de que algunos virólogos habían alertado. No sabemos por qué no se cerraron inmediatamente las fronteras, los puertos, los aeropuertos en todo el mundo. No sabemos por qué se permitió el tránsito de personas, cuando pronto se vio que eran las principales transmisoras del virus. La maquinaria política china reaccionó y aplicó luego medidas restrictivas muy duras que al final han funcionado. Las maquinarias políticas de los países próximos a China (Taiwán, Singapur, Corea del Sur, Vietnam) siguieron sus pasos y acertaron. Los países occidentales fracasaron en general por su desidia, su inoperancia, su amateurismo, su superficialidad. Hubo dignas excepciones (Noruega, Finlandia, Austria). Algunos corrigieron los errores iniciales (Alemania, Holanda, Francia), otros (Italia, España) persistieron en el error. El caso de España es dramático, ya que centralizó la respuesta en un ministerio de Sanidad sin competencias, ya que este capítulo llevaba muchos años traspasado a las Comunidades Autónomas, que sí contaban con medios y experiencia. Unos funcionarios nombrados a dedo tomaron decisiones sobre temas que ignoraban. El simple hecho de crear un comité “bélico” (con tres militares entre los cinco miembros) para informar diariamente sobre la marcha de la “contraofensiva”, marcó el punto diferencial respecto al resto de países. No se podrán sacar nunca de encima las huellas de la Contrarreforma.

No es el virus más letal, pero sí uno de los más contagiosos. A pesar de ello, las grandes multinacionales hicieron caso omiso de todo ello. Un par de ejemplos: la patronal italiana (la Confindustria) lanzó a finales de febrero una campaña con el lema “Bergamo non si ferma”, hasta que un mes más tarde, cuando el virus se había extendido, la presión de los trabajadores obligó a cerrar algunas plantas. En cuanto al gobernador demócrata del Estado de Nueva York (heredero de la dinastía Cuomo), con veinte millones de habitantes, esperó a tener 7000 personas contagiadas para imponer la cuarentena. Los lobbies financieros de Wall Street se oponían.

Patricia Lee Wynne, directora de la agencia de noticias Sputnik, hace mención estos días al libro “El fin de las epidemias: la amenaza que pende sobre la humanidad y cómo detenerla”, del epidemiólogo Jonathan D.Quick, profesor de medicina de Harvard y jefe del Consejo Mundial de la Salud. En el libro, publicado en el 2017, Quick escribe: “La pandemia podría ser una variación de la gripe española de 1918 o algo completamente nuevo como el virus SARS de 2003 que surgió en China. Una vez transmitido a un humano, un virus transportado por el aire podría pasar de un individuo infectado a 25.000 más en una semana, y a más de 700.000 en el primer mes. Esto no es ciencia ficción alarmista ni amarillismo”.

Poco a poco, a través de un proceso de prueba y error, vamos avanzando. Los científicos del Instituto alemán de Virología de la universidad de Bonn han concluido que la transmisión más común entre personas se presenta “durante contactos largos y estrechos de multitudes, mientras que el riesgo de contagio mediante el contacto con objetos no es alto, dado que el coronavirus es muy susceptible a la desecación, por lo que no se puede transmitir por el aire”. Lo que parece suficientemente probado es que el confinamiento es la medida más acertada y debe dejarse en las manos de quienes conocen mejor su territorio. Por eso el gobernador de California no hace lo mismo que el de Ohio, ni el ministro-presidente del Estado-libre de Baviera lo que hace el alcalde de la ciudad-Estado de Berlín. Elemental señor Sánchez.

Tercer capítulo: el impacto sociológico del Covid-19.

Buena parte de la población mundial actual tiene dolorosas experiencias sufridas en conflictos bélicos. África y Oriente Medio son ejemplos vivos de algo que no parece tener fin. Occidente lo tiene más lejos. Los que tenían diez años al final de la II Guerra Mundial, tienen ahora setenta y cinco. Sus recuerdos son muy frágiles.

Lo comento porque el actual confinamiento es un caso de ingeniería social que no tiene parangón. Para ahondar en ello conviene analizar el perfil demográfico de los hogares europeos:

  • En el Estado español hay 4.800.000 hogares en los que vive una sola persona, lo que representa un 26% del total. La mitad aproximadamente tienen más de 65 años.
  • Y éste 26% no es singular, ya que en el conjunto de la Unión Europea la cifra de hogares unifamiliares es el 33%.
  • En el extremo tenemos a Suecia con un 52%, seguida de Finlandia, Lituania, Dinamarca y Alemania, que superan el 40%.

En los casos de confinamiento duro (como el del Estado español) cerca de cinco millones de personas están en un tipo de prisión preventiva (metafóricamente hablando). O, para hacerlo más suave, en arresto domiciliario. Y esta situación (cuyo horizonte temporal cambia cada día) ha venido provocada por actuar reactivamente y no preventivamente, por improvisar, por no dar prioridad frente al virus a los profesionales del sistema sanitario (pertrecha bien a tus equipos antes de ponerlos a trabajar), por asignar mal los recursos y organizarlos peor. No es solo que una Catalunya independiente lo hubiera hecho mejor (como lo han hecho Eslovenia, Islandia o Croacia, por el sabio principio de que “lo pequeño es hermoso”), sino que en el caso español, es imposible hacerlo peor.

Dicen que la empatía es ponerse en el lugar del otro para comprenderlo mejor. Una cosa es estar solo y otra sentirse solo. Y este último sentimiento puede llevar a la depresión y al quebranto de nuestro sistema inmunológico. El confinamiento tardío pero prolongado es un sinsentido. Esto no lo resuelve el Prozac.

La calle es la vida. Somos animales sociales.

Cuarto capítulo: la economía.

No diré que este capítulo esté hundido, pero si tocado y muy tocado, como en los juegos de barcos. Lo que diga el Banco de España, los servicios de estudios de distintas instituciones o la OCDE sirve de poco.

Cuando comparamos esta ruptura con la de la crisis del 2007 (que se consolidó en el 2008 y 2009), vemos que en aquella ocasión el proceso duró inicialmente tres años, en tanto que esta vez ha durado tres semanas.

Hay que tener en cuenta que la variable independiente es la gestión sanitaria del virus y esta gestión, a su vez, depende de la propia vida del Covid-19 y de sus probables mutaciones. Es por eso que, como ya hemos señalado, la prioridad la tienen los profesionales de la salud.

A partir de aquí, podemos elaborar nuestras hipótesis, que nunca serán muy distintas de las de otros analistas. Luego bajaremos a planta para concretar. Nos ceñiremos al Estado español para hacerlo más comprensible.

Empezaremos por la peor de las hipótesis (A), pues metodológicamente es lo que la ciencia recomienda. Don’t panic!  El confinamiento se prolongaría hasta finales de año. Si aceptamos la teoría de Jordi Galí (cada mes de confinamiento supone una caída del 4% del PIB), el bajón sería espectacular (entre el 30 y el 35%). La mayor contracción económica de la que se tengan registros. Seguiría el teletrabajo, se mantendrían las limitaciones (protección, distancia social, etc.). El Banco de España cifra la peor hipótesis en la mitad, porque acorta el período del confinamiento. Todo pivota alrededor de la variable independiente. En este supuesto, el 2021 saldría limpio e iniciaría la recuperación, pero no sería  hasta el 2023 o 2024 que volveríamos a las cifras macro anteriores a la crisis. Para los técnicos este tipo de recuperación tendría una forma de L.

Como contraste, nuestra segunda hipótesis (B) es la más favorable y también la menos probable. Dice que en el Estado español, como en el resto de países europeos, la curva de infectados se aplanaría y esto ocurriría a finales de mayo. También considera que con la llegada del calor el virus perdería fuerza y capacidad de contagio, y que en invierno no rebrotaría. Se habría extendido la inmunidad y los instrumentos de control. En este caso la contracción sería mínima (alrededor de un 5%) y ya en el último trimestre del 2020 se producirían indicios de mejora. Desaparecería el confinamiento, aunque se mantendría la distancia social y se limitarían las concentraciones de personas. Sería la típica recuperación cíclica en forma de V.

La tercera (C) matiza la anterior, en el sentido de que todo toma más tiempo. El retorno a la normalidad sería gradual. Los espacios de ocio empezarían a abrirse, pero se impondrían limitaciones en el número de personas y en su grado de interacción. Continuaría la restricción de vuelos. El PIB caería un 8%. La vacuna estaría disponible a mediados del 2021. En este caso la recuperación tendría forma de U.

La cuarta hipótesis (D) toma elementos de las otras con un componente diferencial: después de una mejora pasajera, el virus rebrotaría en el último trimestre del año. En cualquier caso el sistema sanitario estaría más preparado. La inmunidad no se habría extendido suficientemente, por lo que se repetirían las medidas de confinamiento, aunque esta vez de forma selectiva. La contracción estaría próxima al 10%. Recuperación en forma de W.

Yo personalmente creo que en términos probabilísticos el escenario previsible estará entre C y D, lo que supone una caída del 9% o 9,5 % del PIB, superior a la de la crisis económico-financiera del 2008 que fue del 3,8% (2008/2009).

Ahora, como ya he dicho anteriormente, bajemos a planta y olvidémonos de los modelos. Empezaremos por los empleados activos y pasivos. Y esto es lo que nos encontramos:

  • Una gran parte de la población vive de sus ingresos mensuales. Tanto entra, tanto sale. Vive “al día”.
  • En este momento y si trabaja en el sector privado no oligopolista, tiene muchas probabilidades de estar dentro de un ERTO.
  • Lo anterior significa que sus ingresos corrientes son inferiores a los habituales.
  • Si no llega a final de mes, hace más uso de la tarjeta de crédito, lo que le permite demorar el pago.
  • Su saldo bancario, si lo tiene, es exiguo.
  • Si trabaja, su principal coste fijo es el pago de la hipoteca.
  • Si está jubilado, la pensión media asciende a 1.158 euros brutos.
  • Hay diez millones de pensionistas, de los que 6.100.000 lo son por jubilación, 2.400.000 por viudedad, 950.000 por incapacidad permanente y el resto por orfandad.
  • La pensión media del conjunto son 1.008 euros brutos.
  • Hay dos millones de parados inscritos en el SEPE, que cobran un subsidio medio mensual de 926 euros brutos.

Vayamos ahora a las empresas privadas, que son las que dan empleo (al margen del aparato estatal). La radiografía es ésta:

▪ Empresas grandes: 29.996.

▪ Medianas: 24.765.

▪ Pequeñas: 74.975.

▪ Micro: 3.417.739.

▪ Según el criterio clasificatorio de la Unión Europea (que se aplica en todos los Estados miembros) sólo el 0,83% del total del tejido empresarial español son “grandes empresas”.

▪ Las “grandes empresas” son aquellas que tienen más de 250 trabajadores, facturan más de 50 millones de euros y tienen un balance ajustado a estos patrones.

▪ Los ERTO (Expediente de regulación temporal de ocupación) han afectado sobre todo a las pequeñas, medianas y micro empresas.

Si cruzamos ambas series de datos, podemos colegir que buena parte del aparato productivo está parado, con lo que las empresas no tienen ingresos y no pueden pagar a sus empleados, proveedores, etc. A su vez, los empleados han visto reducidos sus ingresos y viven de la subvención del Estado. Esta subvención, como mucho, sirve para pagar algunos de los costes fijos (no todos), por lo que su pasivo no deja de aumentar.

Y es que en planta (o en la calle, si se quiere), las cosas se ven de otra manera. Aquí no valen los modelos de recuperación, sean en L, en V o en cualquier otro signo.

¿Y qué puede/debe hacer el poder ejecutivo (gobierno Sánchez), el representante de la sociedad, para paliar los peores efectos de una economía en declive?

En primer lugar, hacer autocrítica por los errores cometidos en política económica durante los últimos cuarenta años. Errores graves en la asignación de recursos, como el proyecto megalómano de un AVE radial del que se enorgullecía la ministra Magdalena Álvarez (afectada luego por los fraudes públicos del gobierno andaluz), cuando proclamaba que “el AVE cosía con cables de acero todo el país”. Menuda vergüenza. Precisamente esos cables han servido para distribuir el Coronavirus urbi et orbe.  ¿Cómo pretenden que sus socios de la Unión Europea acepten unos eurobonos solidarios cuando se han dado cuenta, aunque tardíamente, de que el dinero cedido iba a proyectos no viables y superfluos (añadamos aeropuertos, polideportivos y obras públicas de autobombo) o a subvencionar, mediante prácticas corruptas (ERE’s, PER’s y otras menudencias), a una población alienada y fiel al duopolio político.

En segundo lugar, asumir que el Estado se halla técnicamente en quiebra, pues no solo no ha sido capaz de reducir el peso de la Deuda Pública con relación al PIB, sino que año tras año el Déficit Público sea ido repitiendo, por la mala asignación y peor gestión de los recursos económicos. Hay que añadir que el pasivo real del Estado es superior al que se indica oficialmente, pues parte de la Deuda Privada cuenta con la garantía pública.

En tercer lugar, cabría una reasignación de los recursos; es decir, reducir unas partidas del presupuesto y aumentar otras. El Estado ha de cubrir dos funciones básicas que aseguren el bienestar de la población: la sanidad y la educación. Buena parte del resto es discrecional. Ha de reducir drásticamente o suprimir muchas partidas de Defensa. La Defensa, en un mundo globalizado, solo sirve para defender los intereses del poder. No es defensa, sino represión interna. Ha de suprimir todo aquello que no genere valor añadido a la sociedad (instituciones, cuerpos de funcionarios, pseudo empresas, organismos, etc.). Ha de dinamitar el entramado político de las comunidades autónomas, que tratan de ocultar la pluralidad nacional del Estado, donde sólo Catalunya, Euskadi, Castilla y, en menor medida Galicia, tienen una trayectoria propia como naciones, lo que justifica y determina una organización política independiente.

Hoy día los simuladores permiten visualizar los flujos de todo ello. Comprobarán rápidamente que, tras la reestructuración, el saldo es muy positivo. Así dispondrán de un monto considerable que permitiría una renta básica de urgencia para el precariado. Y hay que hacerlo como recomendaba Milton Friedman con la metáfora del helicóptero del dinero: poniendo dinero líquido en el bolsillo de los ciudadanos más necesitados. Tendríamos a corto plazo un estímulo sobre la demanda y un mensaje ilusionado. Hasta Robert Chote, el duro guardián del presupuesto público británico, ha apuntado en esta dirección.

En paralelo hay que proteger la oferta, para que las empresas generadoras de empleo (que no son las grandes) se sientan reforzadas. Ayudas sin concesiones, vigilando las garantías adicionales que piden los bancos. Aplazamiento de impuestos. Aligeramiento de los costes laborales que no van a la cartera del empleado.

Todo ello supondría un incremento de la Deuda Pública, como va a ocurrir en el resto de países. Pero este incremento podría defenderse en los foros internacionales porque sería un ejemplo de buena gestión y de un cambio de rumbo en la esfera pública. Hay que sacarse de encima la cultura del funcionariado y operar como una sociedad libre y responsable.

Probablemente no van a hacer nada de todo esto. Puedo comprenderlos, pero no los respeto. Saben que se autodestruirían, y aunque se llenan la boca con la palabra “patria”, les importa muy poco la realidad social que hay detrás de ese manoseado vocablo.

El Estado español acabará siendo rescatado oficialmente (el Estado, no los ciudadanos), lo que implicará mayores recortes en las prestaciones sociales, más impuestos, menos libertades.

Quinto capítulo: el previsible comportamiento de compra / consumo

Hace ya algunos años que la corriente dominante en economía, la que interpretaba que la conducta humana operaba en términos racionales, ha perdido credibilidad.

Muchos estudiosos, a caballo entre la economía, la psicología y la sociología, han desarrollado una escuela de pensamiento que se denomina economía conductual (Behavioral Economics). Está demostrado que muchos de nuestros comportamientos no se ajustan a la racionalidad.

Sin embargo, en el entorno actual descrito se presiente un retorno a la racionalidad. Esto significa dar prioridad a lo necesario y modificar la asignación de la renta disponible después de pagar los costes fijos. No todo el mundo tiene la misma capacidad para asumir riesgos. Ahora veremos mayor retracción de la habitual. Las compras compulsivas llenarán el baúl de los recuerdos.

Entre los sectores económicos favorecidos destacarían la alimentación, los servicios de salud, el farmacéutico, la automatización, la digitalización, el comercio online y las tecnologías de la información.

En el lado de los perjudicados estaría en primer lugar y por encima de todo el turismo y sus derivados (hostelería, restauración, compañías aéreas), la fabricación de bienes de consumo duradero, el comercio al detalle, la construcción y los servicios inmobiliarios, los servicios financieros y el conjunto de mini renglones asociados al ocio.

Y si tenemos en cuenta que el turismo representa en el Estado español el 14% del PIB y que da empleo a casi tres millones de personas, podemos colegir que el problema de carácter inmediato tiene una dimensión no gestionable. Desde mi punto de vista, el Covid-19 le dará un golpe mortal al turismo de masas. Incluso los viajes de empresa, muchos de ellos innecesarios, serán sustituidos por videoconferencias. Habrá que reajustar todo ello.

La sociedad está atemorizada y se recluirá en lo conocido, en lo próximo, en lo probado. Recordemos que el pánico tiene un efecto multiplicador negativo. Es un cambio epistemológico que, como todo cambio, presentará amenazas y ofrecerá oportunidades. Y con esto abrimos una dimensión desconocida que puede romper todos los pronósticos económicos.

Es el paso, como decía Marx, de lo cuantitativo a lo cualitativo.

Sexto capítulo: la política.

El Covid-19 ha desnudado a los representantes de la alta política, que ante un problema que no estaba descrito en su manual operativo (troubleshooting) han fracasado como solucionadores de problemas.

La falta de liderazgo es una constante y es por ello que muchos conflictos sociales, políticos y económicos quedan aparcados sine die.

La crisis está dando protagonismo a los gobernadores de los bancos centrales, pero ni la política monetaria vale por sí sola, ni los gobernadores tienen visión de conjunto.

En las sociedades en las que la democracia autoritaria permea todas las instituciones, el pueblo se somete, se enfría la capacidad crítica, se espera que llegue “el mesías”. Y el mesías nunca llega.

En estas sociedades (como la española) la partitocracia controla todas las redes del poder. Incluso las renovaciones ideológicas resultan falsas. Es un mundo de funcionarios que viven de los Presupuestos Generales del Estado y que actúan como agencias de colocación. Las palabras liberal, conservador, izquierda, popular, socialista no significan nada. Están vacías de contenido.

En este sentido, el confinamiento ya les va bien, porque anula el debate y alimenta la tertulia de los telepredicadores de siempre. Para que el sistema de comunicación esté bien lubricado, el gobierno del Estado español ha concedido subvenciones por un importe de quince millones de euros a los grupos privados Mediaset y Atresmedia, que en el pasado ejercicio habían obtenido beneficios de 212 y 118 millones de euros respectivamente. Dinero a fondo perdido que podría haberse destinado a temas urgentes. Un auténtico disparate.

El descrito como “estado de alarma” es una forma encubierta del “estado de excepción”, que pone las bases de un autoritarismo desacomplejado.

Una reflexión provisional

Nadie sabe a ciencia cierta que va a ocurrir en los próximos meses. En estas circunstancias es cuando se ve claramente la diferencia entre la previsión y la planificación. La primera trabaja con variables exógenas y trata de objetivar la realidad. La segunda incorpora la voluntad propia y trata de construir una realidad distinta. El mundo globalizado y sus principales representantes no han sido capaces de planificar el futuro, en parte por sus carencias y en parte por no compartir un objetivo común, Y es por ello que los escenarios previsibles han ocupado el espacio. Y en esta coyuntura, la multiplicidad de fenómenos cruzados ha hecho más difícil describir el que sería el escenario ideal.

Veremos qué pasa. Lo único que sí puedo asegurar es que el nivel de incertidumbre y vulnerabilidad aumentan. Y mi feeling personal (quizás me equivoque) es que ya casi nada será como antes.

Alf Duran Corner

Fondo documental


¿Cómo sobrevivir sin trabajo, sin sueldo?

abril 25, 2020

La mayoria de problemas se resolverían, si fuésemos INDEPENDIENTES.

Las ayudas que llegaban de Europa, viendo que no iban a buen destino y, se quedaban en Madrid se han paralizado.

Solo podemos hacer frente a nuestras necesidades vitales, dar de comer a nuestras familias, si decidimos largarnos de España, cortar el cordón umbilical con esa grande y libre que pregonan algunos, también en Catalunya.  Pueden intentar ubicarse en la capital del reino y descubrirán lo inaudito.

Triste paradoja, ellos, España, necesita Catalunya para sobrevivir de tanto enchufado que forma parte de una nómina estatal sin dar un maldito «golpe».  También urge descubrir los que hacen lo propio desde Catalunya, simulando representaciones y otros cuentos mafiosos.

A partir del fin de la Pandemia, será imprescindible volver a empezar. NO con las triquiñuelas de hace cinco semanas, sino dibujando un nuevo futuro de armonía-trabajo-salud-AMOR.

¿Con Independència?  Mi voto es SÍ.

Cual hicieron nuestros mayores antaño, tras la guerra incivil de 1936, será la imaginación y el buen hacer de todos lo que nos ayudará a recuperar el futuro cual deseamos: simple, sin banalidades superfluas. Tal vez con el tú me das yo te doy.  Elaborando juntos un Programa de vida en común con respeto y compromiso.  Sin rencores ni avaricia con la finalidad de vivir en paz y armonía, juntos, al servicio de quienes nos necesiten y, a la recíproca.

 


FEM UNA XARXA D’AJUT?

abril 24, 2020

Què fer si tens problemes de salut o necessites ajut per a menjar? Si disposes de molta riquesa i no tens capacitat de moure’t de què et serveix?

Ve a tomb quan passats 44 dies seguim enclaustrats rics i pobres. Hem de sobreviure plegats i jo, recomanaria d’organitzar-nos.

Els que viuen fruit del treball quotidià no saben com fer-s’ho per a posar un plat a taula per la seves famílies. Cal doncs que, els que tenen recursos, ofereixin l’imprescindible als que ho necessiten.

Fem punts d’encontre virtuals, dir on, els que, necessitin suport, puguin trobar-lo.

Organitzem xarxes a pobles i ciutats. demanem ajuda als Ajuntaments per tal que, destinin el necessari dels seus recursos per donar menjar als que ho necessiten.

Fem-ho córrer, per tal que a ningú li falti el menjar diari. Sense vergonya, tots ballem el mateix vall…

 


“El medicament contra la Covid ha de costar menys de 10 euros, no el podem deixar en mans privades”. Sandra Vicente

abril 24, 2020

Des que la pandèmia del coronavirus va explotar a Europa i els Estats Units, centenars de companyies i investigadors s’han posat mans a l’obra per a trobar un medicament efectiu per curar la malaltia, així com per desenvolupar una vacuna que la previngui. Això és la gallina dels ous d’or per a una indústria farmacèutica que “no es pot enriquir més, perquè el monstre que ha creat és el que, en part, ens ha portat fins aquí”, diu Joan-Ramon Laporte, catedràtic en farmacologia, dedicat a denunciar els silencis al voltant de la industria del medicament.

Mentre no es desenvolupen fàrmacs efectius, l’OMS ha recomenat la reutilització de medicaments ja existents que poden pal·liar els efectes del coronavirus. Tot i que és una bona iniciativa, Laporte alerta que aquests medicaments es donen “sense cap prova que realment funcionin i sense parar-se a mirar si poden estar contraindicats per a un pacient concret”. I és que el mal ús que s’ha fet durant les darreres dècades dels medicaments ha contribuït a debilitar la salut de la població, segons apunta el catedràtic.

En l’informe que publica, juntament amb el professor David Healy, diu que hi ha medicaments que augmenten el risc de pneumònia, una infecció que pot complicar molt l’estat dels malalts de Covid-19. Quins són?

Hi ha medicaments que, encara que normalment s’usin per a malalties diferents, poden fer que una infecció respiratòria es compliqui i doni lloc a pneumònia. Passa sobretot amb gent gran, que són els qui tenen de per sí més risc. Això succeeix perquè produeixen molta sedació, de manera que es respira de manera superficial i ‘atonten’ el pacient, així que pot cometre més errors d’autocura. Ja hi ha estudis sobre centenars de milers de pacients, que demostren aquest risc.

Els medicaments més destacats serien els antipsicòtics o neurolèptics, com la risperidona, l’olanzepina o l’haloperidol, que augmenten el risc de pneumònia entre un 70 i un 300%. A Catalunya hi ha 64.000 persones en residències, de les quals 20.000 prenen aquests medicaments. Costa creure que hi hagi 20.000 persones a residències amb episodis psicòtics, però és que són medicaments que es donen a la lleugera: quan un pacient presenta ansietat o té un malson amb crits a mitja nit, se’ls medica.

No són episodis psicòtics, però el poc personal, potser no suficientment preparat i amb poca atenció general, fa que medicar sigui una temptació, per a fer veure que resols un problema quan en realitat només l’agreuges. El pitjor és que un 11% prenen dos antipsicòtics diferents. I un 6% en prenen tres. En lloc no es diu que prendre’n dos sigui més efectiu que prendre’n un, més aviat al contrari.

Medicaments com ansiolítics o antipsicòtics augmenten el risc de pneumònia entre un 70 i un 300%

També parlen d’analgèsics o els sedants

Sí, dels seus derivats opiàcids, que des del segle XIX se sap que poden matar per intoxicació i per ofec si hi ha infecció respiratòria. Són medicaments que s’usen molt però en indicacions no autoritzades. La pregabalina, per exemple, és el quart medicament més venut a Catalunya i està indicat contra l’epilèpsia, però mai no s’usa per això, sinó que es recepta contra el mal d’esquena.

Un problema gran també son els medicaments per dormir, com el lorazepam, o els sedants com el tranquimazin. A Catalunya, de cada 1.000 dones de més de 65 anys, 350 estan tractades diàriament amb aquests fàrmacs. Igual que els antidepressius, que també són depressors del sistema nerviós central, que els prenen més d’un 25% de dones d’aquesta edat.

Com passem de la sobremedicació a produir pneumònia?

Perquè s’anul·len les defenses. Hi ha medicaments d’ús comú que deprimeixen el sistema immunitari, com l’omeprazol, més conegut com a ‘protector d’estómac’. Jo sempre dic que no és un protector de res, sinó que és un medicament que, com tots, pot produir efectes beneficiosos o indesitjables, si s’usa malament. Aquest fàrmac està indicat per a molt poca gent, l’haurien de prendre com a màxim 100.000 persones, però és el més usat, després del paracetamol, i anualment es recepta a quasi milió i mig de persones a Catalunya.

És un medicament que anul·la l’àcid gàstric, que no és només una cosa que molesti de tant en tant, sinó que és un avantatge evolutiu que protegeix de la contaminació bacteriana o vírica que porten els aliments. Si inhibim l’àcid gàstric, perfem la defensa natural.

Parlem de medicaments amb recepta o d’accés lliure?

L’omeprazol és de dispensació lliure a farmàcies, però suposo que si se sap buscar, tot es pot aconseguir sense recepta…

A una entrevista a aquest diari va afirmar que el 50% dels medicaments que es recepten no són necessaris. Com afecta això a la població més vulnerable, com les persones grans?

La sobremedicació és particularment visible amb l’ús d’antipsicòtics a les residències. Hi regna un mal ús de fàrmacs, unit a manca de supervisió mèdica. Com si no s’entén que hi hagi gent que prengui dos antipsicòtics? Perquè ningú ha mirat què prenien abans! Estic segur que aquests factors han contribuït notablement a generar una situació de crisi de salut a les residències que, aquests dies, estem veient esclatar.

El mal ús dels fàrmacs i la manca de supervisió mèdica a les residències ha contribuït a una crisi que aquests dies veiem esclatar

Parlava abans que aquests fàrmacs duen a cometre més errors d’autocura. Això exposa el pacient a contagiar-se de malalties infeccioses, com podria ser la Covid-19?

Disminueixen molt la qualitat de vida. He vist gent diagnosticada de depressió a la que se li han retirat medicaments que no se sap ben bé per a què se li van donar, i milloren com les plantes aquelles que fa 15 dies que no regaves. A Catalunya cada any hi ha entre 10.000 i 12.000 persones diagnosticades d’alzheimer. A quants hem provat de retirar medicaments abans d’afirmar que tenen un dèficit de funció cognitiva?

Davant una crisi sanitària com l’actual, creu que és moment de reflexionar sobre l’ús dels medicaments?

Si mires com s’usa i s’abusa dels medicaments, entens que el que està passant avui no és casualitat. Gairebé totes les visites al metge acaben amb la prescripció d’un fàrmac. Sabent això, com pot ningú ni tan sols plantejar-se deixar el sistema de salut, i sobretot l’atenció als més vulnerables a les residències, en mans privades? És d’allà d’on hem de fer fora el capital privat: veient la mala praxis envers els medicaments i la mala atenció a les residències, s’evidencien els riscos de la gestió privada.

Ens hem equivocat en moltes coses, i si no ho arreglem de manera estructural, evitant més privatitzacions i oferint feines dignes, no ens en sortirem. Hem d’abandonar la idea de la sanitat com a oportunitat de negoci, tant pel que fa al sistema com a particulars. Vaig mirar fa poc la base de dades del Clinical Trials dels EUA, on es registren els assajos clínics de tot el món i dels 9 assajos espanyols que hi havia sobre la Covid-19, 8 no estaven disposats a compartir les dades amb la resta d’investigadors. De què anem? De què serveix investigar si no comparteixes? Ara ens diuen que si sensibilitat social, que si tothom a casa, però els qui fan negoci amb la salut continuen campant com si res.

Ara, més que mai, la indústria farmacèutica és la gallina dels ous d’or. Què passarà si un medicament, ja no dic una vacuna, contra la Covid-19 cau en mans privades?

Quan va sortir el rumor que el remdesivir podria anar bé, Gilead, la propietària, el va presentar a la Food and Drug Administration (FDA) com a medicament orfe. Això vol dir que és un fàrmac destinat a menys de 20.000 persones als EUA, un medicament que no tindrà mercat i que, per tant, se li donen recursos pel desenvolupament. En 48 hores es va muntar un escàndol i ho van haver de retirar. Però què passaria si el remdesivir anés bé, la patent seria únicament de Gilead? No. Aquests fàrmacs venen de coneixements obtinguts amb investigació pagada amb fons públics.

Ja és hora que parlem d’això, estem davant una emergència global. No podem deixar que se segueixi enriquint la indústria farmacèutica, el monstre que ha creat aquesta gent és el que ens ha portat aquí. El medicament pel coronavirus no pot caure en mans privades perquè no es pot vendre ni a 10 euros, s’ha d’alliberar la patent, fabricar-lo a tot el món i, en tot cas, que es doni un premi a qui l’hagi desenvolupat, i punt!.

No podem deixar que la indústria farmacèutica se segueixi enriquint, perquè el monstre que ha creat és el que ens ha portat fins aquí

Per lluitar contra la Covid s’estan reutilitzant medicaments que, segons les investigacions, podrien anar bé. Què en pensa d’això?

L’OMS va dir a finals de gener que, més que desenvolupar coses noves, el criteri seria mirar primer si tenim molècules antigues que funcionin contra el virus. Això no és cap xorrada, ja que un medicament no és res més que una molècula que un laboratori decideix desenvolupar com a antidepressiu o analgèsic o el que sigui. Però aquella molècula, desenvolupada diferent, podria funcionar per altres coses.

Així que no és estrany usar un medicament antic, perquè ja sabem com funciona i què en podem esperar de bo i de dolent. Les companyies farmacèutiques tenen grans biblioteques de molècules que no s’han tirant endavant perquè no anaven bé pel que volien. És per aquí per on s’ha de començar.

Ja s’estan creant aliances internacionals, com l’anunciada per Novartis, amb la Fundació Bill Gates, Master Card, Sanofi i moltes companyies petites i mitjanes, que posaran en comú les seves biblioteques. Tenen com a objectiu desenvolupar proves diagnòstiques, medicaments pel tractament i la profilaxis i vacunes.

Ara, la reutilització de medicaments es basa en usar fàrmacs que pal·lien els símptomes però no són 100% efectius per la cura. Correm el risc de caure, de nou, en la sobremedicació?

Una amiga, fa poc va ingressar a l’hospital, però no per Covid-19. Estava afectada per un ictus que havia patit, però li van posar possible Covid a la història clínica. Li van fer la prova i va sortir negativa, dos dies seguits. Però abans d’això, a la història clínica posava que se li havia de donar oxicloroquina, que és un dels medicaments que diuen que funcionen contra la Covid, tot i que està contraindicada per a pacients com ella. Són fàrmacs que es donen per protocol, sense que hi hagi proves que realment funcionen i sense mirar si poden ser perjudicials per a certs pacients.

Sobre la vacuna, hi ha qui diu que la tindrem en un any i mig i hi ha qui diu que haurem d’esperar fins el 2024. Què en pensa?

Per a fer-la és important conèixer la immunitat a la malaltia. Es comencen a tenir dubtes sobre quant dura la immunitat conferida: hi ha immunòlegs als Estats Units que comencen a advertir que no és segur que la gent que hagi passat el coronavirus en sigui immune, i això és molt fotut.

Els medicaments contra la Covid-19 es donen per protocol, sense que hi hagi proves que realment funcionen i sense mirar si poden ser perjudicials per a certs pacients

A més, podem pensar que és un virus que anirà mutant?

Pot fer-ho, sí. A millor o a pitjor. Però ja en parlarem quan muti. De moment, per aquesta Covid ja s’ha començat a publicar sobre centenars d’assajos clínics i proves en alguns voluntaris. Però s’ha d’anar amb compte amb aquestes notícies, perquè moltes vegades ho filtren les companyies per a fer-se publicitat. Hi ha el cas de la companyia Moderna que va explicar que ja havien administrat una primera vacuna a una dona voluntària, als EUA. No crec que funcioni, però el dia després d’anunciar-ho, molta gent hi va posar diners. Casualitat?

Sobre la gent que diu que no tindrem vacuna fins el 2024, és teòric, però és veritat que entre el temps que es triga en tenir preparats per a proves en animals i tenir-ne els resultats, que són uns pocs mesos, es podrien començar a fer proves en humans a la tardor, i començar a dir que tenim una vacuna que provoca anticossos. Però dir que protegeix contra el coronavirus, ja és una altra història. Quan es fa la vacuna de la grip, per exemple, cada any el que es busca és que generi anticossos, però no se sap si protegeix fins l’any següent. Les companyies que venen la vacuna de la grip fan un gran negoci perquè la distribueixen i després miren si ha anat bé. Per exemple, les dues darreres vacunes de la grip, es veu que no han protegit gens bé.

Per a saber totes aquestes coses sí que ens haurem d’esperar un parell d’anys. I per a que tothom pugui rebre la vacuna passaran, segur, tres o quatre anys, però s’aniran trobant coses.

El que caldrà veure és, precisament, com es distribuirà aquesta vacuna. Si serà gratis, si es començarà per la població de risc, si serà global…

Si no som capaços de fer una revolució mundial per a prendre la vacuna a qui la fabriqui, si no som capaços d’exigir als nostres governs que ens garanteixin una distribució equitativa i democràtica, és que ens estem equivocant molt. Ens parlen de bioètica, però que es posin les piles: hem de començar a defensar el vulnerable. Però haig de dir que, amb tanta gent treballant per a trobar una solució, no voldria desconfiar tant de la humanitat per a pensar que no ho farem bé.


La pandemia no es el fin del capitalismo. Marco A. Gandásegui h.

abril 23, 2020
La pandemia del coronavirus no es el fin del mundo. Tampoco es el fin de la historia. No podemos decir que la pandemia liquidará el capitalismo. Hay muchos pensadores que postulan estos desenlaces pensando en los terribles sufrimientos que el coronavirus le está causando a la humanidad. A pesar de ello, el mundo seguirá su camino, sacudido y golpeado por la pandemia. Las clases dominantes seguirán escribiendo su historia. El capitalismo aprovechará esta crisis para reforzar sus puntos débiles y continuará haciendo estragos de la naturaleza, así como de las mujeres y hombres que somete a su explotación.
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Foto: alternativacomunista.it

El capitalismo, al igual que el capital, es una relación social. Es una relación que siempre ha existido desde los tiempos en que se escribía sobre piedra. Es a partir del siglo XVI (los viajes de Colón), sin embargo, que comienza a consolidarse en algunas ciudades europeas. Los metales preciosos que los españoles le extraen a las minas de América aceleran el comercio europeo con el Oriente. El creciente intercambio les permite a los capitalistas de las ciudades del occidente europeo acumular riquezas e invertir en nuevas empresas en el siglo XVII. Surgen los reinos “absolutos” que concentran enormes riquezas (para la época) y desatan guerras interminables para ampliar su poder sobre el viejo continente. Al mismo tiempo compiten por materias primas y mercados en todos los continentes, incluyendo América. Este crecimiento combinado es lo que caracteriza el capitalismo.

De una decena de ciudades, distribuidas, sobre todo, en el norte de la península italiana, se extiende el capital sin cesar para construir una red que cubre la totalidad de la tierra en el siglo XXI. El capitalismo tiene una característica muy peculiar que define su crecimiento. Es un crecimiento desigual, dialéctico, y que crea relaciones de dependencia. La desigualdad consiste en la distribución de las áreas productivas. El crecimiento capitalista es impulsado por su capacidad de acumular riquezas. El sistema tiene un polo dinámico capaz de generar nuevas áreas de producción (tecnología) que subordina su periferia y le permite acumular más rápido. Arrighi sostenía que ese polo dinámico (centro) fueron Holanda, Inglaterra y EEUU, sucesivamente en los últimos cuatro siglos. En el siglo XXI el enorme poderío productivo y militar de EEUU se ha debilitado y en su lugar emerge China, como nueva locomotora industrial y financiera.

La aparición de EEUU como potencia hegemónica en el siglo XX transformó el mundo, cambió las reglas, pero no acabó con el capitalismo. Todo lo contrario, consolidó las relaciones sociales que le dan sustento al capitalismo. Introdujo un cambio que incrementó exponencialmente la productividad del trabajo humano (social) y les permitió a los capitalistas acumular nuevas riquezas antes inimaginables.  Al igual que en el siglo XVII y los subsiguientes este ‘progreso’ capitalista se dio en el marco de guerras interminables. ¿A qué se debe la declinación de una potencia hegemónica en el sistema mundo capitalista? No son las pandemias. La historia registra todo tipo de epidemias horribles en el transcurso del último medio milenio. No causaron cambios de época ni el derrumbe del capitalismo.

El capitalismo sólo desaparecerá cuando las relaciones sociales que la sustentan se disuelvan. Es decir, cuando las luchas de los trabajadores y sus salarios no les permitan a los capitalistas acumular. Por ejemplo, en EEUU se le paga a un obrero no calificado US$15 la hora. Según los capitalistas norteamericanos esa remuneración no les permite apropiarse de un excedente. Dejaron de pelear con las organizaciones laborales para bajar los salarios y optaron por trasladar (‘externalizar’) las enormes plantas industriales a China. Las industrias norteamericanas de acero, farmacéuticas, automovilísticas, químicas y muchas otras reaparecieron por toda la geografía oriental de China. El salario de los trabajadores chinos es una fracción de lo que se paga en EEUU. Con el cambio los capitalistas norteamericanos volvieron a captar enormes excedentes.

La pandemia ha golpeado muy fuerte a EEUU. Sus gobernantes (con el magnate y presidente Trump a la cabeza) dicen que tienen que reconstruir su industria que fue ‘externalizada’. Aparentemente, se percataron cuan vulnerables son sin una base material. Pero no será una tarea fácil. Si los trabajadores desempleados, cuyos sindicatos fueron destruidos, son nuevamente reclutados, se reagruparán para exigir los salarios que los capitalistas no pueden pagar. En esa contradicción insalvable, surgirá China como potencia hegemónica. No es el fin del capitalismo. Los líderes en Pekín lo llaman ‘socialismo de mercado’.


Elogios a la Abuela. Iván Padilla Bravo

abril 23, 2020

Yo voy a referirme aquí a una abuela hecha memoria ancestral, petrificada en jaspe y cargada de la poderosa energía del pueblo Pelón, la cual lleva por nombre Kueka.

La abuela Kueka es noticia por estos días debido a su regreso, luego de un largo secuestro de 21 años, por parte de un traficante de bienes culturales que la «compró» y trasladó hasta Alemania para integrar la caprichosa colección que él mismo exhibe en un parque al aire libre, de Berlín.

La abuela Kueka «desapareció» de su espacio natural en La Gran Sabana venezolana, en 1998. Una negociación absolutamente ilegítima y corrupta tapó la boca de los últimos gobernantes del llamado «puntofijismo», durante la IV República.

Con un franco desprecio hacia la memoria cultural de nuestros pueblos indígenas, se pretendió reducir a la Abuela Kueka a simple piedra vistosa y mercadeable, como suele ocurrir con toda cosificación en capitalismo, con fines exclusivamente lucrativos o de acumulación de capital.

Resulta que la Abuela Kueka es memoria y no mercancía. La memoria auténtica es inalienable, incanjeable, incomprable e invendible. La memoria es valor cultural y, en el caso de la Abuela Kueka valor cultural de uso por el pueblo Pemón, según su sistema de creencias y tradiciones.

Solamente un Estado de nuevo tipo, con principios socialistas, del socialismo del siglo XXI, y un gobierno revolucionario, Bolivariano y Chavista, como el que el Pueblo se dio al elegir al Comandante Hugo Chávez como su Presidente Constitucional, podía dedicarse inmediatamente a investigar y trabajar para sancionar el delito de tráfico de bienes culturales y la defensa de la memoria de los pueblos indígenas, en este caso del Pemón.

Con firme decisión decolonizadora y antiimperialista, los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, emprendieron la digna tarea de defender nuestras raíces, patrimonio e identidad cultural, en el caso presente referidos al rescate y repatriación de la Abuela Kueka.

La abuela ancestral nos asume pemones a todos y todas las patriotas de hoy, Bolivarianos y Chavistas también, y su reencuentro directo con estos nietos, se hace compañía, protección, rebeldía y dignidad de originarios de Abyayala, que nos reivindicamos en un socialismo genuino, indigenista, mestizo y, sobre todo, proletario, en estos tiempos cuando la lucha de clases es y será -sin dudas- derrota definitiva del capitalismo.

Ilustración: Iván Lira


Miquel Martí i Pol: El camí que no faig

abril 23, 2020

Un dels meus poetes preferits. Vaig tenir la sortir de compartir moltes estones amb ell.
 

Martí i Pol, Miquel

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Passejaria amb tu per una vella
ciutat desconeguda i m’hi perdria.

Ara em perdo també, sense ni moure’m,
i em cansa molt el camí que no faig
i la incertesa estulta de les hores.

Fràgil, el temps se m’esmenussa als dits,
transcorre absurdament entre foteses
i, desvalgut, veig allunyar-se i perdre’s
l’ombra del jo tenaç i reptador
que ha conviscut amb mi tota la vida.

Potser per això enyoro, melancòlic,
poder passejar amb tu per una vella
ciutat desconeguda, sense rumb,
i perdre’m pels carrers més solitaris.


Què passa amb els nostres amics presos? Exigim seva LLIBERTAT

abril 22, 2020

 Per què els nostres amics romanen empressonats?

A les autoridades competentes els hauria de caure la cara de vergonya.

La realitat supera qualsevol ficció. És com un trencaclosques que només poden aclarir els Magistrats i Jutges que els han empresonat i, es diria, que no saben com sortir-ne. Ho van fer sense Judici previ, en tant que malfactors. Els feia nosa la seva manera de treballar pel país i la nostra gent. La seva generositat i bon fer demostren qui son, No, com els que els han engarjolat, àvids de poder i de ser Portada dels seus pamflets..

El seu pecat: Ser catalans convençuts de que SOM UNA NACIÓ i  volem governar-nos.

Què dimonis entenen aquests Jutges-Magistrats pendents només del seus sous i augments de categoria, sempre que actuïn d’acord amb allò que ordenen els que manen,  els que es consideren poderosos.

Poderosos que romanen a l’anonimat però sabem qui son. Sempre els mateixos: els que no entenen el nostre pensar, que no volen que la nostra llengua i Cultura perduri.

Doncs Sí, no ens aturarem! Seguirem fidels als nostres principis de poble sobirà que vol viure en Pau.

Els volem a casa,. Prou presó il-legal. Prou Judicis farsa. Les seves famílies els necessiten , nosaltres, el poble, també.

Jordi Sánchez, Jordi Turull, Jordi Cuixart amics de tantes aventures.  Desitjo que malgrat el captiveri, demà dia del vostre sant, us permetin parlar amb les vostres famílies.

Confiem que las autoridades competentes anunciïn que s’ha acabat el captiveri i us deixin lliures. Seria una bona manera de celebrar aquest Sant Jordi. Passarien a formar part de la Història per la seva generositat. En tenen? Tots Confinats però esperançats.

Us necessitem sans i estalvis. Representeu un poble que no vol morir en mans alienes.

 

 

 

 

 

 

 


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