Cuba: hartos de tanta manipulación y mentira. Bartolomé Sancho Morey

julio 31, 2021

 Articulo interesante que suscribo en su totalidad. Gracias amigo.

Recientemente el pintor y escritor José Aranda, en su Tribuna de Opinión, con el titulo “Cuba es una dictadura”, lleno de contradicciones, falsedades o medias verdades las peores más cobardes y repugnantes mentiras en contra de la Revolucion cubana y sus máximos lideres, a los cuales acusa de asesinos, afirmaba: “Estoy, más que harto de comprobar cómo nuestro Gobierno de Pedro Sánchez desde a ministros y ministros [lleno de podredumbre] no llaman dictadura al sistema político imperante en Cuba”.

 Si bien es cierto que Cuba no es una democracia perfecta, pero sin lugar a dudas mucho más representativa, justa y democrática, que por ejemplo la estadounidense y lo más importante que el pueblo soberano a diferencia de los regímenes monárquicos [España] o Imperialistas  EE.UU  tiene las herramientas para mejorarlos y llevar a cabo los cambios necesarios. Como  quedo demostrado en el histórico Referéndum, del 24 de Febrero del 2019, en que el 86.85% de los cubanos-as,  ejercieron su derecho al voto o sea el 73.3 del total de ciudadanos mayores de 16,  despues de varios meses de largos, acalorados y polémicos debates en miles de asambleas,  [Partido,  sindicato, medios de difusión, fabricas, Universidades, Hospitales, Comités de Defensa, etc. etc.] en que participaron  millones de cubanos-as, fue aprobada con 6 millones 816 mil 169 cubanos la Nueva Constitución, sin lugar a dudas una de las más progresistas, justas y humanas existentes en el Mundo. La cual [por aquello de que un hombre bien informado vale por dos] invito al Sr. José Aranda y otros muchos “analfabetos políticos”, a leer y reflexionar, para de esta y única forma, con conocimiento de causa, respetando la soberanía y autodeterminación de los pueblos en este caso Cuba. “al margen de ideologías” si de verdad es democrático, reconozca al llamar injustamente dictadura a Cuba, su error y que por aquello de que rectificar es de sabios y en este caso de caballeros y justicia, tenga el valor y ética-política, y decencia de reconocer que Pedro Sánchez y todos sus  ministros   insisto “al margen de ideologías” respetuosos con la autodeterminación y voluntad soberana y democrática  de la gran mayoría del pueblo cubano, no deben ni pueden insisto llamar antidemocrático [sino todo lo contrario]  a un gobierno legitimo y constitucional elegido [junto con su sistema político] soberanamente, por uno de los pueblos más cultos y valientes [que difícilmente se le puede dar gato por liebre]  con mas cultura política del planeta.

El Sr. Aranda,  Por si no bastara, finaliza sus reflexiones con la esperanza y deseo de que ¡Increíble pero cierto! el nazi-fascista-genocida Donald Trump, el cual  “según sus fuentes fidedignas” esta ávido  de querer crear un fantástico negocio con el turismo en Cuba y de paso dejar atrás y con un palmo de narices a los empresarios oportunistas y corruptos mallorquines como Escarrer y otros que se conchabaron con la dictadura.

Para de esta forma,  a través de su fantástico negocio  [sueño “pesadilla” americano] Trumpista, de nuevo convertir a la Isla. En el paraíso, del vicio, juego, droga, prostitución y burdel de EE.UU.  Dirigido desde Miami, por la mafia-gansteril-terrorista-americana-cubana.

El Sr. Aranda, finaliza sus reflexiones: Esperando, que pronto a través de Donald Trump y sus 40….honestos “gánsteres” hoteleros estadounidenses, llegue la libertad, la justicia y la democracia al pueblo cubano.

Para terminar invito al Sr. Aranda y afines, “débiles de memoria histórica”.  Que escuchen la   famosísima e histórica canción “Llego el Comandante y mando a parar” de Carlos Puebla. Para recordarles a estos Sres.“ que desde el 1 de Enero de 1959, en que llego Fidel y mando a Parar la ¡Barbarie! Cuba-Socialista disfruta de plena libertad, justicia y  democracia. Y que al igual que los contrarrevolucionarios cubanos residentes en Miami,  cuyo presente y futuro “de ciencia ficción” insisto “haciendo y deshaciendo las maletas” para invadir “destruir” a Cuba. Será la de seguir y seguir viviendo de ilusiones “Gansteriles” y morir de desengaños.    

 Bartolomé Sancho Morey


El covid los dejó solos: la otra pandemia. Pelota de Trapo

julio 30, 2021

Por Silvana Melo

(APe).- Más de 14 mil niños y adolescentes sufren su propia pandemia: se quedaron solos, cuando su madre, su padre o sus abuelos murieron de covid. El bebé de Caá Catí es apenas uno de ellos, nacido en la agonía de julio, en Corrientes. Cuando su mamá moría atravesada por el coronavirus, su papá se quedaba acurrucando a los cuatro más que viven en casa. El bebé de Caá Catí es frágil y solo de toda soledad, en un tiempo en el que tendrá que repartirse el volumen escaso de cuidado y a él le tocará un apenitas aunque necesita tanto. Un millón y medio de infancias quedaron talados de madre o padre en todo el mundo. Con el desamparo colgando del cuello, como un sambenito de los tiempos.

Son 13.003 chicos de menos de 18 años los que en la Argentina sufrieron la muerte de su padre, su madre o de los dos. El dato apareció en The Lancet, la revista británica que legitima informes sobre la salud del mundo. Pero esos números abarcan hasta el 30 de abril. Después llegó la segunda ola y los 500, 600, 700 muertos por día que habrán dejado una orfandad incontada por los organismos internacionales. Justo cuando esta tierra alejada del ombligo global sufría los peores sismos de la pandemia.

Desde el 1 de marzo de 2020 y hasta el 30 de abril de 2021, 2658 niños y adolescentes se quedaron sin mamá. 10.341 perdieron a su papá. Cuatro de ellos a los dos. Son más de 1.100 los que no tienen más a sus abuelos. 14.117 en total.

En el mundo, cada doce segundos un niño queda huérfano.

Esas soledades, provenientes de la pérdida de los responsables de su cuidado, enfrentan a los chicos y las chicas con tiempos sombríos. Cuando estarán más tristes, más pobres, peor alimentados, con el desamparo entrando por las puertas que no cerró el covid cuando invadió los hogares indefensos. Sin armas contra el monstruo que se lleva a los mayores y deja a los niños solos.

El bebé nacido en el Hospital de Campaña de Corrientes tiene cuatro hermanos más y un padre sin empleo. Su madre murió en tiempos en que los gobernantes sueñan con abrirlo todo, masivo y sin barbijo, como si nada pasara. Como si nada hubiera pasado.

Pero él se quedó sin madre. Y su papá no puede con todos. Por eso piden ayuda en Corrientes para el bebé de Caá Catí. Que es el nombre de todos los demás, de los 14 mil y pico a los que el covid les arrebató a su padre, su madre o sus abuelos. Se los arrancó, les subió la fiebre, no los dejó respirar y se los llevó lejos, tan lejos que no alcanzan las manos para acariciar. Ni para dar de comer. Ni para poner en la panza cuando duele.

El virus llegó y sin golpear los contagió a todos en la casa de Caá Catí. Pero se llevó a su madre. Que lo había parido hacía tan poquito. Uno de los 14 mil y pico que ya serán muchos más después del oleaje pavoroso de estos meses. Que se llevó a diez mil en quince días pero The Lancet no los contó.

Desde el 30 de abril (63.865 fallecidos) hasta hoy (105.113) murieron 41.248 más. Muchos de ellos padres, madres, abuelos. La proyección de los niños que los perdieron aumenta desesperadamente a 23.000.

Una pandemia encubierta que se suma a las otras, al hambre, a la mala nutrición, a la pésima atención sanitaria, a la violencia física, emocional y sexual, a las balas de la policía, a la indiferencia del estado.

Una pandemia invisible que se suma a las que apuntan todos los días a la cabeza y al corazón de las infancias de esta tierra de fin del mundo.


Downshifting. Alfons Duran Corner

julio 30, 2021

Nuestra cita

La simplicidad es la sofisticación definitiva. Leonardo Da Vinci.

Por favor amigos, no dejéis de leer. Suscribo en su totalidad.

Vamos a dejarlo como un cambio, un giro, una tendencia (shift) a la baja (down). Esto se lo puede plantear cualquiera, a nivel individual o colectivo. También una organización o una empresa. No es ir a menos; es dejar de ir necesariamente a más. Es romper el tabú del crecimiento que lleva a la hipertrofia, ese cuerpo enfermo, desequilibrado, en el que domina el desconcierto y la ansiedad. La sociedad en general está sodomizada por el PIB, indicador por excelencia de los que creen que el factor económico es el único que merece una lectura atenta.

Ahora que vivimos tiempos de pandemias, a las que debemos acostumbrarnos si queremos sobrevivir, merece la pena reflexionar sobre nuestra vida, en especial sobre la calidad de la misma. A título personal he de declarar que nunca he tenido tan claro el concepto de “el aquí y el ahora”, de la instantánea del presente, de la pérdida de tiempo que supone un exceso de preocupación por el futuro o un recrearse en un pasado idealizado que ya se fue.

Y es que la crisis sanitaria nos ha pillado en plena crisis económica y social de largo recorrido (la explosión del 2007), que ciclos cortos de expansión y caída han tratado de oscurecer, con la ayuda interesada de los medios de comunicación. La política económica dominante, con protagonismo de la política monetaria, no se ha traducido en una mejora general. Ha enriquecido a unos pocos (gracias a la sobrevaloración de los activos), ha favorecido a los rentistas y ha aumentado la carga de la deuda a personas, familias, empresas y naciones.

Los que tuvimos la suerte de vivir de cerca los años del capitalismo civilizado, surgido tras la II Guerra Mundial, podemos recordar los movimientos críticos de finales de los sesenta (los hippies californianos, los enragés parisinos, los contestatarios de Frankfurt y Hamburgo), y sabemos que aquellos estudiantes eran hijos de una burguesía rampante y que su actitud contraria a la sociedad de consumo acabaría disipándose, como así ocurrió. El Sistema fue capaz de metabolizarlo todo.

Luego, con la caída simbólica del muro de Berlín se liquidó en Occidente la utopía de una sociedad sin clases, y de forma casi inmediata se construyó un bloque monolítico, en el que todos podían participar, y en el que la economía estaba cada vez más financializada, los proyectos colectivos quedaban archivados y el individualismo era el valor en alza. El eslogan era “búscate la vida”, una versión más prosaica del “sueño americano” (un concepto, por cierto,  que la evidencia empírica ha demostrado en el tiempo su escaso rigor estadístico). Los proyectos personales se ajustaban al patrón consumista de un piso nuevo, un coche nuevo y un viaje low cost a un supuesto paraíso exótico. Y cuando el salario no llegaba, siempre se podía contar con un crédito fácil. La gente se quejaba pero guardaba silencio. Los sindicatos oficiales eran dotados de partidas presupuestarias y sus órganos rectores estaban encantados. El pensamiento crítico había liquidado sus stocks.

Al final, al ciudadano le queda bien poca cosa. La mayoría laboral forma parte del precariado (esa combinación de proletario urbano en condiciones precarias), con pasivos familiares hacia arriba y hacia abajo, con un fuerte grado de inseguridad no solo en el trabajo sino también en sus relaciones personales, y con una sujeción forzada al poder dominante. Algunos lo han calificado como una vuelta a la Edad Media. No es un panorama halagador.

Pero tampoco es el fin del mundo, al menos que yo sepa. Y en estas circunstancias hay que ponerse a pensar, actitud que sorprende gratamente cuando la llevas a cabo. Recuerdo que en los setenta en California (cuando los ecos del “Fuck, fuck, the world is over” se habían volatilizado), surgió un movimiento de retorno a la vida más simple, más sencilla, a modo de reencuentro con la naturaleza. De ese movimiento quiero ahora destacar una herramienta metodológica que me ha acompañado desde entonces y que trata de responder a una pregunta esencial: “¿Qué hay de bueno en ello?”. Cuando te ha ocurrido algo dramático, algo a veces inesperado, un duro contratiempo, una ruptura, un golpe insólito, tómate el tiempo de duelo que creas, pero no lo alargues. Y una vez hecho esto, pregúntate: “¿Qué hay de bueno en ello?”. Si dejas la lírica por un momento, pronto te darás cuenta de que siempre hay algo positivo tras el drama. Y esto último es precisamente lo que te permite volver a empezar.

Y en este denso caldo de problemas económicos, sociales, medioambientales, políticos y convivenciales, hay una constatación evidente y es que se puede vivir con menos. En la mente de mucha gente existía el falso correlato de que cuanto más creciéramos económicamente, más felices seríamos. Esto nos llevaba a gastar más que lo que ingresábamos, a que buena parte de nuestro consumo fuera superfluo, a que nos creyéramos ricos cuando únicamente lo éramos en deudas. Pensábamos que el dinero era la solución definitiva y no es así. Seguramente algunos lo intuían, pero preferían no prestar más atención. Ahora las circunstancias lo aconsejan. La crisis es una gran oportunidad para replantearse la vida. Replantearse la vida no es reinventarse (una cursilería fabricada en alguna escuela de negocios del Régimen), sino cambiar tu relación con el medio. Darse cuenta, como decía John Lennon, de que “la vida es lo que ocurre mientras tú estás ocupado haciendo otros planes”.

Porque si nos preguntáramos por qué trabajamos, la respuesta más obvia sería que trabajamos para poder atender nuestras necesidades. Pero, ¿cuáles son nuestras necesidades, nuestras auténticas necesidades? Quizás unas pocas: una alimentación sana y equilibrada, agua potable de calidad, aire puro, luz, espacio, un habitáculo salubre y agradable. Todo esto complementado por unos vínculos sociales que generen estima y autoestima, que nos ayuden a sentirnos acompañados en un entorno de amistad y confianza.

Deberíamos avergonzarnos si no reconociéramos que estas necesidades no quedaban satisfechas cuando crecíamos al 3, al 4 o al 5% del PIB año tras año, en entornos hostiles – tanto laborales como familiares – sometidos a la ley de la competitividad, presionados por el valor de la apariencia, obligados a una conducta superconsumista. Se nos dirá que al final esto genera dinero y hace las cosas más fáciles. Podemos aceptarlo, pero, ¿dónde está el límite? ¿Cuánto perdemos al intercambiar nuestro tiempo por más dinero? ¿Este plus nos hará más felices?

Vayamos un poco más lejos respecto a la entronización del crecimiento del PIB como generador de empleo. Llevamos ya muchos años ocultando que gran parte del empleo creado es de bajo valor añadido, mal remunerado y temporal. Es lo que los sociólogos anglosajones describen como bullshit jobs(trabajos de mierda), en los que los Estados toman protagonismo junto a la iniciativa privada. Fue Keynes quien recordó hace cien años a los políticos mediocres que las inversiones de los Estados se tenían que ajustar a un principio de racionalidad. Ponía el ejemplo de lo fácil que es crear ocupación en obra pública; solo es cuestión de que miles de personas se dediquen a cavar pozos y, a continuación, otros miles se dediquen a taparlos.

Como siempre, voces críticas sobre el tema ha habido muy pocas. Entre ellas hay que destacar la del profesor Richard Esterlin, de la universidad de Pennsylvania, que en 1974 estudió la relación existente entre los ingresos y la felicidad. La teoría económica tradicional había defendido la tesis de una relación positiva (a más ingresos, más felicidad), y la investigación, con gran soporte cuantitativo, puso de manifiesto un error básico: la llamada “paradoja de Esterlin”. Y es que a partir de cierto nivel de ingresos, la relación se rompe. En el estudio se cuestionaba el principio de acumulación, principio que justamente es una de las bases del sistema capitalista dominante. Esterlin iba más lejos: una vez cubiertas las necesidades esenciales, la calidad de vida del sujeto no solo no mejora sino que muchas veces empeora.

Sus investigaciones acabaron encontrando un espacio en el mundo académico y hacia finales del pasado siglo dos reputados economistas (Amartya Sen y Mahbub Ul Haq) obtuvieron el apoyo de las Naciones Unidas para desarrollar un nuevo índice a contrastar con el PIB: el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Las variables principales elegidas eran: estándar de vida (medido en paridad del poder de compra); esperanza de vida; nivel educativo y grado de desigualdad (coeficiente de Gini). Resultó evidente desde el principio que el valor cualitativo del IDH era muy superior al del PIB, máxime si tenemos en cuenta que este último, introducido en Estados Unidos después de la II Guerra Mundial, no tenía otro propósito que medir la capacidad productiva del país.

Los últimos datos registrados del IDH corresponden al año 2020 (en plena pandemia) y los países que lideran el ranking son: Noruega, Irlanda, Suiza, Hong-Kong (China), Islandia, Alemania, Suecia, Australia, Países Bajos y Dinamarca.

Si hacemos lo propio con el PIB per cápita (en este caso correspondiente al 2021), tenemos el siguiente orden: Luxemburgo, Irlanda, Suiza, Noruega, Estados Unidos, Dinamarca, Singapur, Islandia, Países Bajos y Suecia.

Podemos apreciar que ni Luxemburgo, ni Estados Unidos, ni Singapur, a pesar de su destacada posición en el PIB, aparecen en la cabecera del IDH, índice más vinculado a la calidad de vida.

Esta nueva forma de comprender la realidad económica tenía relevantes antecedentes históricos que conformaban la “teoría del decrecimiento”, una teoría omnicomprensiva que huía de la lectura cuantitativa defendida por los economistas neoliberales. El decrecimiento es una corriente de pensamiento económico, político y social favorable a la disminución regular y controlada (hay que poner énfasis en estos dos conceptos) de la producción económica. Su propósito es establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Supone un cambio radical respecto al modelo actual. Sus defensores argumentan que vivimos permanentemente en desequilibrio, ya que el ritmo productivo impide que la naturaleza tenga tiempo de regenerarse. También señalan que el modelo económico vigente no produce “bienestar”.

Todo ello parece muy razonable, aunque hasta ahora el impacto real de su diagnóstico sobre la vida cotidiana de la gente ha sido inapreciable. Y eso que las señales de alerta han sido constantes. Por ejemplo en 1971 (hace ya medio siglo) el matemático y economista Nicholas Georgescu-Roegen publicó “La Ley de la Entropía y el Proceso Económico”, donde demostraba que el modelo económico neoclásico no había tenido en cuenta el principio de la degradación de la energía y la materia. Tanto la una como la otra solo podían cambiar en un sentido: de utilizable a no utilizable, de disponible a no disponible, de ordenado a desordenado. La entropía era pues incompatible con el modelo económico de crecimiento cuantitativo indefinido, que se basa en un consumo de energía que sabemos que es finita. Un año después, el Club de Roma (un think tank creado por el propio Sistema) publicó un ensayo con el título “Los límites del crecimiento”, en el que ahondaba en la misma dirección.

No se les ha hecho ningún caso, ni desde el mundo liberal-conservador ni desde las dictablandas (con especial protagonismo de la República Popular China). En este sentido hay que resaltar que los países emergentes han copiado las formas del capitalismo más ortodoxo. Y la ecuación es muy simple: o decrecemos voluntariamente o acabaremos decreciendo por agotamiento de las fuentes que permiten el actual crecimiento.

Será por todo ello que la pandemia nos brinda una segunda oportunidad, ya que el mundo no ha sabido aprovechar el impacto de la gran depresión, esa crisis económico-financiera del 2007, a la que ya nos hemos referido.

Y esto, ¿cómo se hace? No existe un camino asegurado, pero sí unas líneas de actuación a plantearse. Por ejemplo:

  • Reconceptualizar. ¿Cuánto necesitamos realmente para vivir de una forma digna?
  • Reestructurar. Ajustar el aparato productivo a las necesidades reales. Hay un exceso de oferta.
  • Relocalizar. El punto clave es la proximidad. ¿Qué sentido tiene que la fruta y verdura que consumimos venga del otro lado del mundo?
  • Reutilizar. Reparar, mejorar, alargar la vida de los utensilios.
  • Reciclar. Recuperar lo usado.
  • Reducir. Simplificar. Abandonar lo superfluo.

Quizás la palabra clave es simplificar, vivir de forma más sencilla reduciendo pretensiones, eliminar la complejidad importada, minimizar las obligaciones. Seguir trabajando, pero hacerlo de forma diferente. Hay que romper previamente la presión del entorno para ir ganando paulatinamente cuotas de libertad.

Y ante cualquier circunstancia, por negativa que sea, preguntarse: ¿Qué hay de bueno en ello?

Volvemos en septiembre.


Cuba y la cuestión de los derechos humanos: De la representación mediática a la realidad actual

julio 30, 2021

Un análisis comparativo de cuatro países según los informes de Amnistía Internacional:

Cuba, Estados Unidos, Francia y España

Salim Lamrani

Université de La Réunion

Introducción

            Desde 1959 y el advenimiento de la Revolución Cubana, y en particular desde 1991 y la caída de la Unión Soviética, Cuba resulta invariablemente asociada a la cuestión de los derechos humanos. En efecto, tras el desmoronamiento del bloque del Este, Estados Unidos ha ajustado su retórica diplomática para justificar el mantenimiento de las sanciones económicas contra la isla del Caribe. El Presidente Eisenhower esgrimió primero el argumento de las nacionalizaciones y expropiaciones cuando impuso las primeras medidas de retorsión económica en 1960. Luego, cuando su sucesor John F. Kennedy decretó sanciones totales en 1962, justificó esa medida por la alianza entre La Habana y Moscú. Las posteriores administraciones mantuvieron esa política hostil y adaptaron su comunicación a las circunstancias de la época. Así, el Presidente Gerald Ford evocó el apoyo que brindó Fidel Castro a los movimientos revolucionarios e independentistas del Tercer Mundo para explicar el estatu quo hacia la isla. El Presidente Ronald Reagan incluso colocó a Cuba en la lista de los países patrocinadores del terrorismo en 1982 para consolidar el estado de sitio impuesto a la población cubana. Pero desde 1992 y la adopción de la Ley Torricelli, Estados Unidos evoca exclusivamente la cuestión de los derechos humanos y de la democracia para mantener las medidas coercitivas contra Cuba.

            Existe un consenso ampliamente difundido en el seno de la opinión pública, particularmente en Occidente, para asociar Cuba con las violaciones de los derechos humanos. Desde luego no se trata de negar los eventuales atentados a los derechos fundamentales que puedan ocurrir en el seno de la sociedad cubana. Las organizaciones internacionales y la prensa los mencionan regularmente en informes y artículos. En cambio conviene cuestionarse sobre el hecho de saber si hay una correlación entre el número y la gravedad de las faltas que señalan las instituciones internacionales y su exposición mediática, así como el espacio que ocupa la isla sobre este tema en el imaginario colectivo. En otras palabras, ¿acaso hay más violaciones de los derechos humanos en Cuba que en el resto del mundo?

            Para responder a esta interrogante, este trabajo propone realizar un estudio comparativo, basado en el último informe anual de Amnistía Internacional, entre cuatro países: Cuba, Estados Unidos, Francia y España. Tras una constatación sobre la opinión general respecto a los derechos humanos en Cuba, esta mirada cruzada permitirá descubrir si existe una especificidad cubana tangible en materia de derechos humanos o si otras consideraciones que primarían sobre la realidad factual motivan la representación de esta problemática.

Artículo completo: https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/21485


Democràcia real, ja!

julio 29, 2021

Estem farts de sentir aquest enunciat que m’agradaria veure acomplert abans no me’n vagi. Curiosament el proclamen justos i pecadors, alts i baixos, rossos i bruns, no dic rics i pobres perquè els primers no accepten perdre prebendes, tot i que, de tant en tant gesticulen, i ho anuncien, sabent que mai ho acceptaran ni ho posaran en pràctica. No volen que les seves economies siguin igualitàries, diuen que ells treballen més i millor, que estan preparats per manar. Hi esteu d’acord? Jo no!

Només cal revisar com ens ho maneguem la majoria de famílies per arribar a final de mes els que tenim sous fixes -una petita jubilació de per vida- però no hem tingut mai càrrecs a cap estament polític que,des que tinc ús de raó, no canvia els rostres dels seus manaires afiliats; s’hi fan vells.

Què dir de les vacances que fan uns i altres, els viatges que, a més a més, no deixen de comentar arreu a major glòria seva, però que els posa en evidència mentre alguns, molts, ens estem de coses que ni tant sols son supèrflues, o per gaudir d’uns dies passejant amb la família.

Sé que em repeteixo, però només hi ha una sortida que ens salvaria: treballar plegats per aconseguir una democràcia social-política-econòmica per a tots els éssers vius, amb tots els drets socials que ens corresponen, també als més grans. Una democràcia amb aquella frase comuna a Cuba, plena de sentit, que sempre em feia rumiar: «Casa-cama y chocolate» a l’abast de tothom.

Amb el pas dels anys la desigualtat ha crescut de manera frustrant. Tota la vida he lluitat per veure-la superada però, malauradament, va a pitjor. M’agradaria trobar imatges exigint aquests temes de forma col.lectiva. Hem sortit a carrers i places des que tinc ús de raó sense permís primer, amb la connivència dels que manen ara. Sabem que son meres paraules que el vent s’endurà.

Tothom es cansa, el comodisme, el total convenciment del per què? i el no ens en sortirem guanya la partida als que, més actius i rebels, sortim al carrer a reclamar, o ho fem per escrit com ara, quan la pandèmia s’interfereix a la nostra vida quotidiana i ens té abraonats a casa, rera uns vidres, mentre que d’altres romanen amorrats a la tele davant de qualsevol bajanada. La fam i el desencís s’han convertit en tema quotidià igual que l’atur, la inseguretat laboral. Si protestes o reclames, ningú en fa cas i, pots cavar la teva tomba per protestona. Sabeu? No callaré pas! Faré de corcó!

I avui, a la Cuina de resistència, pastís de formatge de La Vinya.

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INGREDIENTS 600 gr de formatge Philadelphia, 180 gr de sucre, quatre ous, una cullerada de Maizena i 300 mil-mililitres de nata muntada.

Escalfarem el forn a 220 graus. Batrem tots els ingredients, jo ho faig amb la Thermomix per aconseguir una pasta fina: el formatge, el sucre, els ous, la Maizena i la nata. Untarem un motlle que bastirem amb paper -també untat- i hi abocarem la preparació.  Forn a 200 graus durant 50 minuts. El deixarem  reposar , és millor preparar el pastís d’un día per l’altre.

Millor preparar d’un dia per l’altre


Sant Pere de les Puel-les. Barcelona

julio 28, 2021

RECÉS D’ESTIU A LA CIUTAT
del dilluns 23 al dissabte 28 d’agost
L’harmonia de la teva vida, resseguint les notes musicals
   amb Conxa Adell i Cardellach
   Cartell [clic]


SISENA NIT DE LES RELIGIONS
dissabte 18 de setembre
organitzada per Audir (Associació Unesco per al Diàleg Interreligiós)
Vespres, a les 7.30 (entrada: Anglí, 55)
Dansa contemplativa a l’hort, de 8 a 9 del vespre (entrada: Dolors Monserdà, 31)
   Cartell [clic]

DESCOBREIX LA TEVA VIDA ESPIRITUAL, FENT IMMERSIÓ EN UN MONESTIR
Màster de la Universitat Ramon Llull en
Autoconeixement, transformació emocional i cosmovisió espiritual

   organitzat conjuntament per la Fundació Vidal i Barraquer

   i el Monestir de Sant Pere de les Puel·les
   Díptic [clic]

Fraternitat de Sant PereConeixeu la fraternitat de laics del monestir de Sant Pere de les Puel·les?
http://www.benedictinessantperepuelles.cat/cat/frater.html
Taller de Restauració de Document Gràfic
restauraciosantperepuelles.wordpress.com

L’hostatgeria romandrà tancada la primera quinzena d’agost.

Monestir de Sant Pere de les Puel·les

Anglí, 55. Barcelona. Tel. 932038915
Més informació al web

www.benedictinessantperepuelles.cat

VERIFIQUEU LES DATES AL WEB PER A POSSIBLES MODIFICACIONS


El meu fill Marc avui faria 60 anys

julio 28, 2021

Era última hora del 27 de juliol de 1961 que va treure el cap el nostre quart fill però el vam inscriure el dia 28. Persona extraordimària en tot el abarca la paraula, tot ho feia be, mai pensant amb el què diran. Enginyer agrònom, especialitat que mai va exercir, va col.laborar a la farmàcia de la seva tia Eulàlia Montaña, i va ajudar a tothom que el necessitava. Ja casats la resta de germans ens demanar a nosaltres, seus pares, si el volíem a casa. Va ser un dia gran per a nosaltres: I TANT QUE T’HI VOLEM!

Gran cuiner, amant de l’art i del teatre, viatjàvem sempre plegats no importa on. Vam conèixer Espanya de la seva ma. Tenia gran dèria pel futbol, va passar per tots els grups d’edat fins arribar a l’equip de veterans. Vet aqui que va morir el dissabte 26 d’octubre de 1996 mentre jugava un partit de campionat. Consternació total per part de tots.

Ens faltes, t’estimem! Sé que ens retrobarem però, mentretant t’enyorem!


La quinta ola …

julio 28, 2021

Suben los contagios, pero, sobre todo, aumentan los ingresos en UCI. Los rastreadores siguen sin ser contratados y los centros de atención primaria, sin reforzarse.
En Madrid hay una verdadera ofensiva del gobierno del PP contra ellos. La sanidad pública se colapsa. El escudo social no funciona. En consecuencia, las listas de espera se disparan y la pobreza aumenta. Ante la falta de ingresos y apoyos, la presión por trabajar de lo que sea y como sea aprieta. Hay que pagar el recibo de la luz, que continúa al alza.
La vacunación es lo único que avanza a buen ritmo, salvo en la Comunidad que alberga la capital; allí, el PP almacena vacunas que no inocula. En resumen, se juega sin pudor con la vida y la salud de la gente para garantizarse (a partir de Madrid) quebrar el modelo público y afianzar un giro hacia la sanidad privada.

Hay que responder y lo debemos hacer las entidades ciudadanas, pero también el gobierno. Mirar para otro lado no ayuda, sino desarma. En medio de una ola de reacción negacionista, encabezada por Ignacio Camuñas (ex ministro de UCD y prócer de la transición) y bien arropada por los jefes del PP y la brunete mediática, va el proyecto de Ley de Memoria Democrática camino de las Cortes. En el proyecto, entre otras cosas, se incluye una condena expresa del golpe de Franco y de la dictadura, se declara la responsabilidad del Estado en la búsqueda de las personas desparecidas, se crea un banco de ADN y una fiscalía de sala de memoria democrática, así como dos días de conmemoración (31 de octubre, de todas las víctimas y 8 de mayo, de las personas exiladas).
A pesar del avance que representa, en el proyecto se descartan las indemnizaciones para las víctimas o la responsabilidad patrimonial del Estado. Casado ya nos anuncia que, en caso de ganar las próximas elecciones, derogará la ley de memoria y la cambiará por una de “Concordia, Constitución y Patriotismo” muy al gusto de Camuñas. Es decir, una ley negacionista del golpe, inculpatoria de la república y mantenedora de la imagen de Franco como salvador de la patria.
El pacto de la transición nació sepultando la verdad, la justicia y la reparación que reclama el movimiento memorialista. Se cegó así el mínimo exigible para poder hablar del régimen del 78 como una democracia con mayúsculas. La derecha se aferra a ese consenso de la transición, a sus normas, usos y costumbres para continuar tapando con el manto de la legalidad el control que jamás perdió de los resortes fundamentales de un Estado que, en lo sustancial, nunca dejó de ser propiedad de quienes aplastaron la libertad republicana.
El 25 de julio, Felipe VI nos recordó esa realidad. Fue de la mano del escuadrón Águila con sus colas de humo rojigualdas surcando el cielo.
Para ellos España es una e indivisible, no hay más nación que ella y no hay más religión que la católica que bendijo la cruzada franquista y calla contra la violencia machista que suma dos nuevas víctimas esta semana y que ha vuelto a encarcelar a Juana Rivas en Granada. La corona representa “la garantía de continuidad de la nación”.
En la catedral de Santiago de Compostela, estuvo el borbón escoltado por Letizia, Leonor y Sofía. Se celebraba el día nacional de Galicia, pero no les importó. Una vez más, no lo respetaron.

Asalto al poder. Alfons Duran Corner

julio 27, 2021

Nuestra cita

Bureaucracy is more people doing less things, and taking more time to do them worse. Evan Esar.

A simple vista resulta contradictorio que traten de hacerse con el poder aquellos que lo disfrutan, los que siempre se han aprovechado de las regalías que ofrece su estatus en el marco social en el que operan. Es bien cierto que ese poder es un poder derivado de quien en último término establece las reglas de juego, que no es otro que el oligarca camuflado, ciudadano apátrida que controla y gestiona los recursos económicos mundiales en las sociedades liberal-conservadoras.

En el Estado español, ese colectivo trepador (como tan bien describe el fino analista Germán Gorráiz) está formado por las cúpulas financiero-empresariales (muchas de ellas creadas a partir de la privatización del bien público) y la tupida red de políticos, jueces, militares, jerarquía eclesiástica y medios de comunicación.

Son los herederos del franquismo puro y duro, que cuentan con la colaboración por pasividad de instituciones como la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.

En el interior han creado un potente lobby formado por el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional (un tribunal de excepción, que no debería tener lugar en una sociedad democrática), el Tribunal Constitucional y el llamado Tribunal de Cuentas (que actúa al margen del sistema judicial y tiene un perfil político de imposible justificación). En términos documentales, todos ellos se nutren de los servicios de información de la Guardia Civil, una fuerza armada que debería estar al margen de los conflictos de la vida civil.

En este extraño caldo de cultivo han surgido figuras mediáticas, gentes diversas ocupando puestos que en otros países defienden profesionalmente su privacidad y que aquí hacen declaraciones sin el menor recato. Los jueces Marchena, Lesmes, Llarena, Lamela, y los fiscales Zaragoza, Cadena y Madrigal serían un buen ejemplo. Son las fuerzas de la ley (de su ley), que los anglosajones describen como lawforce.

¿Hacia dónde nos conduce todo esto? No precisamente hacia una sociedad abierta y responsable, donde el liberalismo sea una doctrina política de amplio alcance (y no una etiqueta en boca de un puñado de políticos ignorantes como Inés Arrimadas), hacia una sociedad de siervos atemorizados, hacia la liquidación del escaso espíritu crítico que nos queda, hacia la barbarie.

Y en esa vuelta atrás (donde probablemente siempre han estado los trepadores) no hay distancia ideológica entre la derecha retrógrada y la falsa izquierda. Se disputan las poltronas, pero todos trabajan con ahínco para centralizar el poder, encarcelar a los disidentes, expropiar los bienes de los ciudadanos, maltratar el medio natural y militarizar la vida cotidiana (es por ello que la pandemia es para ellos una oportunidad y no una amenaza).

Los mensajes de tirios y troyanos han dejado de ser llamativos por su carácter repetitivo, aun recordando su irracionalidad. Como cuando Pablo Casado critica a Sánchez su alianza con “Bildu, los comunistas y los independentistas”, en una mezcla explosiva que pretende  cosificar “el Mal”. O cuando Sánchez habla de recuperar la concordia y el reencuentro entre los catalanes y olvidar el procés, que ha dejado –según él–  “un triste balance de dolor, pobreza y estancamiento”.  O cuando Díaz Ayuso acusa a Sánchez de negociar con “el lobo hambriento del independentismo”. O cuando la actual ministra de Política Territorial Isabel Rodríguez declara que “el independentismo debería haber aprendido la lección “.

O son unos ignorantes o son unos cínicos. No sé si Casado sabe que ETA depuso sus armas hace mucho tiempo y Bildu es un partido tan legal como el PP, aceptando que este último lo sea. Tampoco debe saber que el partido comunista firmó su acta de defunción el día que Santiago Carrillo firmó los pactos de la Moncloa, y que Podemos tiene tanto de comunista como Casado de físico teórico. Y sobre el independentismo catalán su error de apreciación es mayúsculo. En ese independentismo navegan muchas corrientes, desde el conservadurismo histórico a los anticapitalistas. ¡Es un movimiento transversal, estúpido! (que podría decir Clinton).

Pedro Sánchez tampoco se ha enterado de que el problema catalán no es entre catalanes sino entre el independentismo y los sucesivos gobiernos del Estado, que nunca han aceptado la realización de un referéndum en el que libremente pudiera expresarse la voluntad del pueblo catalán. Y que los que en Catalunya se oponen a esa corriente son españoles que viven en Catalunya y han optado por esa condición, condición que también tendría su espacio en el referéndum propuesto. Por último  –y eso es lo que más le duele–  tampoco es consciente de que el procés (con todos sus altibajos) ha sido y seguirá siendo el proyecto más ilusionante que los catalanes han tenido desde hace cien años (cuando en 1907 se produjo el triunfo de Solidaritat Catalana en las elecciones). Lo que han dicho y puedan seguir diciendo la twitera Díaz Ayuso y la exalcaldesa de Puertollano y hoy ministra Isabel Rodríguez no es más que el eco de un guion prestado. No pueden ocultar su condición de teloneras fracasadas.

Friedrich Nietzsche ya nos puso en alerta contra la supuesta racionalidad del hombre. En “El ocaso de los ídolos” afirma: “La cultura occidental está viciada desde su origen. Su error, el más pertinaz y peligroso de todos, consiste en instaurar la racionalidad a toda costa”. Imaginamos que estos personajes leen poco, pero quizás la lectura de Nietzsche les ayudaría a reconciliarse mínimamente con la razón.

El sainete de Arniches está servido. Los actores principales seguirán soltando sus bravatas entre chascarrillo y chascarrillo. La casta del Estado siempre se mantendrá dispuesta al asalto al poder. Las masas españolas (amorfas, acríticas, fácilmente manipulables) seguirán aplaudiéndoles. Y es que a veces olvidamos que tenemos enfrente a una sociedad de funcionarios, especie peligrosa en estas lides. En su obra “El Estado y la revolución” Lenin denunciaba claramente su papel:

“Para mantener una fuerza pública especial, situada por encima de la sociedad, son necesarios impuestos y deuda pública. Si se dispone de fuerza pública y de la capacidad de recaudar impuestos, escribió Engels, los funcionarios, como órganos sociales, se hallan situados por encima de la sociedad. Hay que asegurar su autoridad mediante leyes de excepción, gracias a las cuales disfrutan de una santidad y de una inviolabilidad particulares. El policía más vil tiene más autoridad que los miembros de la sociedad en su conjunto. El problema radica en la situación privilegiada de los funcionarios, en tanto que órganos del poder del Estado”.

Parece escrito exprofeso para la actual circunstancia. Los señores Sánchez, Casado, Marchena, Lesmes, etc. son funcionarios. Las señoras Mariscal de Gante, Díaz Ayuso, Isabel Rodríguez, etc. son funcionarias.

¿Qué podemos hacer los independentistas catalanes ante este previsible escenario? Lo primero y más importante: Mantener nuestras posiciones ocupando tantos espacios colectivos como podamos. Luego, potenciar el consumo estratégico hacia productos, marcas y empresas que compartan nuestro ideario. En paralelo, hacer pedagogía en foros, lugares de encuentro, conferencias y congresos. Poner también nuestro dinero solo allí donde nos respeten, y ocupar la calle de forma sabia y festiva. No desfallecer. En definitiva y como dice Clara Ponsatí, conseguir que Catalunya sea ingobernable.

Volvamos a Nietzsche  y a uno de sus escasos cantos a la esperanza: “Aquel que tiene un por qué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos”. Esta es la principal diferencia entre ellos y nosotros. La independencia de Catalunya tardará más o menos, pero no tiene vuelta atrás, mal que les pese al “Ara”, “La Vanguardia”, TV3, Catalunya Ràdio, “El Periódico” y al resto de “palmeros” (adulador, pelota, etc.) que cohabitan nuestro espacio social.


Un any sense la Maria

julio 27, 2021

Avui 27 de juliol fa un any que ens va deixar rera llarga dolència i sofriment. La recordem, l’estimem, la sentim prop nostre sempre, de manera especial quan la necessitem.

Hem compartit amb Ciscu -marit- i seus fills Oriol, Berta, Mariona i Rita, familiars i amics, pregària a Puiggraciós. Posteriorment, taula a l’Ametlla.

La Maria -la vuitena dels meus nou fills- tenia una gran personalitat, sabia què volia i per on no passaria. Va donar forta empenta a la seva familia avui encarrilada, entre Escola, Universitat, Feina.

Hem mantingut llarga conversa respecte el futur de tots. Sortosament amb criteris decidits pel que fa a estudis, feina: del què volen fer i, del que no els agrada.

Us estimo, ja sabeu on trobar-me.


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