Articulo interesante que suscribo en su totalidad. Gracias amigo.
Recientemente el pintor y escritor José Aranda, en su Tribuna de Opinión, con el titulo “Cuba es una dictadura”, lleno de contradicciones, falsedades o medias verdades las peores más cobardes y repugnantes mentiras en contra de la Revolucion cubana y sus máximos lideres, a los cuales acusa de asesinos, afirmaba: “Estoy, más que harto de comprobar cómo nuestro Gobierno de Pedro Sánchez desde a ministros y ministros [lleno de podredumbre] no llaman dictadura al sistema político imperante en Cuba”.
Si bien es cierto que Cuba no es una democracia perfecta, pero sin lugar a dudas mucho más representativa, justa y democrática, que por ejemplo la estadounidense y lo más importante que el pueblo soberano a diferencia de los regímenes monárquicos [España] o Imperialistas EE.UU tiene las herramientas para mejorarlos y llevar a cabo los cambios necesarios. Como quedo demostrado en el histórico Referéndum, del 24 de Febrero del 2019, en que el 86.85% de los cubanos-as, ejercieron su derecho al voto o sea el 73.3 del total de ciudadanos mayores de 16, despues de varios meses de largos, acalorados y polémicos debates en miles de asambleas, [Partido, sindicato, medios de difusión, fabricas, Universidades, Hospitales, Comités de Defensa, etc. etc.] en que participaron millones de cubanos-as, fue aprobada con 6 millones 816 mil 169 cubanos la Nueva Constitución, sin lugar a dudas una de las más progresistas, justas y humanas existentes en el Mundo. La cual [por aquello de que un hombre bien informado vale por dos] invito al Sr. José Aranda y otros muchos “analfabetos políticos”, a leer y reflexionar, para de esta y única forma, con conocimiento de causa, respetando la soberanía y autodeterminación de los pueblos en este caso Cuba. “al margen de ideologías” si de verdad es democrático, reconozca al llamar injustamente dictadura a Cuba, su error y que por aquello de que rectificar es de sabios y en este caso de caballeros y justicia, tenga el valor y ética-política, y decencia de reconocer que Pedro Sánchez y todos sus ministros insisto “al margen de ideologías” respetuosos con la autodeterminación y voluntad soberana y democrática de la gran mayoría del pueblo cubano, no deben ni pueden insisto llamar antidemocrático [sino todo lo contrario] a un gobierno legitimo y constitucional elegido [junto con su sistema político] soberanamente, por uno de los pueblos más cultos y valientes [que difícilmente se le puede dar gato por liebre] con mas cultura política del planeta.
El Sr. Aranda, Por si no bastara, finaliza sus reflexiones con la esperanza y deseo de que ¡Increíble pero cierto! el nazi-fascista-genocida Donald Trump, el cual “según sus fuentes fidedignas” esta ávido de querer crear un fantástico negocio con el turismo en Cuba y de paso dejar atrás y con un palmo de narices a los empresarios oportunistas y corruptos mallorquines como Escarrer y otros que se conchabaron con la dictadura.
Para de esta forma, a través de su fantástico negocio [sueño “pesadilla” americano] Trumpista, de nuevo convertir a la Isla. En el paraíso, del vicio, juego, droga, prostitución y burdel de EE.UU. Dirigido desde Miami, por la mafia-gansteril-terrorista-americana-cubana.
El Sr. Aranda, finaliza sus reflexiones: Esperando, que pronto a través de Donald Trump y sus 40….honestos “gánsteres” hoteleros estadounidenses, llegue la libertad, la justicia y la democracia al pueblo cubano.
Para terminar invito al Sr. Aranda y afines, “débiles de memoria histórica”. Que escuchen la famosísima e histórica canción “Llego el Comandante y mando a parar” de Carlos Puebla. Para recordarles a estos Sres.“ que desde el 1 de Enero de 1959, en que llego Fidel y mando a Parar la ¡Barbarie! Cuba-Socialista disfruta de plena libertad, justicia y democracia. Y que al igual que los contrarrevolucionarios cubanos residentes en Miami, cuyo presente y futuro “de ciencia ficción” insisto “haciendo y deshaciendo las maletas” para invadir “destruir” a Cuba. Será la de seguir y seguir viviendo de ilusiones “Gansteriles” y morir de desengaños.
Bartolomé Sancho Morey