Tenaz tarea la de armar a diaio,
de borrar las huellas cotidianas,
de salir ilesos de la rutina.
Indescifrables códigos
de lo que escribo por estos días
de confinamiento
mientras persigo las historias
escapada del ruido,
expectante,
con la garganta agria de sal,
agitada,
apegada al manual,
hay unos que tienen la tarea doble de luchar
sus guerras y resistit el virus,
de ahí la inspiración que hace falta en estos tiempos.
Habría que ensamblar los ritos esenciales
y hacer más historia que poesia
en un solo minuto de silencio
librados a la suerte.