Nuestra cita
There is no energy crisis, only a crisis of ignorance. R.Buckminster Fuller.
O sea, una nueva situación confusa, desordenada, caótica, difícil de resolver, en manos de un conjunto de responsables políticos mediocres que ocupan las posiciones de dominio en el ámbito mundial. La segunda ley de la termodinámica señala que la cantidad de entropía en el universo tiende a incrementarse en el tiempo. Y como la entropía expresa el grado de desorden de un sistema, nos sentimos desolados cuando vemos que los “solucionadores de problemas” son gente como Biden, Johnson, Macron, von der Leyen (que los del Círculo de Economía acaban de premiar, en un nuevo alarde de sabiduría y glamur), Borrell, Scholz y sus monaguillos domésticos (Sánchez, Feijoo, Ayuso, Robles, y un largo y nutrido etcétera.). Para llorar.
Porque mientras nos tienen entretenidos con “la guerra de Putin” ocurren muchas cosas, algunas muy graves, de las que nos enteramos cuando el pastel ya está servido. Una de esas cosas es el contencioso energético, contencioso en el que van poniendo parches, en un proceso errático que evidencia su total incompetencia.
Una primera aproximación a este contencioso es analizar el mercado mundial en términos de producción y consumo, para cada una de las fuentes de energía. Los datos corresponden al 2019, que son los que aparecen en el Energy Statistics Pocketbook 2021, editado por las Naciones Unidas. Las cifras se presentan en British Termal Units (BTU), que es un parámetro tradicional para contar la energía. Un BTU es igual a la cantidad de energía necesaria para aumentar la temperatura de una libra de agua (medio litro aproximadamente) en un grado Fahrenheit o en 0,56 grados centígrados.
Las cantidades se ofrecen en “quadrillions” que es igual a mil billones de unidades.
Empezaremos por el combustible fósil por excelencia: el carbón.
Principales productores:
1.China… 87635
2.Estados Unidos…14256
3.Indonesia…12178
4.Australia…12166
5.India… 11166
6.Rusia…10512
7.Sudáfrica… 5624
Luego la producción baja mucho.
Pasemos al consumo:
1.China… 91365
2.India…16265
3.Estados Unidos… 11316
4.Rusia… 4901
5.Japón… 4714
6.Sudáfrica… 4119
7.Corea del Sur… 3386
Al igual que en la producción, el consumo va descendiendo. Entre los grandes del mercado, vemos que China y Estados Unidos son autosuficientes y también, en menor medida, la India. El carbón, por muchas recomendaciones que se hagan, continúa siendo la principal fuente de energía a nivel mundial. La “descarbonización” es un proceso de marcha lenta que cada país interpreta a su modo.
Pasemos ahora al petróleo y derivados.
Principales productores:
1.Estados Unidos… 31911
2.Rusia… 24189
3.Arabia Saudita… 23688
4.Canadá…10744
5.Irak…10186
6.Emiratos Árabes Unidos… 8404
7.China… 8215
8.Irán… 6816
9.Kuwait… 6402
10.Brasil… 6174
11.Nigeria… 4256
12.Kazakstán… 4150
Hay muchos otros operadores por debajo de 4000.
Principales países consumidores:
1.Estados Unidos… 38329
2.China… 27906
3.India… 9813
4.Japón… 7509
5.Rusia… 7251
6.Arabia Saudita… 5985
7.Brasil… 5889
8.Corea del Sur… 5291
9.Canadá… 5085
10.Alemania… 4804
El resto de países están por debajo de 4000.
Estados Unidos ha sido siempre importador de crudo (de ahí su presencia militar en Arabia Saudita), pero con la técnica del “fracking” (fracturación hidráulica) es ahora autosuficiente, aunque las cifras del 2019 no lo manifiesten. El contraste entre los grandes lo hallamos en China, que tiene que importar más del doble de lo que produce por la alta tasa media de crecimiento de su economía, y Rusia, cuyo modelo económico industrial exige menos consumo interno, por lo que tiene un gran excedente a exportar. Rusia ha tenido como clientes a muchos países de la Unión Europea, pero el conflicto ucraniano y las sanciones que le han sido impuestas le ha hecho derivar hacia dos grandes mercados (China y la India). En la actualidad China ya supone el 38% de las exportaciones rusas de petróleo, y tras los recientes acuerdos comerciales entre ambos países, en el medio plazo Rusia será su principal proveedor, superando a las autocracias de Oriente Medio. Esto explica, entre otras razones, la no implicación china en el contencioso ucraniano.
La tercera gran fuente de energía es el gas natural.
Principales productores:
1.Estados Unidos… 35187
2.Rusia… 25714
3.Irán… 8859
4.Canadá… 6647
5.Qatar… 6570
6.China… 6362
7.Australia… 5436
8.Noruega… 4273
9.Arabia Saudita… 4169
El resto de países productores quedan por debajo de 4000.
Pasemos al consumo.
1.Estados Unidos… 32252
2.Rusia… 17373
3.China… 11314
4.Irán… 8231
5.Canadá… 4611
6.Arabia Saudita… 4169
7.Japón… 4141
El resto están por debajo de 4000 (incluidos Alemania –3622– y el Reino Unido –2984-).
Vemos de nuevo la autosuficiencia de Estados Unidos, los sobrantes de Rusia y las crecientes necesidades de China. También hay que destacar la posición poco comentada de Irán, con unos indicadores de consumo interno muy llamativos, lo que explica su poder en procesos industriales.
Si bajamos un eslabón por volumen, describiremos dos fuentes menores (la energía nuclear y las renovables), fuentes que las “autoridades competentes” proponen como futuribles.
Empezaremos por la producción de energía nuclear, en la que producción y consumo son lo mismo. Se produce para consumo interno. Principales operadores:
1.Estados Unidos… 8452
2.Francia… 3970
3.China… 3382
4.Rusia… 2106
5.Corea del Sur… 1344
6.Canadá… 1073
El resto de países está por debajo de 1000. Por ejemplo Alemania está en 0,709 y España en 0,556. Hablaremos luego del futuro de esta energía.
Por último hay que citar las renovables (hidráulica, eólica, solar, etc.). También podemos aplicar el mismo criterio que en el caso anterior, ya que producción y consumo se solapan. Principales agentes:
1.China… 17643
2.Estados Unidos…11436
3.Brasil… 4667
4.Canadá… 3667
5.India… 2866
6.Alemania… 2154
7.Japón… 1958
8.Rusia… 1615
9.Reino Unido… 1210
10.Turquía… 1196
11.Italia… 1188
12.Noruega… 1165
El resto de países está por debajo de 1000.
Si analizamos los perfiles energéticos particulares de los principales países, nos encontramos lo siguiente:
- Estados Unidos:
– Carbón: produce 14256 (quadrillion BTU) y consume 11316.
– Petróleo: produce 31911 y consume 38329. El fracking cubre el déficit.
– Gas natural: produce 35187 y consume 32252.
– Nuclear: produce y consume 8452.
– Renovables: produce y consume 11595.
- China:
– Carbón: produce 87635 (más que el resto de países sumados) y consume 91635.
– Petróleo: produce 8215 y consume 27906.
– Gas natural: produce 6362 y consume 11314.
– Nuclear: produce y consume 3382.
– Renovables: produce y consume 17997.
- Rusia:
– Carbón: produce 10512 y consume 4901.
– Petróleo: produce 24189 y consume 7251.
– Gas natural: produce 25714 y consume 17373.
– Nuclear: produce y consume 2106.
– Renovables: produce y consume 1757.
Algunas conclusiones
- De los tres países citados, el que se halla en mejor posición comercial es Rusia, ya que sus excedentes (diferencia entre lo que produce y lo que consume) son muy importantes. Puede romper el mercado con precios a la baja. No parece que la estrategia de enfrentamiento seguida por los líderes del mundo liberal-conservador sea la más apropiada.
- El firme posicionamiento ruso ha quedado explícito cuando algunas empresas privadas europeas del sector (los más listos de la clase) ya han accedido a pagar en rublos sus compras de gas ruso y han abierto cuentas en la filial bancaria de Gazprom, la mayor compañía de gas natural del mundo, controlada por el Estado ruso. Y de esto no se habla.
- El proyecto de “des carbonización” va para largo. China consume más carbón que el que consumen el resto de países sumados. Su elevada tasa de crecimiento (PIB) continúa fundamentándose en parte en este consumo. Cuando se la crítica, recuerdan a los países occidentales que ellos han llegado tarde a la Revolución Industrial, pero probablemente sus daños colaterales serán inferiores a los provocados por el capitalismo manchesteriano.
- El Gas natural procedente de Estados Unidos es mucho más caro que el gas ruso (un 40%). La razón es muy simple: la composición del escandallo. Hay que licuar el gas natural extraído (planta de licuefacción) para transportarlo en un barco metanero y llevarlo a un puerto de destino que cuente con una planta de regasificación. Luego hay que transportar ese gas a los mercados, por lo que son necesarios nuevos gasoductos. Como alternativa, el gas ruso extraído se conecta a los gasoductos existentes de su propiedad y se lleva directamente a los mercados europeos y asiáticos de consumo.
- Los productores de gas natural americanos son empresas privadas, que no invertirán en plantas de licuefacción si no les aseguran contratos a muy largo plazo.
- Esas empresas privadas están obteniendo unos muy buenos resultados con sus exportaciones a Europa. A modo de ejemplo citaremos tres de ellas. Cheniere Energy ha visto cómo sus acciones en un año han pasado de 102 a 131 dólares. Sempre Energy, de 131 a 162 dólares y, por último Cove Point (que pertenecía a Dominion) ha visto como Berkshire Hathaway (el mago de Omaha) entraba en el accionariado y en la explotación. Y cuando Warren Buffett se mueve es que el negocio está asegurado.
- Poner en marcha una nueva planta de licuefacción y otra de regasificación puede suponer desde el arranque un plazo de entre cuatro y cinco años.
- Los productores americanos han reducido sus entregas a Asia para llevarlas a Europa, hasta alcanzar sus máximos. Todo ello ha supuesto un encarecimiento del gas para consumo interno, lo que además ha incidido en una tasa de inflación ya muy elevada.
- Los planes de la Unión Europea para des carbonizar son poco creíbles. Resulta imposible imaginar emisiones netas igual a cero en 2050.
- Quizás será por ello que la Comisión Europea dio un giro en sus planteamientos y ahora vende la idea de que el gas (junto a la energía nuclear) son “energías verdes o casi verdes”.
- En lo que respecta a la energía nuclear (bajo el liderazgo europeo de Francia, que apostó en su día por esta energía y lógicamente la defiende) la Comisión hace una lectura sesgada. Se argumenta que su productividad es muy elevada, que no depende de las condiciones atmosféricas y que produce tan bajas emisiones como las renovables. No se dice que el uranio no es un recurso renovable ni que los residuos mantienen su radioactividad durante miles de años. Tampoco se cita su alto precio, ni el elevado consumo de agua en su proceso productivo, una materia prima cada vez menos asequible.
Como bien dice el actor Richard Jordan, interpretando a un político en la película “La caza del Octubre Rojo”: “Yo soy político, por lo tanto embustero y tramposo; cuando no beso niños, les estoy robando sus caramelos”. Pero si lo hacen –que algunos sí que lo hacen– deberían hacerlo con elegancia y una cierta eficacia, para que al menos el resultado final fuera algo favorable al conjunto de la población. Les serviría como coartada.
El problema es que los políticos actuales no llegan a los mínimos. Son unos ineptos y nos han metido en otro maldito embrollo.