La palabra nuestro don preciado

Algunos, entre los que me encuentro, tenemos claro que, en nuestro mundo y quehacer diario urge, resolver de forma pacífica, sin violencia no importa el problema, a través de la palabra toda clase de conflictos intentando ayudar a quienes nos necesitan.

Pacifismo supone intentar negociar, a bien, toda clase de conflictos, aquellas discordancias entre las ideas de unos y otros, de no importa el orden. Aunque demasiados no lo entiendan y utilicen la fuerza directamente, incluidos algunos mandatarios que, nunca deben ser ejemplo a emular.

Demasiados notables prefieren intervenir para hacer más vistoso y notorio su pensar, no como nos gusta a otros negociar sin ruido ni confrontación a través de la voz, la palabra, marginada por parte de algunos de los llamados notables, que deberían dar ejemplo, sin torpedear nada ni, a nadie.

La palabra, este don maravilloso que nuestras generaciones tuvimos presente. Tras guerras inciviles entre parientes y vecinos, algunos supimos descubrir que era solo la palabra la que conduciría a pacificar tensiones y aunar pensamientos. Pura realidad.

La palabra, que nunca más debe ser la voz que clama en el desierto. Hoy, S XXI, todos tenemos la posibilidad de conocer lo que ocurre en el orbe, en cualquier lugar del planeta para poder discernir entre lo que queremos-podemos y lo que es preciso obviar.

En nuestro caso la palabra Pacifismo es un conjunto de pensamientos-acciones encaminados a procurar la paz entre las persones, las naciones, una manera de pensar obrar contra guerras y discriminaciones.

Se trata de una manera de ser-vivir-comportarse que se opone a los actos y pensamientos violentos que pueden dañar a los otros, aquellos que no piensan-obran como tu empezando con los más próximos. Todos tenemos amigos ,a pesar de distintos obrares

Ha sido y es imprescindible para la vida aunque, los señores de la guerra, a menudo planean actos-pensares para que los sencillos digamos basta y la paz se vea mermada para el pueblo llano, que somos los mayoritarios. NO lo permitamos!

De ahí esta cuestión que nos preocupa, de manera especial a quienes hemos vivido la vida con todas sus turbulencias, guerras, imposiciones políticas discriminatorias, pobreza, medias verdades que nunca aceptaremos, aunque sea bajo el nombre de pacifismo. Yo les diría aquella frase rutinaria que a todos nos molesta: No te lamentes, REVÉLATE!

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