Crisis política y desesperanza general. Leonardo Boff

agosto 20, 2018
Uno de los efectos perversos de nuestra crisis nacional es, sin duda, la desesperanza que está contaminando a la mayoría de las personas. Nace de la angustia de no ver ningún horizonte desde el cual podamos atisbar una solución salvadora. Emerge la sociedad del cansancio y de la pérdida de la alegría de vivir.

Son las consecuencias de la falta de sentido, de que todo continuará con la misma lógica, hecha de corrupción, de falsificación de noticias (fake news) y de la realidad, difamación generalizada, la dominación de los poderosos sobre las masas abandonadas a su destino.

Esta desolación proviene también de la percepción del futuro de nuestro mundo y de la humanidad, importa poco lo que pueda suceder. Bien lo observó el Papa Francisco en su encíclica “Sobre el cuidado de la Casa Común”: «las predicciones catastróficas no pueden subestimarse con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiadas ruinas, desiertos, basura. Dado que el estilo de vida actual es insostenible, sólo puede terminar en una catástrofe» (n. 161). Pero, ¿quién piensa en todo esto a no ser los que se mantienen al día acerca del discurso ecológico mundial?

Por lo tanto, además de las múltiples crisis que nos oprimen y nos hacen sufrir, tenemos esta sombría amenaza de naturaleza ecológica.

En este contexto, vuelven los pensamientos de molde nihilista, como los del Nobel de biología Jacques Monod: «Es superfluo buscar una sensación objetiva de la existencia, porque simplemente no existe. Los dioses están muertos, el hombre está solo en este mundo» (El Azar y la Necesidad, Vozes 1979, p. 108). O lo que el famoso C. Levy Strauss que tanto amaba a Brasil dejó escrito en sus admirables Tristes Trópicos (1955): «el mundo comenzó sin el ser humano y terminará sin él. Las instituciones y costumbres que he pasado toda mi vida en inventariar y comprender son una floración pasajera de una creación en relación a la cual no tienen sentido, a no ser, tal vez, el que permite a la humanidad desempeñar su papel» (n. 477).

¿Pero es que el ser humano no es lo inverso de un reloj? Éste funciona por sí mismo y continúa según sus mecanismos internos, pero el ser humano no es un reloj. Funciona correctamente cuando está en armonía permanente con el Todo lo que lo envuelve por todos los lados y lo sobrepasa. Por lo tanto, debemos dejar de lado todo antropocentrismo y asumir una lectura más holística del sentido de la vida.

El pensamiento del físico británico Freeman Dyson (*1923) es diferente: «Cuanto más examino el universo y los detalles de su arquitectura, más evidencia encuentro de que el universo sabía que un día, en el futuro, los seres humanos naceríamos» (Disturbing the Universe, 1979, p. 250). Casi con las mismas palabras lo dice el gran cosmólogo contemporáneo, Brian Swimme (The Universe Story, 1996, p. 84).

Las tradiciones espirituales y religiosas son un himno al sentido de la vida y del mundo. Por esto, el gran estudioso de las utopías, Ernst Bloch, en sus dos grandes volúmenes de El principio esperanza observaba: «donde hay religión, siempre hay esperanza».

La cuestión del sentido es inaplazable. Cito aquí al más crítico de los filósofos, Immanuel Kant: «Que el espíritu humano abandone definitivamente las cuestiones metafísicas (del sentido del ser y de la existencia) es tan poco probable como esperar que nosotros, para no respirar aire contaminado, dejemos de respirar de una vez por todas» (Prolegomena zu einer jede kunftigen Metaphysik, A 192, vol. 3, pp. 243).

Que el Cristo del Corcovado se haya escondido detrás de las nubes no significa que ha dejado de existir. Él está allí encima de la montaña, extendiendo sus brazos y bendiciendo a nuestra población sufrida.

En el Brasil de hoy debemos recuperar la esperanza de que el legado final de la presente crisis será la configuración de otro tipo de Estado, de política y de partidos, de justicia e incluso del destino mismo del país.

Termino con el profeta Jeremías, que vivió en el tiempo de la esclavitud de Babilonia bajo el rey Ciro. Los habitantes de Babilonia se burlaban de los judíos porque ya no cantaban sus canciones y, desanimados, colgaban sus instrumentos sobre las ramas de los sicómoros. Le preguntaron a Jeremías: «¿Tú tienes esperanza?», a lo que él respondió: «Tengo la esperanza de que el rey Ciro, con todo su poder, no podrá impedir que nazca el sol». Y yo añadiría: no podrá impedir el amor y los niños que de ahí nacerán y renovarán la especie humana.

Alimentamos una esperanza similar de que aquellos que han provocado esta crisis, que han roto la Constitución y no han seguido los dictados de la justicia, no prevalecerán. Saldremos purificados, más fuertes y con un mayor sentido del destino al que está llamado nuestro país, para beneficio de todos, empezando por los más pobres, y para toda la humanidad.


Teatre de Ponent-Granollers. Mars Joan. Dara Teatre

marzo 31, 2016

Los vallesanos tenemos la suerte de contar con el Teatre de Ponent, nuestro querido «teatro alternativo» que nos facilita la visión del trabajo de compañías independientes, innovadoras, que irrumpen en el teatro cual flor en el desierto tras la venerada lluvia.
El pasado fin de semana tuvimos la suerte de ver-conocer a esta compañia Dara Teatre, que nos deleitó con su trabajo, antes del estreno en el Teatre Taratana de Barcelona.

mars joan

Qué hace que una persona normal decida ir a Marte para no volver nunca más? Cómo lo viven sus amigos? Y su familia? Y su pareja? Por qué alguien aspira a marcharse para no volver nunca más?
Mars Joan parte de un hecho real: El proyecto Mars One, que planea el establecimiento de una colonia humana en Marte en el 2026 financiado en parte con un reality show sobre el proceso de selección y preparación de los futuros colonizadores, seleccionados entre los más de 200.000 candidatos a los que no se los pedía más preparación que la voluntad de ir.
Me pareció humano-conmovedor. Salen a relucir las pasiones humanas, el miedo, la envidia, la necesidad de amar y ser amado.
Puesta en escena simple, los actores-actrices lo llenaban todo con su presencia. Historia con personajes de la vida real, cada cual con sus ilusiones, visión de la vida, del amor, de la esperanza.
¿Ir a Marte? ¿Para qué?
Tuve necesidad al salir de comentar con Frederic Roda cual era para él, el desenlace, para mi, único…
También real cómo la vida, no somos tan diferentes los unos de los otros. Nos necesitamos pero…malditas obsesiones.
No quiero dar mi veredicto antes de que otros vean y decidan. Propongo un Debate posterior, si alguien se anima. Personalmente tengo clara la respuesta


Otegi, saldrá libre mañana 1 de marzo 2016

febrero 29, 2016

arnaldootegi

Será un buen final del largo Proceso de Paz iniciado hace muchos años. No es fácil cuando no se atiende a razones. Cuando no se conoce la verdadera historia de aquel maravilloso país, tan vilmente ultrajado.
El diálogo ha sido de sordos que no querían o mejor, no les permitían escuchar.
¿El miedo, el terror? Un gobierno que no atendia a razones, que castigaba, prohibia, ultrajaba, asesinaba en nombre de la ley. Ha sido el desatino de unos pocos que ha costado mucho dolor, muerte inutil.
Pero la libertad, este don preciado de nos pertenece a todos, ha ganado por fin la batalla. Ha sido árdua, larga, dura, envenenada.
Ahora ya solo falta que todos los presos politicos vascos sean trasladados cerca de sus casas.
Exijo que se escriba la verdadera historia de tantos años sumidos en la desesperanza.


El diktado de Alemania. Ignacio Ramonet

agosto 7, 2015

ignacio-ramonet

Sólo en las películas de terror se ven escenas tan sádicas como las que vimos el 13 de julio pasado en Bruselas, cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras –herido, derrotado, humillado– tuvo que acatar en público, cabizbajo, el diktado de la canciller de Alemania, Angela Merkel, renunciando así a su programa de liberación por el cual fue elegido, y el cual precisamente acababa de ser ratificado por su pueblo mediante referéndum.
Exhibido por los vencedores como un trofeo ante las cámaras del mundo, el pobre Tsipras tuvo que tragarse su orgullo y tragar también tantos sapos y culebras que el propio semanario alemán Der Spiegel, compadecido, calificó la lista de sacrificios impuestos al pueblo griego de “catálogo de horrores”…
Cuando la humillación del líder de un país alcanza niveles tan espeluznantes, la imagen se queda en la historia para aleccionar a las generaciones venideras, incitadas a no aceptar nunca más un trato semejante. Así han llegado hasta nosotros expresiones como “pasar por las horcas caudinas” (1) o el célebre “paseo de Canossa” (2). Lo del 13 de julio fue tan enorme y tan absolutamente irreal que quizás este día también será recordado en el futuro de Europa como el día del “diktado de Alemania”.
La gran lección de ese escarnio es que se ha perdido definitivamente el control ciudadano con respecto a una serie de decisiones que determinan la vida de la gente en el marco de la Unión Europea (UE) y, sobre todo, en el seno de la zona euro, hasta tal punto que podemos preguntarnos: ¿de qué sirven las elecciones si los nuevos gobernantes se ven obligados a hacer lo mismo que los precedentes en los temas esenciales, es decir, en las políticas económicas y sociales? Bajo este nuevo despotismo europeo, la democracia se define, en menor medida, por el voto o por la posibilidad de escoger y, en mayor medida, por el imperativo de respetar reglas y tratados (Maastricht, Lisboa, Pacto Fiscal) adoptados hace tiempo y que resultan verdaderas cárceles jurídicas sin posibilidad de evasión para los pueblos.
Al presentar a las muchedumbres a un Tsipras con la soga al cuello y coronado de espinas –“Ecce Homo”–, Merkel, Hollande, Rajoy y los otros pretendían demostrar que no hay alternativa a la vía neoliberal en Europa. Abandonad toda esperanza, electores de Podemos y de otros frentes de izquierda europeos; estáis condenados a elegir gobernantes cuya función consistirá en implementar las reglas y los tratados definidos una vez por todas por Berlín y el Banco Central Europeo.
Lo más perverso es que, al igual que en un juicio estalinista a semejanza del “Proceso de Praga”, se le ha exigido a quien más criticó el sistema, a Alexis Tsipras, que sea quien se humille ante él, que lo elogie y que lo suplique.
Los que ignoraban que vivíamos en un sistema despótico lo han descubierto en esta ocasión. Algunos analistas dicen que ya estamos en un momento que podríamos calificar de “postdemocrático” o de “postpolítico”, ya que lo que pasó el 13 de julio en Bruselas demuestra el desgaste del funcionamiento democrático y del funcionamiento político. Además, muestra que la política ya no consigue dar las respuestas que los ciudadanos esperan, aunque voten mayoritariamente a favor de ellas.
La ciudadanía observa, desesperanzada, cómo se exige al partido griego Syriza, que ganó las elecciones y que ganó un referéndum con un discurso contra la austeridad, que aplique con mayor brutalidad la política de recortes que los electores rechazaron. Consecuentemente, muchos se preguntan: ¿para qué sirve elegir una alternativa si la alternativa acaba siendo exactamente una repetición de lo mismo?
Lo que Angela Merkel ha querido demostrar de manera muy clara es que, hoy en día, no existe lo que llamamos alternativa económica, representando ésta una opción contraria a la política neoliberal de recortes y de austeridad. Así, cuando un equipo político elabora un programa alternativo, lo somete a la ciudadanía para que pueda elegir entre éste y otros programas y cuando dicho programa gana las elecciones y un equipo nuevo alcanza legítimamente, democráticamente, la dirección de un país, ese equipo de gobierno, con su proyecto alternativo antineoliberal, descubre que, en realidad, no tiene margen de maniobra. En materia de economía, de finanzas y de presupuestos no dispone de ningún tipo de margen de maniobra porque, además, están los acuerdos internacionales, que “no se pueden tocar”; los mercados financieros, que amenazan con sanciones si se toman ciertas decisiones; los lobbys mediáticos, que hacen presión; los grupos de influencia oculta como la Trilateral, Bildeberg, etc. No hay espacio.
Todo esto significa, simplemente, que el gobierno de un Estado de la zona euro, por mucha legitimidad democrática que posea y aunque haya sido apoyado por el sesenta por ciento de sus ciudadanos, no tiene las manos libres. Sí las tiene si decide realizar reformas legislativas para modificar aspectos importantes de vida social como, por ejemplo, el aborto, el matrimonio homosexual, la reproducción asistida, el derecho a voto de los extranjeros, la eutanasia, etc. Sin embargo, si desea reformar la economía para liberar a su pueblo de la cárcel neoliberal, se encuentra con que no puede hacerlo. Sus márgenes de maniobra aquí son prácticamente inexistentes, no sólo por la presión de los mercados financieros internacionales sino también, sencillamente, porque su pertenencia a la zona euro le obliga a someterse a los imperativos del Tratado de Maastricht, del Tratado de Lisboa, del Pacto fiscal (que exige que el presupuesto nacional no puede tener un déficit superior al 0,5% con respecto al PIB del país), del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (que endurece las condiciones impuestas a los países que necesitan un crédito), etc.
Como consecuencia, se ha creado, efectivamente, en Europa en la actualidad, el estatus de “nuevo protectorado” para los Estados que han pedido un rescate. Grecia, por ejemplo, es gobernada de manera “soberana” para todas las cuestiones que tienen que ver con la gestión de la vida social de sus ciudadanos (los “indígenas”). No obstante, todo lo que tiene que ver con la economía, con las finanzas, con la deuda, con la banca, con el presupuesto y, evidentemente, con la moneda está gestionado por una instancia superior: la tecnocracia euro de la Unión Europea. Es decir, Atenas ha perdido una parte decisiva de su soberanía, el país ha sido rebajado al grado de protectorado.
Dicho con otras palabras: lo que está ocurriendo no sólo en Grecia sino en toda la zona euro –en nombre de la austeridad, en nombre de la crisis– es, básicamente, el paso de un Estado de bienestar hacia un Estado privatizado en el que la doctrina neoliberal se impone con un dogmatismo feroz, puramente ideológico. Estamos ante un modelo económico que está arrebatando a los ciudadanos una serie de derechos adquiridos después de largas y, a veces, sangrientas luchas.
Algunos dirigentes conservadores tratan de calmar al pueblo diciendo: “Bueno, se trata de un mal periodo, un mal momento que hay que pasar. Tenemos que apretarnos el cinturón, pero saldremos de este túnel”. La pregunta es: ¿qué significa “salir del túnel”? ¿Nos van a devolver lo que nos han arrebatado?¿Nos van a restituir los recortes salariales que hemos padecido? ¿Van a restablecer las pensiones al nivel en el que estaban? ¿Vamos a volver a tener créditos para la salud pública, para la educación?
La respuesta a cada una de estas preguntas es “no”. Porque no se trata una “crisis pasajera”. Lo que ocurre es que hemos pasado de un modelo a otro peor. Y ahora se trata de convencernos de que lo que hemos perdido es irreversible. “Lasciate ogni speranza” (3). Ése fue el principal mensaje de Angela Merkel el pasado 13 de julio en Bruselas mientras exhibía, cual teutónica Salomé, la cabeza de Tsipras en una bandeja…
(1) La batalla de las Horcas Caudinas tuvo lugar el año 321 a. C., entre los ejércitos romano y samnita. Los samnitas de Cayo Poncio, gracias a su posición estratégica, rodearon y capturaron a un ejército romano de unos 40.000 hombres. Los soldados fueron desarmados, despojados de sus vestimentas y, únicamente con una túnica, fueron obligados a pasar de uno en uno por debajo de una lanza horizontal dispuesta sobre otras dos clavadas en el suelo, lo que les obligaba a inclinarse como condición para ser liberados. Esta derrota es el origen de la frase “pasar por las horcas caudinas” o “pasar bajo el yugo”, utilizadas en varias lenguas occidentales cuando hay que pasar un trance difícil, humillante y deshonroso por la fuerza.
(2) El “paseo de Canossa” hace referencia al viaje del emperador Enrique IV del Sacro Imperio Romano Germánico desde Espira (Speyer, Alemania) al castillo de Canossa (Italia) para ver al Papa Gregorio VII en enero de 1077. El objetivo era solicitarle que le levantara la excomunión. Cuando llegó a Canossa, Enrique IV tuvo que permanecer arrodillado a las puertas del castillo tres días y tres noches, nevando, vestido como un monje, con una túnica de lana y descalzo, para poder conseguir el perdón papal. Hoy en día, la expresión “Paseo de Canossa” (“Gang nach Canossa” en alemán, “Walk to Canossa” en inglés, “Aller à Canossa” en francés y “L’umiliazione di Canossa” en italiano) se usa para señalar una petición humillante.
(3) “Abandonad toda esperanza”, Dante Alighieri, La Divina Comedia. El Infierno. Canto III.


Teatre de Ponent, «Comment te dire adieu»

noviembre 5, 2014

comment te dire adieu

El Teatre de Ponent, de Granollers, sigue con una programación extra, superando, semana a semana, la sensación de compromiso contraida con los espectadores.
Que gozada disfrutar de veladas tan especiales, de tu a tu, en esta ocasión sentados tomando unas cervezas en el bar donde transcurren los hechos, enmedio de los actores, escuchado desgranar sus sentimientos, ver como afrontan sus relaciones, su convivencia.
Cuatro personajes, Gorka Lasaosa, Maria Asensio, Núria Deulofeu y Roc Esquius a cual mejor, son dos parejas que viven sus vidas, sus historias de amor. Muestran sus sentimentos, sus miedos, sus esperanzas. Descubrimos su forma de gestionarlas, nos sentimos cómplices, amábamos, deseábamos, temíamos, por el futuro de aquellas dos parejas, tan distintas de carácter, de manera de pensar-obrar. Puro reflejo de la vida cotidiana, que cada cual entiende a su manera: amando unos, no queriendo aceptar otros, imponiendo-exigiendo generando malestar, por culpa del cual es absorvido uno de los personajes, que no sabe aprovechar la belleza, la pasión amatoria que la vida le ofrece. ¿Y qué sucede? No es capaz de aceptar aquel amor que considera supéfluo, no anhelado y, manda al traste su futuro.
Excelente texto a partir de la canción de Françoise Hardy, texto y dirección de Sergi Manel Alonso, con una puesta en escena simple, pero que involucra a los espectadores, haciéndoles sentir que son parte de aquello que está sucediendo, de aquellas vidas que se están tejiendo una, desmoronando, otra. Cuatro personajes que nos robaron el corazón, tan cerca les teníamos. Afrontamos con ellos sus relaciones, sus ilusiones.
Como dice el Programa, Comment te dire adieu es una comedia romántica, una historia de amor sobre las diversas maneras que tenemos de vivir y afrontar nuestras relaciones.


¿Cansancio? Luchemos por nuestro Derecho a la Vida

febrero 8, 2014

Cuesta aceptar algunas frases que se suelen escuchar a menudo: estoy cansado, ahora no, me siento fatigado. También, he perdido la ilusión, la esperanza. Hay quien habla de mala suerte, otros de la suerte que tienen algunos…Solo un 20% de la población mundial dispone de la riqueza que el 80% restante no tiene.
Montse 2 mayo 2013
Estamos cansados de tantas mentiras, patrañas, algunas medias verdades con las que quieren, como siempre, obnubilarnos.
Aumentan los precios de lo usual, pero, los sueldos, de quienes todavía trabajan, o las pensiones, no alcanzan nuestras necesidades básicas. Tenemos que calcular, al céntimo, lo que deberemos pagar a final de mes: agua, electricidad, gas, medicinas…En función de ello, sabremos lo que nos queda para: comida, gasolina, poco para el ocio…
¿Qué hacer?
¿A quién acudir?
Estamos cansados de buscar y no encontrar, de hablar a quienes no saben o tal vez, NO quieren saber ni escuchar. La fractura social está candente, las necesidades abruman. Pero, NO podemos permanecer inactivos, reclamemos, apoyemos con nuestra presencia, todo lo que pueda conducirnos a GANAR lo que es nuestro: Derecho a la Vida, vida digna, con lo imprescindible para seguir caminando junto a los nuestros.
Lo peor, lo preocupante, es que, no se vislumbra futuro.
Me pregunto ¿Existe futuro para esta ciudadanía que malvive desesperanzada, porque no ve luz, al final del negro túnel que estamos recorriendo?


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