STRICTLY CONFIDENTIAL. Alfons Duran

abril 25, 2020

No se pierdan este Artículo…

Algunos amigos y colegas llevan tiempo insistiendo en que haga un pronóstico más detallado del futuro que nos espera. No soy partidario de este tipo de ejercicio, a pesar de que dediqué unos cuantos años de mi vida profesional a la dirección estratégica en el medio y largo plazo de una importante corporación química. Eran años en que el tiempo discurría monótonamente, donde casi todo era previsible, donde previsión y planificación (que son dos conceptos técnicamente muy distintos) operaban dentro del mismo universo.No es que no se hubieran producido rupturas de los modelos económico-políticos dominantes, pero el sistema los había absorbido gradualmente. Solo como referencia, pensemos en algunos: 1971 (final del patrón oro), 1973 (primera crisis del petróleo), 1974 (los petrodólares), 1979 (segunda crisis del petróleo), 1980 (neoliberalismo económico), 1989 (fragmentación y liquidación del imperio soviético), 1995 (despegue de Internet), 2001 (explosión burbuja punto.com), 2001 (torres gemelas), 2008 (crisis económico-financiera).

Cuando uno hace memoria, no puede menos que preguntarse cómo el “sistema” ha sido capaz de soportar tantos envites. Lo que nos lleva a la confirmación de su probada fortaleza.

No es “el fin de la historia” que declaraba enfáticamente Fukuyama, pero lo cierto es que el capitalismo de mercado, con un sesgo hacia los “takers” frente a los “makers”, es el chico de la película, y está solo ante el peligro.

Y ahí está el problema. Ha dejado muchos cadáveres por el camino, ha apostado por un mal interpretado concepto de la competitividad (un mantra del que todo el mundo habla sin saber qué significa de verdad), ha desechado cualquier esfuerzo cooperativo, ha ahondado en la precariedad social (mucho más importante que la desigualdad), se ha cargado la clase media que le servía de colchón, se ha centrado en el corto plazo (cuando una empresa genuina es siempre un proyecto a largo), ha confundido el “negocio” con la “empresa”, se ha volcado en la especulación, ha rechazado la teoría de los “stakeholders”, ha destrozado los valores calvinistas de la disciplina, la constancia y el trabajo bien hecho. Y así ha dejado un panorama desolador. Es lógico que ahora no sepa qué hacer.

Vamos a presentar secuencialmente los aspectos más relevantes de este arranque de año que muchos preferirían olvidar.

Primer capítulo: etapa pre-Covid19

Aunque comentaristas, tertulianos, portavoces gubernamentales, instituciones paraoficiales, altos funcionarios y otras especies similares nos hayan contado que “todo iba bien”, hemos de asumir que no era cierto. No es que mintieran necesariamente (algunos sí), es que no sabían más. La mediocridad tradicionalmente ocupa los rangos más altos de la escala social.

Llevamos muchos años en caída libre. Este siglo empezó mal (de burbuja en burbuja, y tiro porque me toca), hasta que estalló la más gruesa en el 2008, que supuso una crisis económico-financiera de gran calado, crisis que se tapó con dinero público (dinero del contribuyente). Luego vinieron años complicados en plena recesión, con ciclos cortos que generaban falsas esperanzas. Nos aseguraron que habíamos superado el bache, pero los hechos mostraban lo contrario.  Lo dije y lo repito: la recesión se fue, pero la crisis se ha quedado. Veamos algunos indicadores:

  • Estados Unidos ya no es el país hegemónico. Tiene que aceptar un liderazgo compartido con China. A su gobierno le resulta difícil asumirlo.
  • China propone un modelo distinto: capitalismo en lo económico, comunismo en lo político. Otros países de su círculo próximo copian el modelo.
  • China y países de su entorno son la fábrica del mundo. Cinco millones de empresas ajenas a su territorio dependen de ellos.
  • El nacionalismo ruso ha vuelto para quedarse. Putin es consciente de que posee el mayor almacén de materias primas estratégicas del mundo.
  • La política proteccionista del gobierno Trump y sobre todo su forma de instrumentarla han generado problemas añadidos al comercio mundial.
  • Los conflictos bélicos de Siria, Irak y Libia (por citar algunos) se han cronificado.
  • Estados Unidos ha subcontratado su política en Oriente Medio a Israel y Arabia Saudita.
  • La caída del precio del petróleo se debe a que la oferta (la producción) supera la demanda. Los grandes productores no se ponen de acuerdo en las cuotas de producción y la bajada del precio deja fuera al sector del fracking (fracturación hidráulica) que es fundamentalmente norteamericano. Estados Unidos es el gran perdedor.
  • El volumen de refugiados aparcados en territorio turco, que el gobierno Erdogan permite cobrando un alquiler a la Unión Europea, es de dimensión desconocida (se estima en cuatro millones de personas).
  • La Unión Europea, como institución, es un fracaso político, económico y social.
  • El Bréxit es la punta del iceberg de una quiebra económico-política sin salida posible.
  • El déficit fiscal norteamericano está fuera de control.
  • Estado Unidos destina 700.000 millones de dólares anuales a su presupuesto de Defensa.
  • La Deuda global (pública más privada) alcanzó en el 2018 el 230% del PIB mundial.
  • Algunas bolsas están sobrecalentadas (los valores que se cotizan son muy superiores al valor intrínseco de los activos) y otras subvaloradas (lo contrario).
  • Las tasas de interés básico son muy bajas o negativas. Castiga a los ahorradores.
  • La política monetaria de los bancos centrales (comprando deuda pública y privada e insuflando dinero en los mercados) ha resultado un fiasco. En lugar de servir para estimular la economía productiva, se ha orientado hacia la financiera, incluidas acciones, bonos, derivados, arbitraje, etc., siempre con propósitos especulativos.
  • El Baltic Dry Index, un índice de fletes marítimos de carga a granel seca, que se calcula diariamente y que se considera un buen termómetro de la economía global, pasó de 2600 puntos en septiembre del 2019 a 700 puntos en enero.
  • En definitiva, el año 2020 empezó mal. Había desequilibrios por todas partes.
  • Adam Posen, presidente del Instituto Peterson para la Economía Internacional, lo resumía en cuatro apartados: estancamiento, desigualdad, dependencia del dólar y nacionalismo económico.

Segundo capítulo: la llegada de un nuevo coronavirus

El Covid-19 no pilló a todo el mundo por sorpresa. Parece que los orígenes están muy claros, sin entrar en juegos conspiratorios. En Wuhan hay uno de los principales laboratorios donde se experimenta con este tipo de virus. En ese laboratorio, como ha recordado el virólogo Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina por su descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana, el virus probablemente surgió de forma natural, no por ningún tipo de manipulación. También ha señalado que este tipo de laboratorio cuenta con financiación internacional, incluida la de Estados Unidos.

En las revistas y foros especializados, como indica el biólogo y escritor Martí Domínguez, se habían publicado artículos que expresaban los riesgos de esas experimentaciones. El problema, dice Martí, es que estos artículos solo los leen los científicos interesados. Incluso Bill Gates, que ha donado millones de dólares para acabar con la malaria, vaticinó hace seis años que “si algo va a matar a más de diez millones de personas en las próximas décadas será un virus muy infeccioso, mucho más que una guerra”.

No sabemos porque las autoridades locales chinas de esa zona no prestaron suficiente atención al tema en sus inicios, a pesar de que algunos virólogos habían alertado. No sabemos por qué no se cerraron inmediatamente las fronteras, los puertos, los aeropuertos en todo el mundo. No sabemos por qué se permitió el tránsito de personas, cuando pronto se vio que eran las principales transmisoras del virus. La maquinaria política china reaccionó y aplicó luego medidas restrictivas muy duras que al final han funcionado. Las maquinarias políticas de los países próximos a China (Taiwán, Singapur, Corea del Sur, Vietnam) siguieron sus pasos y acertaron. Los países occidentales fracasaron en general por su desidia, su inoperancia, su amateurismo, su superficialidad. Hubo dignas excepciones (Noruega, Finlandia, Austria). Algunos corrigieron los errores iniciales (Alemania, Holanda, Francia), otros (Italia, España) persistieron en el error. El caso de España es dramático, ya que centralizó la respuesta en un ministerio de Sanidad sin competencias, ya que este capítulo llevaba muchos años traspasado a las Comunidades Autónomas, que sí contaban con medios y experiencia. Unos funcionarios nombrados a dedo tomaron decisiones sobre temas que ignoraban. El simple hecho de crear un comité “bélico” (con tres militares entre los cinco miembros) para informar diariamente sobre la marcha de la “contraofensiva”, marcó el punto diferencial respecto al resto de países. No se podrán sacar nunca de encima las huellas de la Contrarreforma.

No es el virus más letal, pero sí uno de los más contagiosos. A pesar de ello, las grandes multinacionales hicieron caso omiso de todo ello. Un par de ejemplos: la patronal italiana (la Confindustria) lanzó a finales de febrero una campaña con el lema “Bergamo non si ferma”, hasta que un mes más tarde, cuando el virus se había extendido, la presión de los trabajadores obligó a cerrar algunas plantas. En cuanto al gobernador demócrata del Estado de Nueva York (heredero de la dinastía Cuomo), con veinte millones de habitantes, esperó a tener 7000 personas contagiadas para imponer la cuarentena. Los lobbies financieros de Wall Street se oponían.

Patricia Lee Wynne, directora de la agencia de noticias Sputnik, hace mención estos días al libro “El fin de las epidemias: la amenaza que pende sobre la humanidad y cómo detenerla”, del epidemiólogo Jonathan D.Quick, profesor de medicina de Harvard y jefe del Consejo Mundial de la Salud. En el libro, publicado en el 2017, Quick escribe: “La pandemia podría ser una variación de la gripe española de 1918 o algo completamente nuevo como el virus SARS de 2003 que surgió en China. Una vez transmitido a un humano, un virus transportado por el aire podría pasar de un individuo infectado a 25.000 más en una semana, y a más de 700.000 en el primer mes. Esto no es ciencia ficción alarmista ni amarillismo”.

Poco a poco, a través de un proceso de prueba y error, vamos avanzando. Los científicos del Instituto alemán de Virología de la universidad de Bonn han concluido que la transmisión más común entre personas se presenta “durante contactos largos y estrechos de multitudes, mientras que el riesgo de contagio mediante el contacto con objetos no es alto, dado que el coronavirus es muy susceptible a la desecación, por lo que no se puede transmitir por el aire”. Lo que parece suficientemente probado es que el confinamiento es la medida más acertada y debe dejarse en las manos de quienes conocen mejor su territorio. Por eso el gobernador de California no hace lo mismo que el de Ohio, ni el ministro-presidente del Estado-libre de Baviera lo que hace el alcalde de la ciudad-Estado de Berlín. Elemental señor Sánchez.

Tercer capítulo: el impacto sociológico del Covid-19.

Buena parte de la población mundial actual tiene dolorosas experiencias sufridas en conflictos bélicos. África y Oriente Medio son ejemplos vivos de algo que no parece tener fin. Occidente lo tiene más lejos. Los que tenían diez años al final de la II Guerra Mundial, tienen ahora setenta y cinco. Sus recuerdos son muy frágiles.

Lo comento porque el actual confinamiento es un caso de ingeniería social que no tiene parangón. Para ahondar en ello conviene analizar el perfil demográfico de los hogares europeos:

  • En el Estado español hay 4.800.000 hogares en los que vive una sola persona, lo que representa un 26% del total. La mitad aproximadamente tienen más de 65 años.
  • Y éste 26% no es singular, ya que en el conjunto de la Unión Europea la cifra de hogares unifamiliares es el 33%.
  • En el extremo tenemos a Suecia con un 52%, seguida de Finlandia, Lituania, Dinamarca y Alemania, que superan el 40%.

En los casos de confinamiento duro (como el del Estado español) cerca de cinco millones de personas están en un tipo de prisión preventiva (metafóricamente hablando). O, para hacerlo más suave, en arresto domiciliario. Y esta situación (cuyo horizonte temporal cambia cada día) ha venido provocada por actuar reactivamente y no preventivamente, por improvisar, por no dar prioridad frente al virus a los profesionales del sistema sanitario (pertrecha bien a tus equipos antes de ponerlos a trabajar), por asignar mal los recursos y organizarlos peor. No es solo que una Catalunya independiente lo hubiera hecho mejor (como lo han hecho Eslovenia, Islandia o Croacia, por el sabio principio de que “lo pequeño es hermoso”), sino que en el caso español, es imposible hacerlo peor.

Dicen que la empatía es ponerse en el lugar del otro para comprenderlo mejor. Una cosa es estar solo y otra sentirse solo. Y este último sentimiento puede llevar a la depresión y al quebranto de nuestro sistema inmunológico. El confinamiento tardío pero prolongado es un sinsentido. Esto no lo resuelve el Prozac.

La calle es la vida. Somos animales sociales.

Cuarto capítulo: la economía.

No diré que este capítulo esté hundido, pero si tocado y muy tocado, como en los juegos de barcos. Lo que diga el Banco de España, los servicios de estudios de distintas instituciones o la OCDE sirve de poco.

Cuando comparamos esta ruptura con la de la crisis del 2007 (que se consolidó en el 2008 y 2009), vemos que en aquella ocasión el proceso duró inicialmente tres años, en tanto que esta vez ha durado tres semanas.

Hay que tener en cuenta que la variable independiente es la gestión sanitaria del virus y esta gestión, a su vez, depende de la propia vida del Covid-19 y de sus probables mutaciones. Es por eso que, como ya hemos señalado, la prioridad la tienen los profesionales de la salud.

A partir de aquí, podemos elaborar nuestras hipótesis, que nunca serán muy distintas de las de otros analistas. Luego bajaremos a planta para concretar. Nos ceñiremos al Estado español para hacerlo más comprensible.

Empezaremos por la peor de las hipótesis (A), pues metodológicamente es lo que la ciencia recomienda. Don’t panic!  El confinamiento se prolongaría hasta finales de año. Si aceptamos la teoría de Jordi Galí (cada mes de confinamiento supone una caída del 4% del PIB), el bajón sería espectacular (entre el 30 y el 35%). La mayor contracción económica de la que se tengan registros. Seguiría el teletrabajo, se mantendrían las limitaciones (protección, distancia social, etc.). El Banco de España cifra la peor hipótesis en la mitad, porque acorta el período del confinamiento. Todo pivota alrededor de la variable independiente. En este supuesto, el 2021 saldría limpio e iniciaría la recuperación, pero no sería  hasta el 2023 o 2024 que volveríamos a las cifras macro anteriores a la crisis. Para los técnicos este tipo de recuperación tendría una forma de L.

Como contraste, nuestra segunda hipótesis (B) es la más favorable y también la menos probable. Dice que en el Estado español, como en el resto de países europeos, la curva de infectados se aplanaría y esto ocurriría a finales de mayo. También considera que con la llegada del calor el virus perdería fuerza y capacidad de contagio, y que en invierno no rebrotaría. Se habría extendido la inmunidad y los instrumentos de control. En este caso la contracción sería mínima (alrededor de un 5%) y ya en el último trimestre del 2020 se producirían indicios de mejora. Desaparecería el confinamiento, aunque se mantendría la distancia social y se limitarían las concentraciones de personas. Sería la típica recuperación cíclica en forma de V.

La tercera (C) matiza la anterior, en el sentido de que todo toma más tiempo. El retorno a la normalidad sería gradual. Los espacios de ocio empezarían a abrirse, pero se impondrían limitaciones en el número de personas y en su grado de interacción. Continuaría la restricción de vuelos. El PIB caería un 8%. La vacuna estaría disponible a mediados del 2021. En este caso la recuperación tendría forma de U.

La cuarta hipótesis (D) toma elementos de las otras con un componente diferencial: después de una mejora pasajera, el virus rebrotaría en el último trimestre del año. En cualquier caso el sistema sanitario estaría más preparado. La inmunidad no se habría extendido suficientemente, por lo que se repetirían las medidas de confinamiento, aunque esta vez de forma selectiva. La contracción estaría próxima al 10%. Recuperación en forma de W.

Yo personalmente creo que en términos probabilísticos el escenario previsible estará entre C y D, lo que supone una caída del 9% o 9,5 % del PIB, superior a la de la crisis económico-financiera del 2008 que fue del 3,8% (2008/2009).

Ahora, como ya he dicho anteriormente, bajemos a planta y olvidémonos de los modelos. Empezaremos por los empleados activos y pasivos. Y esto es lo que nos encontramos:

  • Una gran parte de la población vive de sus ingresos mensuales. Tanto entra, tanto sale. Vive “al día”.
  • En este momento y si trabaja en el sector privado no oligopolista, tiene muchas probabilidades de estar dentro de un ERTO.
  • Lo anterior significa que sus ingresos corrientes son inferiores a los habituales.
  • Si no llega a final de mes, hace más uso de la tarjeta de crédito, lo que le permite demorar el pago.
  • Su saldo bancario, si lo tiene, es exiguo.
  • Si trabaja, su principal coste fijo es el pago de la hipoteca.
  • Si está jubilado, la pensión media asciende a 1.158 euros brutos.
  • Hay diez millones de pensionistas, de los que 6.100.000 lo son por jubilación, 2.400.000 por viudedad, 950.000 por incapacidad permanente y el resto por orfandad.
  • La pensión media del conjunto son 1.008 euros brutos.
  • Hay dos millones de parados inscritos en el SEPE, que cobran un subsidio medio mensual de 926 euros brutos.

Vayamos ahora a las empresas privadas, que son las que dan empleo (al margen del aparato estatal). La radiografía es ésta:

▪ Empresas grandes: 29.996.

▪ Medianas: 24.765.

▪ Pequeñas: 74.975.

▪ Micro: 3.417.739.

▪ Según el criterio clasificatorio de la Unión Europea (que se aplica en todos los Estados miembros) sólo el 0,83% del total del tejido empresarial español son “grandes empresas”.

▪ Las “grandes empresas” son aquellas que tienen más de 250 trabajadores, facturan más de 50 millones de euros y tienen un balance ajustado a estos patrones.

▪ Los ERTO (Expediente de regulación temporal de ocupación) han afectado sobre todo a las pequeñas, medianas y micro empresas.

Si cruzamos ambas series de datos, podemos colegir que buena parte del aparato productivo está parado, con lo que las empresas no tienen ingresos y no pueden pagar a sus empleados, proveedores, etc. A su vez, los empleados han visto reducidos sus ingresos y viven de la subvención del Estado. Esta subvención, como mucho, sirve para pagar algunos de los costes fijos (no todos), por lo que su pasivo no deja de aumentar.

Y es que en planta (o en la calle, si se quiere), las cosas se ven de otra manera. Aquí no valen los modelos de recuperación, sean en L, en V o en cualquier otro signo.

¿Y qué puede/debe hacer el poder ejecutivo (gobierno Sánchez), el representante de la sociedad, para paliar los peores efectos de una economía en declive?

En primer lugar, hacer autocrítica por los errores cometidos en política económica durante los últimos cuarenta años. Errores graves en la asignación de recursos, como el proyecto megalómano de un AVE radial del que se enorgullecía la ministra Magdalena Álvarez (afectada luego por los fraudes públicos del gobierno andaluz), cuando proclamaba que “el AVE cosía con cables de acero todo el país”. Menuda vergüenza. Precisamente esos cables han servido para distribuir el Coronavirus urbi et orbe.  ¿Cómo pretenden que sus socios de la Unión Europea acepten unos eurobonos solidarios cuando se han dado cuenta, aunque tardíamente, de que el dinero cedido iba a proyectos no viables y superfluos (añadamos aeropuertos, polideportivos y obras públicas de autobombo) o a subvencionar, mediante prácticas corruptas (ERE’s, PER’s y otras menudencias), a una población alienada y fiel al duopolio político.

En segundo lugar, asumir que el Estado se halla técnicamente en quiebra, pues no solo no ha sido capaz de reducir el peso de la Deuda Pública con relación al PIB, sino que año tras año el Déficit Público sea ido repitiendo, por la mala asignación y peor gestión de los recursos económicos. Hay que añadir que el pasivo real del Estado es superior al que se indica oficialmente, pues parte de la Deuda Privada cuenta con la garantía pública.

En tercer lugar, cabría una reasignación de los recursos; es decir, reducir unas partidas del presupuesto y aumentar otras. El Estado ha de cubrir dos funciones básicas que aseguren el bienestar de la población: la sanidad y la educación. Buena parte del resto es discrecional. Ha de reducir drásticamente o suprimir muchas partidas de Defensa. La Defensa, en un mundo globalizado, solo sirve para defender los intereses del poder. No es defensa, sino represión interna. Ha de suprimir todo aquello que no genere valor añadido a la sociedad (instituciones, cuerpos de funcionarios, pseudo empresas, organismos, etc.). Ha de dinamitar el entramado político de las comunidades autónomas, que tratan de ocultar la pluralidad nacional del Estado, donde sólo Catalunya, Euskadi, Castilla y, en menor medida Galicia, tienen una trayectoria propia como naciones, lo que justifica y determina una organización política independiente.

Hoy día los simuladores permiten visualizar los flujos de todo ello. Comprobarán rápidamente que, tras la reestructuración, el saldo es muy positivo. Así dispondrán de un monto considerable que permitiría una renta básica de urgencia para el precariado. Y hay que hacerlo como recomendaba Milton Friedman con la metáfora del helicóptero del dinero: poniendo dinero líquido en el bolsillo de los ciudadanos más necesitados. Tendríamos a corto plazo un estímulo sobre la demanda y un mensaje ilusionado. Hasta Robert Chote, el duro guardián del presupuesto público británico, ha apuntado en esta dirección.

En paralelo hay que proteger la oferta, para que las empresas generadoras de empleo (que no son las grandes) se sientan reforzadas. Ayudas sin concesiones, vigilando las garantías adicionales que piden los bancos. Aplazamiento de impuestos. Aligeramiento de los costes laborales que no van a la cartera del empleado.

Todo ello supondría un incremento de la Deuda Pública, como va a ocurrir en el resto de países. Pero este incremento podría defenderse en los foros internacionales porque sería un ejemplo de buena gestión y de un cambio de rumbo en la esfera pública. Hay que sacarse de encima la cultura del funcionariado y operar como una sociedad libre y responsable.

Probablemente no van a hacer nada de todo esto. Puedo comprenderlos, pero no los respeto. Saben que se autodestruirían, y aunque se llenan la boca con la palabra “patria”, les importa muy poco la realidad social que hay detrás de ese manoseado vocablo.

El Estado español acabará siendo rescatado oficialmente (el Estado, no los ciudadanos), lo que implicará mayores recortes en las prestaciones sociales, más impuestos, menos libertades.

Quinto capítulo: el previsible comportamiento de compra / consumo

Hace ya algunos años que la corriente dominante en economía, la que interpretaba que la conducta humana operaba en términos racionales, ha perdido credibilidad.

Muchos estudiosos, a caballo entre la economía, la psicología y la sociología, han desarrollado una escuela de pensamiento que se denomina economía conductual (Behavioral Economics). Está demostrado que muchos de nuestros comportamientos no se ajustan a la racionalidad.

Sin embargo, en el entorno actual descrito se presiente un retorno a la racionalidad. Esto significa dar prioridad a lo necesario y modificar la asignación de la renta disponible después de pagar los costes fijos. No todo el mundo tiene la misma capacidad para asumir riesgos. Ahora veremos mayor retracción de la habitual. Las compras compulsivas llenarán el baúl de los recuerdos.

Entre los sectores económicos favorecidos destacarían la alimentación, los servicios de salud, el farmacéutico, la automatización, la digitalización, el comercio online y las tecnologías de la información.

En el lado de los perjudicados estaría en primer lugar y por encima de todo el turismo y sus derivados (hostelería, restauración, compañías aéreas), la fabricación de bienes de consumo duradero, el comercio al detalle, la construcción y los servicios inmobiliarios, los servicios financieros y el conjunto de mini renglones asociados al ocio.

Y si tenemos en cuenta que el turismo representa en el Estado español el 14% del PIB y que da empleo a casi tres millones de personas, podemos colegir que el problema de carácter inmediato tiene una dimensión no gestionable. Desde mi punto de vista, el Covid-19 le dará un golpe mortal al turismo de masas. Incluso los viajes de empresa, muchos de ellos innecesarios, serán sustituidos por videoconferencias. Habrá que reajustar todo ello.

La sociedad está atemorizada y se recluirá en lo conocido, en lo próximo, en lo probado. Recordemos que el pánico tiene un efecto multiplicador negativo. Es un cambio epistemológico que, como todo cambio, presentará amenazas y ofrecerá oportunidades. Y con esto abrimos una dimensión desconocida que puede romper todos los pronósticos económicos.

Es el paso, como decía Marx, de lo cuantitativo a lo cualitativo.

Sexto capítulo: la política.

El Covid-19 ha desnudado a los representantes de la alta política, que ante un problema que no estaba descrito en su manual operativo (troubleshooting) han fracasado como solucionadores de problemas.

La falta de liderazgo es una constante y es por ello que muchos conflictos sociales, políticos y económicos quedan aparcados sine die.

La crisis está dando protagonismo a los gobernadores de los bancos centrales, pero ni la política monetaria vale por sí sola, ni los gobernadores tienen visión de conjunto.

En las sociedades en las que la democracia autoritaria permea todas las instituciones, el pueblo se somete, se enfría la capacidad crítica, se espera que llegue “el mesías”. Y el mesías nunca llega.

En estas sociedades (como la española) la partitocracia controla todas las redes del poder. Incluso las renovaciones ideológicas resultan falsas. Es un mundo de funcionarios que viven de los Presupuestos Generales del Estado y que actúan como agencias de colocación. Las palabras liberal, conservador, izquierda, popular, socialista no significan nada. Están vacías de contenido.

En este sentido, el confinamiento ya les va bien, porque anula el debate y alimenta la tertulia de los telepredicadores de siempre. Para que el sistema de comunicación esté bien lubricado, el gobierno del Estado español ha concedido subvenciones por un importe de quince millones de euros a los grupos privados Mediaset y Atresmedia, que en el pasado ejercicio habían obtenido beneficios de 212 y 118 millones de euros respectivamente. Dinero a fondo perdido que podría haberse destinado a temas urgentes. Un auténtico disparate.

El descrito como “estado de alarma” es una forma encubierta del “estado de excepción”, que pone las bases de un autoritarismo desacomplejado.

Una reflexión provisional

Nadie sabe a ciencia cierta que va a ocurrir en los próximos meses. En estas circunstancias es cuando se ve claramente la diferencia entre la previsión y la planificación. La primera trabaja con variables exógenas y trata de objetivar la realidad. La segunda incorpora la voluntad propia y trata de construir una realidad distinta. El mundo globalizado y sus principales representantes no han sido capaces de planificar el futuro, en parte por sus carencias y en parte por no compartir un objetivo común, Y es por ello que los escenarios previsibles han ocupado el espacio. Y en esta coyuntura, la multiplicidad de fenómenos cruzados ha hecho más difícil describir el que sería el escenario ideal.

Veremos qué pasa. Lo único que sí puedo asegurar es que el nivel de incertidumbre y vulnerabilidad aumentan. Y mi feeling personal (quizás me equivoque) es que ya casi nada será como antes.

Alf Duran Corner

Fondo documental


La pandemia y lo más áspero de la condición humana. Silvana Melo

marzo 20, 2020

El individualismo a ultranza, la alimentación ultraproteica del gendarme que opera en cada sujeto social, la salvación personal a costa del naufragio del resto, el asomo de lo peor de todos, como asoman las hormigas cuando huelen la lluvia. Con esas maletas llegó el virus, una probable arma bacteriológica que el capitalismo utiliza para la limpieza de frágiles. A los niños los matan de hambre, de venenos, de gatillo fácil y de paco. A los viejos los dejan morir en el primer mundo sin atenderlos: el virus los arrasa y no vale la pena gastar. Es la clase dominante la que tiene la manija de la supervivencia. La que compra a rabiar, la que viaja, trae el virus y no se pone en cuarentena, total el problema es para los demás. El virus desnuda el capitalismo en su peor revés. En el dorso más cruel. En la nuca de un sistema que suele mostrar el rostro de emoji sonriente para conceder eso del capitalismo de rostro humano. Pero cuando se da vuelta está el leviatán. Y están los dueños del mundo colocando y sacando a gusto y placer para que los desgraciados sean más desgraciados y los propietarios del privilegio lo escrituren para siempre.

Capitalismo de desastre, lo llama Naomi Klein. Que es posible porque el basamento humano de ese capitalismo es numeroso. Muy numeroso. Demasiado. Y maneja los medios de producir, de comunicar, de sentir. De amar y de odiar. El resto, consume o resiste.

“El hambre incide cada año en la muerte de 2.400.000 niños menores de 5 años. Pero, no siendo contagiosa, las clases medias y altas mundiales de ningún modo sienten que sus vidas estén amenazadas. Por ende ‘el mundo’ sigue su curso y no toma medidas extraordinarias para impedir semejante número anual de muertes evitables”, dice Marcelo Giraud citado por Darío Aranda.

El hambre no es contagiosa y la pobreza tampoco. Sin embargo, se escapa de ellas como de las peores pestes. Escapan las clases dominantes y los vecinos de los apestados. De vez en cuando aparecen los virus limpiantes. Los troyanos de las orillas más débiles de la humanidad. A veces son los mosquitos. Y las enfermedades viejas que asoman, felices del regreso en una tierra que cultiva para ellas.

Sólo en Misiones hay decenas de miles de infectados de dengue (4.000 oficiales, número al que el propio ministro de Salud provincial le agrega un 0 a partir del notorio subdiagnóstico).

Son 65 los infectados de coronavirus.

Muchos podrán quedarse en su casa. Otros muchos podrán irse a su casa.

Los más de ocho mil que viven en la calle sólo en la ciudad de Buenos Aires, no. Apenas podrán aterrizar con sus huesos en la vereda ocasional. En el hall del banco que pintó esa noche. No hay cuarentena para la infancia que se refugia en Constitución ni para la doña que aguarda que se desocupen las butacas de esperan en Retiro a las dos de la mañana para dormir su sueño de duras penas. Su sueño de madrugada.

En catorce días sin clases muchos chicos de inicial, primaria y secundaria estarán de cuarentena con madres y/o padres que pueden irse a casa. Que tienen casa. Que tienen trabajo. Y posibilidad de hacerlo desde casa. Los chicos tendrán conectividad y posibilidad de cubrir on line la ausencia de presencialidad escolar.

Otros tienen apenas madre, que no sabe cómo hará para salir a trabajar en negro con los pibes en casa. Porque no puede limpiarle on line la casa a la señora, que le paga por día y si no va no cobra. De conectividad no tiene idea porque en casa no hay wi fi ni ella tiene datos en el celular.

Suerte que a las 12 podrán hacer a la cola en la escuela, separados por un metro veinte, distanciados socialmente entre ellos mismos, para llevarse la vianda y comer en casa. Solos y aislados porque las plazas estarán cerradas.

Mientras tanto, más olvidados que nunca, siguen muriendo los niños wichí en la Salta de los confines, allí donde se cierran las fronteras, en la Santa Victoria Este donde se muere de hambre y de sed, donde se desmontó la vida y los bordes de la muerte dibujan huesitos como lluvias ajenas.

Pero ya nadie los conoce más. Nadie los vuelve a ver. Porque los que sí se ven arrasan con las góndolas de los supermercados y compran lo que no les hace falta, lo que no comerán, el alcohol que no usarán, el papel higiénico con el que no se limpiarán.

Sacan su gendarme y denuncian al primero que les estornude cerca.

Y cuando llegan a su casa cierran la puerta con llave, prenden el televisor y se abrazan a sus pertenencias. A su comida y a su papel higiénico.

Y los niños en la Salta bella y ferozmente injusta se seguirán muriendo. No precisamente de coronavirus. Es el capitalismo del desastre que hace su trabajo en exquisita eficiencia. Corta, separa, desecha. Profundiza la brecha. Anancha el dolor. Desnuda lo más áspero de la condición humana. El virus como causa de esta calamidad es una pobre causa, pensaría Ramón Carrillo.

Mientras Cuba produce el interferón beta, un antihéroe que en China y en España ya está poniendo al virus de nalgas al norte.

Y unos cuantos pertinaces insisten en creer que la única salida es colectiva.

De otra manera, no hay cómo sostener esta obstinación en la esperanza.


Cuando la realidad supera la ficción

noviembre 10, 2018

Nuestro mundo NO es el que habíamos soñado. Inimaginable lo que vivimos, soportamos y… No pasa nada.

¿Porqué aquella frase que siempre me impresionó: por no hacer nada, nunca pasa nada, se ha convertido en Ley de vida de muchos? Exijamos respuestas a nuestros  ¿Por què?

Naturalmente de aquellos que no carecen de nada, que tienen todo a su alcance, pero no de quienes la lucha cotidiana ha saltado de nuevo a la palestra y ahoga.

Intenten coger un Periódico, escuchar Notícias -algunas camufladas- y descubriran que el futuro es tan incierto como nunca lo fue.

NO soy pesimista, simplemente constato la realidad de la calle, la de la gente sencilla, la que debemos calcular si podemos hacer determinadas cosas que nos gustaría pero… la realidad apremia. Es preciso asegurar lo vital, evitar lo prescindible aunque duela.

Caminemos sin olvidar que muchos necesitan una mano. No se la neguemos. ¿Compartir? He ahí la esperanza

 


“El monocultivo más peligroso es el de las mentes”. Adolfo Pérez Esquivel

febrero 16, 2018
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, defensor de los derechos humanos y del derecho de los pueblos, referente internacional de los derechos humanos, a los 86 años mantiene a pleno su actividad. Aquí, da cuenta de su compromiso social y reflexiona sobre democracia y libertad, la lucha de los pueblos, la memoria, la pulsión a la igualdad. Los riesgos que ve en el gobierno de Macri. Por Bárbara Schijman
Imagen: Bernardino Avila

Un espacio modesto y cálido, rodeado de libros, distinciones, fotos, algún cuadro. Allí, en las oficinas del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), Adolfo Pérez Esquivel dialogó con PáginaI12. Lúcido como de costumbre, reflexiona sobre la memoria, el pasado y el futuro, los peligros que ponen en jaque la paz en el mundo, los pueblos, los consensos, las dificultades de acordar y las facilidades de disentir. Ferviente defensor de la democracia y los derechos humanos, y referente indiscutido en lo que hace al derecho de los pueblos, Pérez Esquivel plantea interrogantes sencillos en su formulación, pero complejos en su esencia.

–¿Cuál es su reflexión acerca del veredicto del tercer juicio por los crímenes cometidos en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que dio a conocer el Tribunal Oral Federal 5 en noviembre pasado?

–Hay varias cosas que decir respecto a lo que fue el juicio en la ex ESMA. Muchas veces sucede que no se tiene en cuenta que la Argentina es el único país en el mundo que juzga los crímenes de lesa humanidad a través de la Justicia Federal, no de la justicia ordinaria. Todos los otros juicios fueron tribunales ad hoc: el de los Balcanes, el juicio de Núremberg, y el de Tokio, por ejemplo. La Argentina generó jurisprudencia, generó una base muy fuerte del derecho de los pueblos, porque siempre que hablamos de los derechos humanos –y por eso nace la declaración de Balzac–, es un poco tomar únicamente a las personas, pero poco de los derechos de los pueblos. Con el tiempo se integran los derechos colectivos y, recién en el año 93, en Viena, en Naciones Unidas, se integra el derecho de los pueblos. Que la Argentina haya avanzado en esta dirección es un ejemplo en sentar bases de jurisprudencia a nivel internacional. Los argentinos no vemos con claridad este avance. Hay cosas en las que no se puede retroceder; no se puede retroceder sobre el derecho a la verdad y la justicia.

–Sobre el fallo en la ex ESMA, los cuestionamientos en torno a la cantidad de desaparecidos y muertos por la dictadura militar, o los hechos de público conocimiento que involucran a pueblos originarios, ¿qué explica para usted que las miradas frente a situaciones tan sensibles puedan ser tan diametralmente opuestas? 

–Creo que tiene que ver con concepciones de sociedad. Podemos abordarlo en dos aspectos, que es justamente el punto de lo que llaman “grieta”: la memoria. Yo siempre impartí que la memoria no es para quedarse en el pasado; la memoria nos ilumina el presente, y es través del presente donde podemos generar el construir la vida. Pero no todas las memorias son iguales. Hay una memoria colectiva, la memoria del pueblo, sobre lo que pasó, pero no sólo sobre las últimas décadas sino lo que pasó anteriormente. Porque no hay pueblo sin memoria. Vuelvo a insistir en que no todas las memorias son iguales; hay una memoria institucional que no se modificó, y esa memoria institucional está en las Fuerzas Armadas, en las fuerzas de seguridad y en sectores que son adictos ideológicamente, culturalmente, políticamente, y también de intereses con lo que fue la dictadura militar. Todos tenemos memoria; una memoria personal y una memoria colectiva. Pero dentro de las Fuerzas Armadas no se modificó la memoria, se sigue justificando el accionar.

–¿Cómo analiza la posición que adoptó el gobierno con respecto a los conflictos que se sucedieron con pueblos originarios?

–Lo dice el mismo obispo de Bariloche. Lo que está haciendo el gobierno es crear un enemigo, que puede ser real o potencial. Si no existe, hay que inventarlo. Esta es una política que ya se aplicó en muchas partes del mundo. Cuando Bush estaba en el gobierno inventó un enemigo potencial que había sido su aliado, que fue Irak; Saddam Hussein. ¿Qué inventó? A través de los medios de comunicación, a través de la propaganda, a través de las acusaciones, inventó las armas de destrucción masiva para poder invadir Irak. Yo estuve allí 12 días y vi cómo morían 600 niños con sus madres por los bombardeos en nombre de la libertad, de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Como ahora, que han declarado la guerra a Siria, Libia, Irak, Afganistán; son los que manejan el complejo militar industrial, pero para eso necesitan crear un enemigo. ¿Quiénes son los enemigos internos hoy? Los mapuches. Hay una hipocresía tremenda en la política del gobierno. Están engañando al pueblo… lo de Santiago Maldonado. Y los jueces, cómplices. Avasallan la Constitución, avasallan el estado de derecho, y después quieren hacer pasar a las víctimas como los victimarios. Es una tergiversación de valores. Este gobierno está provocando un retroceso muy fuerte en la política de derechos humanos. No la acompaña; al contrario, la combate. Creo que tendríamos que hablar de todos los pueblos originarios del país, no sólo de aquellos que en el último tiempo tomaron protagonismo; tendríamos que hablar de antes en el tiempo. Parece que la memoria de la campaña al de- sierto sigue vigente. Pienso en lo que decía Sarmiento, “civilización y barbarie”, ¿cuál es la civilización y cuál la barbarie?

–Depende de cada lente… 

–Pasa que las Fuerzas Armadas siguen justificando su accionar. He dado charlas en la Marina, fundamentalmente en Río Santiago, en la Casa Amarilla, y he tratado de acompañar con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), de hablar para acompañar, hablar con altos mandos de la Marina, y puedo decir que muchos de ellos guardaron silencio, no dijeron una palabra. Pero hubo un vicealmirante –del que no recuerdo el nombre–, en la base de Río Santiago, que se acercó y me dijo: “Yo no pertenezco a esa época, me estoy enterando, pero pertenezco a una institución que es la Marina. A nosotros nos dejaron una mochila muy pesada, que no la tenemos que dejar a un costado, la tenemos que asumir para que esto no vuelva a pasar nunca más”. El punto es cómo desarmar la razón armada. Justamente, acabo de llegar de Roma, del encuentro internacional sobre desarme nuclear.

–¿A qué se refiere con “desarmar la razón armada”?

–Claro, cómo desarmar la conciencia armada donde se justifica… Trump-Corea del Norte: muchos países que están provocando todas estas guerras siguen con la razón armada. Por ejemplo, hay que tener más bombas atómicas para tener el poder que llaman “disuasivo”, porque hoy entre Estados Unidos y Rusia pueden destruir el planeta. Con el arsenal que tienen y lo siguen incrementado. Eso es una razón armada. Ahora, ¿cómo revertimos esta razón armada? Porque la paz no es la ausencia de conflicto.

–¿Qué es la paz para usted?

–La paz es una dinámica de relaciones entre las personas y los pueblos, entre la relación personal pero también con la comunidad, con el pueblo. Y hoy hay sociedades cada vez más violentas, incluso en nuestro país. Y la única forma es la educación, el diálogo, es saber reconocer la diversidad, no la uniformidad. Siempre hablo de los monocultivos de soja, de pino, de maíz. Es curioso. No hay pájaros, no hay sapos, no hay mosquitos, no hay insectos, porque a través de los agrotóxicos destruyen todo, queda una producción que contamina el ambiente, la tierra, todo; se quiebra la cadena biológica. ¿Cómo contrarrestamos estos monocultivos? El monocultivo más peligroso es el de las mentes. El monocultivo de las mentes trae consecuencias porque se llega al totalitarismo, se llega a querer silenciar a los medios de oposición, los medios de información, los medios periodísticos opositores a este o cualquier otro gobierno; y ahí llegamos a los totalitarismos. De los totalitarismos a las dictaduras hay un solo paso.

–¿Cómo se contrarresta lo que describe?

–Recreando la biodiversidad. La riqueza de los pueblos es la biodiversidad, no la uniformidad; las riquezas del pensamiento, la interculturalidad. Ahora, qué pasa con los mapuches, con los pueblos originarios. Hay intereses económicos y políticos. Hace tres o cuatro años llevé un matrimonio mapuche a Roma y tuvimos un diálogo con Luciano Benetton. Rosa y Atilio Curiñanco –a quienes le habían quitado 360 hectáreas en Neuquén– viajaron conmigo a Italia, y en Roma, con el alcalde de Roma, hablaron con Benetton.

–¿En qué consistió ese diálogo?

–Arturo Jauretche decía: “Malo es el gringo que nos compra; peor es el criollo que nos vende”. ¿Quiénes le vendieron las tierras a Benetton? Gobernadores, políticos, cómplices empresariales. Nadie tiene acceso a los registros del catastro de cómo Benetton compró un millón de hectáreas en la Patagonia, lo mismo Lewis, etc. Es secreto. ¿Quién hizo negocios con las tierras que no les pertenecen y con las comunidades indígenas adentro? En esta charla con Rosa y Atilio, Benetton les decía: “Yo les puedo donar tierras”. “¿Cómo nos va a donar tierras si esas tierras no son suyas, si esas tierras son nuestras?”. Después Benetton quiso hacer una donación de tierras a la provincia de Chubut. La gobernación ni le contestó; la misma gobernación que le vendió las tierras. Ahora, ¿qué pasa con el gobierno, con el actual y con gobiernos anteriores? Porque nosotros venimos peleando desde hace muchos años, no es de ahora. Quien viola la Constitución Nacional es el Estado: el artículo 75, Inciso 17, de la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales, y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Quien está en falta, que viola, que provoca la violencia es el Estado, no son los mapuches, los qom, los guaraníes, que lo que hacen es defender su territorio. El término mapuche significa “gente de la tierra”. Mapu significa “tierra”; che, “persona”. Es la gente de la tierra, que tiene su cementerio y sus lugares sagrados, y que tienen que ver con su identidad, su cultura, su pertenencia, su forma de vida, su lengua. Y lo desprecian de tal forma que dicen: “no, no hay nada, no hay ninguna construcción, no hay ningún templo”. La madre tierra es el templo, en el corazón está el templo, en el pensamiento. Entonces estas culturas son despreciadas, son perseguidas, pero esto viene desde hace mucho tiempo. Y aquí sigue el monocultivo de las mentes, colonizados por las llamadas “conquistas del desierto”. Este monocultivo de las mentes sigue al día de hoy y este gobierno sabe de comercio, de números, y se olvida que detrás de los números hay rostros de hombres y mujeres que reclaman un lugar, un derecho a la vida.

–¿Qué sucede en el resto del continente?

–Hay un retroceso muy fuerte en la concepción ideológica, colectiva, un retroceso en todo el continente. Nosotros llevamos 50 años de trabajo en América Latina. El caso de los genocidios en México es enorme; en Guatemala… Hablamos de más de 250 mil muertos en Guatemala. Hemos trabajo ahí. Hay un genocidio del que nadie habla: el de los pueblos en el continente que hoy llamamos Latinoamérica. Por ejemplo, ¿quién le dice a los armenios que no fueron un millón y medio los armenios víctimas del genocidio turco? ¿Quién cuestiona que en los campos de concentración nazi murieron seis millones de judíos? Hay una mentalidad de esto que llaman “civilización”, que es imponer lo que hicieron los conquistadores, la cruz en la espada, la justificación de los genocidios. Hay un retroceso, después de los avances que hubo en algunos países que intentaron tomar independencia de Estados Unidos y que fueron muy atacados; hasta el día de hoy el bloqueo a Cuba no termina, por más que Obama quiso limpiar su imagen yendo a Cuba y trató de hacer un acercamiento. Pero el mismo Obama me manda una carta y me dice: “hay cosas que no puedo hacer porque tienen que pasar por el Congreso”. Sin embargo fue, trató de hacer un acercamiento, trató de aliviar la presión, porque Estados Unidos siempre piensa a América Latina como el patio trasero, y por eso los ataques a Venezuela, Bolivia, Ecuador, a todos aquellos gobiernos que tratan de salir de la órbita. Estados Unidos nunca va a ser el aliado de América Latina, es el dominador, el que quiere someter a América Latina hasta el día de hoy. Cuando encuentran gobiernos que buscan alianzas con ellos, no como amigos sino como súbditos, ahí la cosa cambia. Este gobierno es un súbdito de Estados Unidos, no un aliado. Colombia, Honduras, donde se cometen atrocidades de violaciones de derechos humanos, son súbditos, como lo fueron los países centroamericanos. Aún hoy tenemos mucho por que luchar.

–¿Cómo se encara esa lucha en la actualidad?

–Para mí, la política de los derechos humanos no es paliar sólo el dolor de los sufrientes, es una acción transformadora, política, cultural, de encontrar lo que es el derecho a la soberanía, a la identidad, a los valores de cada pueblo. Esto es lo que los argentinos tenemos que descubrir, porque estamos mirando siempre lo que hace el país del Norte, pero ¿qué conocen los argentinos en las escuelas, en las universidades, de la situación de los países hermanos? Poco y nada. Esa es la denominación cultural, esto es imponer el monocultivo en las mentes. Toda la información que nos llega es la información de Estados Unidos. El 95 o 97 por ciento de las películas que se ven son de allá; eso es la denominación cultural. ¿Cuáles pueden ser los caminos de liberación? En Bolivia, Evo Morales trata de recuperar, siendo él un aymara, lo que es la identidad, los valores, la pertenencia cultural, las lenguas, para tener sentido de libertad. Yo a mis alumnos les pregunto: ¿saben ustedes qué sabor tiene la libertad? Y se quedan mirando. “¿Ustedes se acuerdan de Carlitos Balá, que decía: ‘¿qué gusto tiene la sal?’.” Todos saben: salada. Pero, ¿qué gusto tiene la libertad? Por eso luchamos, para saber qué sabor tiene la libertad.

–¿Cree que no lo conocemos? 

–En cierto modo lo percibimos, sí. Por ejemplo, Bolivia la alcanzó, sabe cuál es el sabor de la libertad; Cuba la alcanzó. A Rafael Correa en Ecuador intentaron darle un Golpe de Estado. Lo mismo: porque el país del Norte no quiere la libertad del continente; quiere la dominación del continente. Entonces, cuando uno pregunta: ¿saben cuál es el gusto de la libertad? ¿Qué gusto tiene la libertad? Traten de descubrirlo. Si no saben cuál es el gusto de la libertad es porque no son libres.

–¿Qué sucede con la democracia en contextos poco igualitarios? 

–La democracia no significa votar, gané una elección y ahora me puedo permitir cualquier cosa. No. Si un gobierno no está al servicio del pueblo, está contra el pueblo. Y esto es lo que estamos viviendo hoy. Vivir en democracia no implica poner votos en una urna; la democracia significa derechos de igualdad para todos y todas. Cómo se respeta la identidad cultural, la lengua, los territorios de los pueblos originarios que son masacrados, perseguidos y marginados sistemáticamente. ¿De qué democracia estamos hablando? La democracia no se regala, se construye; son procesos de construcción, de espacios de libertad, de derecho. Ahora, si los políticos venden las tierras con las comunidades indígenas adentro, lógicamente que estas comunidades tienen el derecho a reclamar sus tierras. Pero el gobierno no tiene derecho a reprimirlos.

–¿Qué escenario vislumbra para el futuro cercano?

–Venimos de mucha experiencia de luchas y la única respuesta que tenemos aquí es la unidad del pueblo, la movilización, la toma de conciencia. Hoy muchos sectores del pueblo están fracturados. Hay que encontrar consensos de unidad, a nivel sindical, cultural, político; los mismos organismos de derechos humanos están divididos.

–¿Cómo construir consenso en medio de tanta fractura en la sociedad, entre los mismos partidos de izquierda y entre los organismos de derechos humanos?  

–Hay algo particular en la política argentina, en otros países también, como en Brasil, que conozco bien. Sucede que los dirigentes políticos parten siempre de las diferencias y no de los acuerdos. La izquierda no tolera a otras izquierdas; creo que se olvidaron de dos operaciones matemáticas: sumar y multiplicar. Y se quedaron en restar y dividir. Entonces hacen pequeños grupos, y creo que hoy hay que poner las cosas en común, lo que nos identifica y convoca, y trabajar juntos. Cuando hay alianzas con un partido político se pierde la mirada de justicia. Por eso los organismos de derechos humanos tenemos dificultades. Uno trata de mantener la independencia con todos los costos que esto representa y lo asumimos. Pero cuando uno toma la bandera de un partido político no puede ser objetivo políticamente, y no para destruir y acusar, sino para construir, porque es desde ahí donde podés construir, no desde la objetividad parcial. Creo que esto nos generó dificultades con el resto de los organismos y también lo tuvimos que asumir. Nosotros creemos esto, podemos discutirlo, hablar, ver cómo generar espacios de encuentro para poder avanzar, porque el gobierno sabe de estas diferencias y lógicamente las aprovecha.

–En 1980, usted fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. En su discurso, proponía abolir la injusticia a través de la lucha no violenta y crear una sociedad más justa y humana para todos. Si el  Nobel se lo dieran hoy, ¿qué diría  en ese discurso? 

–Lo mismo. Primero diría, como lo hice, que lo asumía en nombre de los pueblos, no a título personal, y en esto trato de ser coherente. Pasaron 37 años y pienso lo mismo: seguir acompañando la lucha de los pueblos para saber qué gusto tiene la libertad.

–¿Es optimista, Adolfo?

–Siempre soy optimista, por naturaleza. Acabo de cumplir 86 años y seguimos trabajando y pensando. Estuve hace poco en el Vaticano, por el tema del desarme nuclear, un problema sobre el que no se advierte su dimensión. Hoy hay amenaza nuclear, tanto de Corea del Norte como de Estados Unidos. Es importante que los pueblos y los gobiernos reflexionen sobre esto. Estamos prendidos a alfileres en el mundo. Y si no ponemos límite a esto, a la contaminación ambiental, a la destrucción que se está haciendo, este mundo no tiene futuro. Pero soy tan optimista como Luther King, que decía: “Si el mundo termina mañana, hoy voy a plantar mi manzano”. Y yo siempre digo: “Miren, no dejen de sonreírle a la vida, porque el día en que dejamos de sonreírle a la vida es porque nos vencieron”.


Sentimientos….

septiembre 23, 2017

Son tantos los últimos acontecimientos en mi pequeño país, Catalunya, que me incitan a recordar, a visionar lo que ha sido el largo caminar transcurrido tras la Guerra incivil de 1936, y la larga noche de la dictadura cuando teníamos la esperanza que: nunca más se repetiría.

Falso pensar ya que, la derecha española, acompañada de otros que no deberían ser sus compañeros de viaje -algunos socialistas-, se están superando en cantidad y alevosía.

Recuerdo grandes sentadas frente al Ayuntamiento de Granollers por parte de unos pocos, cuando el miedo frenaba. No existen imágenes pero, veo las caras de mis compañeros de fatigas. Silencio total, simplemente, presencia activa.

Tira y afloja para editar un periódico en catalán, cuando hablar escribir en catalán –no nos lo habían enseñado en la escuela, tuvimos que hacerlo de escondidas, en hora y lugares especiales-, era sinónimo de humillación por parte de muchos. Éramos unos pobres infelices, «los señores» hablaban castellano, incluso en la intimidad.

Tuve la suerte de vivir mis primeros años de vida en un pueblito donde nadie sabía una sola palabra en castellano. Hablaban un catalán muy correcto, con palabras que nunca más escuché. En mi casa todavía hoy se ríen de algunas que, de vez en cuando me pongo en boca.

Me gusta, pasados los años, en un mundo de grandes tecnologías y ciencia, el comportamiento de la gente. Me enorgullece el sentimiento de país, de jóvenes y no tan jóvenes. La serenidad con la que enfrentamos tanta manipulación y control por parte del Estado español que nos quiere encasillar donde NO queremos.

Impresiona la alegría que mostramos en calles y plazas: sonrisa en los labios, cantando y «botando» al grito de » Independència o, las calles siempre serán nuestras». Es cierto, NADIE nos las puede robar.

¿A qué viene pues tanta obsesión de control por parte de los manipuladores de siempre, autoridades locales y de España, de algunos medios de comunicación escritos y, algunas TV que informan con tantas mentiras?

¡Queremos votar! Queremos comprobar cual es el sentir de los catalanes y de los que, llegados de otros lugares del mundo, compañeros que abandonaron familia-amigos en busca de futuro, tienen, ahora la oportunidad de sentirse o no tocayos nuestros.

Complace también conocer el gran número de Organizaciones de fuera de nuestro país que apoyan la Consulta que, el Gobierno español NO quiere permitir se lleve a cabo. ¡Sordos-ciegos, no mudos, impresentables!

Nunca, la fuerza, podrá cambiar nuestro sentimiento de país, al contrario, lo está fortaleciendo y ampliando.

Si hubiesen negociado a tiempo, en alguna de las muchas ocasiones que desde el Gobierno catalán han solicitado reunirse, otro gallo les cantara a ellos, los que no aceptan que nos vayamos de su «redil.» Sepan que hemos madurado, que acabó la sumisión.

Nuestra firmeza no tiene parangón. Como reza una bella sardana «som i serem gent catalana, tant si es vol como si no es vol….»porqué así lo sentimos en nuestros corazones y, curiosamente se ha acrecentado ante la prohibición y las formas que ustedes han utilizado.

Votaremos con toda la serenidad que nos es habitual.

NO nos asustan los policías que estos días velan por nosotros -eso afirman-, para que nada malo nos suceda, aunque nos preguntamos:  ¿de qué y de quienes nos protegen?

Menuda papeleta la de la Guardia civil y policía nacional. Los de verde y los de paisano, “habillados” con signos catalanes. NO cuesta descubrir su identidad.

No teman, somos gente de paz y bien. Solo queremos votar.

¡VOTAREMOS! el 1 de Octubre.


La fuerza política de la esperanza ante la situación actual. Leonardo Boff

junio 13, 2017
    
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Foto: Rica Retamal/BdF

Vivimos tiempos de gran desamparo social. Se ha producido una especie de terremoto, esta vez no provocado por la naturaleza sino por la propia política.

Hubo un golpe de clase de los adinerados, amenazados en sus privilegios por los beneficiados por las políticas sociales de los gobiernos del PT, que los llevó a ocupar lugares de los que antes estaban excluidos. Para ello usaron el parlamento, como en 1964 los militares. La destitución de la presidenta Dilma, democráticamente elegida, sirvió a los propósitos de estas élites económicas (el 0,05% de la población según el IPEA), lo cual implicaba ocupar los aparatos del Estado y garantizar así su status histórico-social hecho a base de privilegios y de negocios turbios. Habiendo naturalizado la corrupción, no tuvieron escrúpulos en modificar la constitución e introducir reformas que eliminaron derechos de los trabajadores y modificaron profundamente los beneficios de la Seguridad Social.

La corrupción, detectada primeramente por los órganos de espionaje de Estados Unidos y traspasada a nuestro sistema jurídico, permitió instaurar un proceso judicial que recibió el nombre de Lava-Jato. Ahí se detectó la trama inimaginable de corrupción que atraviesa las grandes empresas, desde las estatales a las privadas, los fondos y otros órganos, dentro de la lógica del patrimonialismo. La corrupción identificada fue de tal orden que escandalizó al mundo. Llegó a quebrar estados de la federación, como por ejemplo el de Río de Janeiro.

Yo mismo y otros muchos estamos sin recibir nuestros sueldos de profesores universitarios, retirados o no, desde diciembre de 2016.

La consecuencia es el descalabro político, jurídico e institucional. Es falaz decir que las instituciones funcionan. Todas ellas están contaminadas por la corrupción. La justicia es vergonzosamente parcial especialmente el justiciero Sergio Moro y buena parte del Ministerio Público, apoyados por una prensa reaccionaria sin compromiso con la verdad. Esta justicia revela sin tapujos una furia incontrolable de persecución al expresidente Lula y a su partido, el PT, el mayor del país. Se quiere destruir su indiscutible liderazgo, desfigurar su biografía e impedir de cualquier modo que sea candidato. Se fuerza su condenación, fundada más en convicciones que en pruebas materiales, lo que impediría su candidatura, que goza de la preferencia de la mayoría.

La consecuencia es un sufrido vacío de esperanza. Pero es importante recuperar el carácter político-transformador de la esperanza. Ernst Bloch, el gran pensador de la esperanza, habla del principio-esperanza, que es más que la virtud común de la esperanza. Es ese impulso que habita en nosotros, que nos mueve siempre, que proyecta sueños y utopías, y sabe sacar de los fracasos motivos de resistencia y lucha.

De san Agustín, tal vez el mayor genio cristiano, gran formulador de frases, nos viene esta sentencia: la esperanza tiene dos hijas queridas: la indignación y la valentía; la indignación nos enseña a rechazar las cosas así como están y la valentía, a cambiarlas.

En este momento debemos evocar en primer lugar a la hija-indignación frente a lo que el gobierno Temer está perpetrando criminalmente contra el pueblo, contra los indígenas, contra la población del campo, contra las mujeres, contra los trabajadores y contra las personas mayores, quitándoles derechos y rebajando a millones de personas, que de la pobreza están pasando a la miseria. No se escapa ni la soberanía nacional, pues el gobierno Temer está permitiendo vender tierras nacionales a extranjeros.

Si el gobierno ofende al pueblo, este tiene derecho a evocar a la hija-indignación y no darle paz, sino exigir en las calles y plazas su salida, ya que está acusado de delitos de corrupción y es fruto de un golpe, y por eso carece de legitimidad.

La hija-valentía se muestra en el deseo de cambio, no obstante los enfrentamientos que pueden ser peligrosos. Ella nos mantiene animados, nos sostiene en la lucha y puede llevarnos a la victoria. Es importante seguir el consejo del Quijote: no hay que aceptar las derrotas sin antes dar todas las batallas.

Un dato que debemos tener en cuenta siempre es que la realidad no es solo lo que está ahí, como un hecho al alcance de nuestra mano. Lo real es más que lo factual. Lo real esconde dentro de sí virtualidades y posibilidades ocultas que pueden ser sacadas afuera y volverse hechos nuevos.

Una de estas posibilidades es evocar el artículo primero de la constitución que reza: “todo poder emana del pueblo”. Los gobernantes y los políticos solo son delegados del pueblo. Cuando le traicionan, ya no representan los intereses generales sino los de las empresas que financian sus elecciones. El pueblo tiene derecho de sacarlos del poder mediante elecciones directas ya.

“Fuera Temer y directas ya” no es un slogan de grupos sino de grandes multitudes. La hija-valentía debe exigir, por derecho, esta opción, la única que garantizará autoridad y credibilidad a un gobierno capaz de sacarnos de la presente crisis.

Las dos hijas de la esperanza podrían hacer suya esta frase de A. Camus: «En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible».


Pedro Sánchez: Esperanza

mayo 22, 2017

Somos muchos quienes Confiamos en la labor que llevará a cabo Pedro Sánchez. Es imprescindible acabar con todas las rémoras que su partido ha tejido a lo largo de los años. Hace falta borrón y cuenta nueva, tras recuperar lo que algunos sustrajeron de forma il-legal.

Pedro Sánchez debe configurar un equipo de personas capacitadas, con espíritu de servicio. Necesitamos recuperar la alegría de vivir.

Un equipo capaz de trabajar para el bien común, única fórmula de salir adelante, en este mundo extraño que entre todos hemos permitido construir si queremos hacer frente a la incongruencia de quienes piensan solo, en el poder de la economía, del dinero.

Queremos un país donde valga la pena vivir, compartir, amar, trabajar. Donde juntos, podamos decidir nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Aspiramos a un mundo de respeto de todos para con todos. Recordemos aquellas palabras de la Internacional que he sacado a relucir en diferentes parlamentos: «Los nada de hoy todo han de ser».

Deseamos se rodee de gente capacitada para el Diálogo para que Nadie pueda, de forma despótica, imponer su voluntad. Menos aún, disponer de los recursos que entre todos aportamos, sino que redunden al bien común.

Queremos un país donde la Palabra domine todas las mentes. Solo a través de la Palabra acompañada de Educación, construiremos puentes, caminos de bienestar, de esperanza de futuro.

Un Presidente y un equipo que acabe con la privatización de sectores que deben ser públicos para todos: Educación-Sanidad-Vivienda-Trabajo.

Necesitamos un Presidente capaz de acabar con el dominio del PP, negociar con los partidos democráticos el ansiado futuro. Ahora, sumarse a la Moción de Censura que acabe con el PP.

Necesitamos un Presidente que entienda que Catalunya es una Nación y quiere actuar como tal. Nunca, hasta ahora, quienes gobiernan han querido escuchar.

Confiamos en que Pedro Sánchez será capaz de compartir razones, atender a quienes pretenden actuar desde la legalidad. Que no se cierre en banda cual ha hecho el PP.

Un Presidente que de la cara en todo momento y no se esconda cual hizo Rajoy siempre. Que no sea sordo ante la injusticia, ciego ante la corrupción.

El Partido socialista debe ser de todos para todos. Que cada cual lo sienta propio y, desde las diferencias, todos sean respetados.

Que esta gran familia no se disperse. El espíritu de izquierda debe ser respetado, Nunca ninguneado. Flaco favor le haríamos aquel partido creado por Pablo Iglesias, cuando nada era fácil.

 


Mistó aviló M. Macron. Te avés baxtaló. Juan de Dios Ramírez Heredia

mayo 8, 2017

El nuevo presidente de la Republica, Sr. Emmanuel Macron ha declarado en su primera intervención oficial, tras conocerse su victoria en la elección presidencial, lo siguiente: «Me propongo proteger a los más débiles, a los más vulnerables luchando contra toda discriminación de desigualdad».

Desde la UNION ROMANI española e interpretando el sentimiento de la UNION ROMANI INTERNACIONAL felicitamos al Sr. Macron al tiempo que manifestamos nuestra mejor esperanza para que se inicie en Francia, –la tierra que mejor supo proclamar la defensa de los Derechos Humanos–, el fin de las pasadas épocas de deportaciones masivas que condenó a miles de ciudadanos gitanos y europeos a retornar a sus países de origen donde morían a causa de la pobreza y la persecución.

Nos reconfortan las palabras del nuevo presidente. Su juventud es para nosotros motivo de confianza y de renovación para que se destierren las viejas concepciones del nacionalismo racista que tantas vidas costó en el pasado a los ciudadanos europeos. El triunfo de Emmanuel Macron, frente a la intolerancia y el racismo militante de la señora Marine Le Pen, supone un respiro de esperanza no solo para los 500.000 gitanos y gitanas que son ciudadanos franceses, sino para los ocho millones de gitanos y gitanas que vivimos y somos miembros de la Unión Europea.

Mistó aviló M. Macron. Te aves baxtaló. (Bienvenido, señor Macron. Que sea feliz) Tradicional saludo de los gitanos europeos.


Federico Mayor Zaragoza. Sin Ciencia no hay futuro. Marcha Mundial de los intelectuales 2017

abril 25, 2017
Por fin, los científicos advirtiendo a la gente de la necesidad apremiante de detener, antes de que sea demasiado tarde, el grave deterioro de la habitabilidad de la Tierra.
¡Por fin, los más conscientes de la urgencia de los cambios radicales a los que “los mercados” se oponen sin pensar en el error histórico que cometerían las generaciones presentes si dejaran como legado a las venideras un planeta desvencijado e irreparable!
La gente espera “la irrupción de los intelectuales”, como escribí el 21 de abril de 1988:
“Indemne estoy en apariencia
pero muy herido.
No me cabe en la cabeza
tanto olvido
del hermano
solo, aislado,
ignorante,
hambriento,
mientras aquí reverenciamos
al dinero,
al banquero,
al general
     saludo militar,
     saludo militar,
     saludo militar…
todos de uniforme,
todos uniformes,
     marcando el paso,
     marcando el paso.
Desde los grandes ventanales
se sigue atentamente
nuestro tímido aleteo,
mientras la calle espera
la irrupción de los intelectuales
y el ave de la paz
no halla su nido”.
Entonces, como ahora –pero ahora ya inaplazable- era necesario reconocer la igual dignidad humana y basar en este fundamento ético nuestro comportamiento cotidiano.
¡Ciencia y conciencia!

¡TODOS CON LULA!

abril 5, 2017

 

Nosotros, intelectuales, artistas, ciudadanos del mundo, brasileiros de todas las clases sociales, denunciamos al mundo la abominable campaña de persecución, que los Medios de Comunicación, las autoridades del  Poder Judicial y  del Ministerio  Público brasileiros han desencadenado,  en connivencia  con el poder económico mundial contra LULA.  Se trata de una vergonzosa tentativa de fraudar pruebas,  con la finalidad de condenarlo criminalmente.

Hace más de tres décadas, desde el inicio de su lucha política, como líder sindical metalúrgico, la vida de LULA fue  devastada de todas las formas. Su familia ha sufrido de toda suerte de acusaciones, han sido violentados en su privacidad, ética y moral.

Todas las pesquisas de intención de votación demuestran que LULA ganaría la próxima elección presidencial brasileira, en 2018.

Apoyamos y defendemos el único Presidente brasileiro que hizo sonreír un poco al Pueblo – como dijo Oscar Niemeyer

Por Lula, ¡con Lula! Siempre.


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