Diálogo en cuarentena

junio 25, 2020

La escuela de las culturas tradicionales. Iván Padilla Bravo

La cuarentena que la humanidad sentipensante ha decidido asumir conscientemente para la protección de una epidemia que fue diseñada por los amos del mundo para arrasar con aquella y reafirmar el dominio del capital y la cultura del hegemón, ha hecho de la escuela convencional un espacio inexistente.

Se ha impuesto el encierro en cada casa de las y los que participan en los procesos académicos de escolaridad.

Cada hogar se ha improvisado como aula de clases, mientras padres u otros familiares asumen la tarea de convertirse en maestras, maestros, docentes, que deben «enseñar» de acuerdo a patrones «pedagógicos» que luego servirán para «evaluar» a quienes «egresan» de esas «escuelas», promovidos a un año superior de estudio.

Entre tanto, la calle y -ahora- el poderío tecnotrónico de la electrónica, del internet y de la informática, ya habían reemplazado la educación desde mucho antes de que las agresiones del Covid-19 fuesen declaradas como pandemia mundial. Lo que se hace, en el decretado cautiverio de la humanidad, es formalizar un modelo de educación-ideologización que el Estado no ha conseguido institucionalizar, pese a su obviedad.

En Venezuela, los procesos educativos formales permanecen estancados y el mismo Estado (pese a su proyecto Revolucionario Bolivariano) se muestra timorato para proponer cambios radicales basados en una cosmovisión en defensa de nuestra identidad, nuestra historia y soberanía.

Cátedras que reivindiquen nuestros procesos de resistencia como pueblo y que contribuyan a construir espacios para la  liberación e independencia definitiva, no se observan en ningún programa y -si acaso están escritos en algún papel abandonado- mucho menos el ímpetu anticolonial y antiimperialista que debería caracterizarlo.

Por eso propongo, en este Diálogo en cuarentena, revisar juntos, a partir de la trayectoria de Venezuela y de un ejemplo de celebración (La Parranda de San Pedro) de una de las tantas fiestas tradicionales nuestras, algo de lo que estamos planteando en la introducción al tema.

La educación para la Revolución debe estar fundamentada en el amor, en la justicia, en la igualdad y en la solidaridad. La solidaridad -hay que decirlo de una vez, fijándonos en la celebración de la Parranda de San Pedro- no tiene sexo, ni se define a partir de este. Tampoco tienen sexo las culturas ni la diversidad de expresiones creativas por las que ellas se manifiestan. Es algo que, de entrada, debe ser desmitificado.

Se es solidario o solidaria por una razón de principio y condición humana. Se es culto, creativo, artista o productor de sentido, por ser humano, por un nivel de desarrollo cerebral de este género.

En las festividades, casi siempre religiosas, de las culturas tradicionales venezolanas, muchos roles concebidos para ser representados por mujeres están asumidos por hombres. La razón tiene que ver con la cosmovisión del dominador, del colono conquistador, «patriarcocentrista». Esa razón se repite y resalta también en expresiones de las artes escénicas, donde personajes femeninos son representados en el teatro y la ópera, por ejemplo, por hombres.

El caso de María Ignacia está presente en la tradicional Parranda de San Pedro, que se celebra cada 29 de noviembre en el estado Miranda, en el Valle de Pacairigua (Guarenas y Guatire), municipios Zamora e Independencia. Es el personaje principal en una festividad que honra la solidaridad del esposo de María Ignacia, quien asume seguir pagando la promesa, hecha por ésta, de bailar cada año en agradecimiento por salvar la vida de su hija Rosa Ignacia.

María Ignacia enferma y muere en cumplimiento de su promesa, por lo que ésta es amenazada con interrumpirse y es su marido quien la reemplaza en la tarea solidaria y también en el agradecimiento. Así nace y crece la tradición festiva que reúne a hombres esclavizados, vestidos de levita y pumpá, quienes van calzados de sonoras cotizas que chasquean el piso a ritmos acompasados de maracas y cantos que combinan las alabanzas a San Pedro con las críticas a los amos esclavizadores que les retienen (retenían) en las haciendas.

A los negros vestidos a la usanza de los amos, les acompañan otros personajes como los tucusitos, quienes abren paso a la marcha de parranderos de San Pedro, quienes reivindican el valor de la solidaridad en la figura de María Ignacia, un hombre trajeado de mujer en fidelidad al compromiso de su esposa y por la vida y la salud de Rosa Ignacia, la hija común de la pareja de esclavizados que ofrece su ruego, jaculatoria y agradecimiento al Santo patrón.

San Pedro es una fiesta de parranda que toma el nombre del apóstol originalmente llamado Simón (Petro, piedra, base o cimiento). Es un patrimonio local, también reconocido como inmaterial de la humanidad, por la Unesco. Pero, más allá de esas formalidades que todas y todos conocemos sin haberlas aprendido en ninguna escuela, San Pedro es, en este Diálogo, una razón para entender y defender la resistencia de nuestros pueblos indígenas, de los pueblos que se fueron conformando en torno al trabajo forzado y esclavizado de las y los negros arrastrados hasta aquí por la furia del hegemón. San Pedro, la Parranda de San Pedro es hoy historia de resistencia pero es, sobre todo, construcción de reexistencia, de vida nueva, de sociedad sin clases, sin dominados ni dominadores,hechura para la libertad de la Patria socialista.

Ilustración: Iván Lira


Diálogo en cuarentena. Venezuela y su defensa fronteriza. Iván Padilla Bravo 

mayo 3, 2020

La más estratégica, eficiente y hermosa defensa fronteriza de Venezuela es la que se ha hecho en las últimas semanas, para proteger a nuestro pueblo y al resto de la humanidad -con la que, por diversas razones, nos relacionamos, directa o indirectamente- del flagelo pandémica del Covid-19.

La voz de mando del Comandante en Jefe y Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, se hizo sentir oportunamente para ordenar resguardo sanitario, distanciamiento social preventivo, cuarentena, y el despliegue de medios sanitarios integrales que aseguraran control absoluto sobre la acción depredadora del Coronavirus sobre la población mundial.

En nuestra defensa patriótica de Venezuela, el Estado, sus diferentes organismos y el Poder Popular organizado, hemos tenido que luchar abiertamente contra el pensamiento neoliberal, contra sus voceros y gobernantes del imperio, así como de países fronterizos al nuestro que siguen a ciegas los mandatos de sus amos.

Dura ha sido la defensa de la amplia frontera con Colombia, pero también la que tenemos con Brasil y de igual modo las marítima y área, amenazadas constantemente por el imperialismo yanqui-sionista, ya no sólo por la presente pandemia, sino por el empeño de los amos del mundo de acabar con Venezuela, despojarnos de nuestras riquezas, mancillar nuestra soberanía y acabar con nuestra Revolución Bolivariana, preciado legado del Comandante Hugo Chávez.

Hoy en día, en materia sanitaria de prevención, organismos como la OMS y vocerías de reconocida responsabilidad social en el planeta, han expresado su deseo de estudiar y replicar la experiencia venezolana, tan eficiente en la lucha contra la pandemia desatada por el Covid-19.

Pero, oportuno es reflexionar, junto a los pueblos que luchan en el mundo entero, acerca de otras amenazas que pretenden acabar con Venezuela, nuestro pueblo y riquezas. En tal sentido, la defensa integral de nuestra Patria, no descansa ni un segundo ante los amagos y pretensiones de invasión, al estilo de la ejecutada este domingo 3 de mayo, por vía marítima, haciendo uso de mercenarios alentados por el imperialismo y financiados por sus agentes del narcotráfico, de la DEA y de gobiernos como el del títere Duque en Colombia.

Recordamos al mundo entero, y en particular a quienes pretenden subestimar la furia de un pueblo aguerrido como el venezolano, que aquí estamos en pie de lucha,  que cada casa y cada espacio es nuestra trinchera y que nada ni nadie podrá con la defensa integral de nuestra Venezuela: «nos declaramos en rebeldía permanente contra el imperialismo norteamericano y aquellos que osan de atacar la soberanía nacional», ha dicho este mismo domingo el Ministro del Poder Popular para la defensa, Vladimir Padrino López, al momento de anunciar la decisión presidencial de Nicolás Maduro Moros de ampliar los ejercicios militares, con acento inmediato en la región marítima.

Contra todos los flagelos, contra todas las agresiones, ¡Venceremos!


Diálogo en cuarentena. Adiós al proletariado. Iván Padilla Bravo

abril 30, 2020

Con la mayoría de los países del mundo en estado de invernadero (o de cuarentena por razones de contención sanitaria de la pandemia por el Covid-19), es posible que la burguesía y, especialmente , algunos voceros de ésta -como es el caso del Gobierno estadounidense- quizás estén pensando que llegó el momento de despedir definitivamente a la mano de obra trabajadora y sustituirla por las muy avanzadas tecnologías con las que hoy se fabrican tantos bienes y se reemplazan servicios.

Según esa fantasiosa idea del reemplazo del trabajo proletario sin eliminar al capitalismo, este sistema se convertiría en el ideal para los amos del mundo, quienes dejarían de sufrir la angustia permanente por el «asedio» de la lucha de clases y las amenazas de las revoluciones.

Pero la confrontación entre proletarios y burgueses no es una invención teórica de Carlos Marx y Federico Engels. La lucha de clases no es una teoría social más o menos superable por nuevos «filósofos», sociólogos u otros especialistas en la «interpretación del mundo» sin proponerse su transformación.

La lucha de clases, en el capitalismo, es la confrontación dialéctica entre fuerzas sociales comprometidas de algún modo en la producción de los bienes materiales para el consumo y sustento, ya sea como dueños de los medios para obtener esa producción o como expropiados absolutamente de los mismos (que es lo que ocurre con la clase trabajadora).

Marx, Engels y los revolucionarios anticapitalistas que fueron siguiendo y profundizando sus reflexiones y estudios acerca del «motor se la historia», bajo principios de organización social comunistas, descubrieron y resaltaron en el proletariado un papel determinante en el fin de la explotación capitalista y, por ende, de la burguesía como clase social dominante y hegemónica.

Entonces, el proletariado no se está despidiendo de la historia ni, mucho menos, de la historia de la lucha de clases. Esta determinante clase social, para conquistar la alborada definitiva, va a seguir luchando hasta vencer. Bueno y oportuno es reconocerlo en este mes cuando el mundo recuerda, desde el 1ero de mayo, al trabajador y la trabajadora como protagonistas en el futuro solidario de la humanidad.

Pero, además, también es importante contextualizar el avance de clase del proletariado en el momento de mayor declive, crisis y derrumbe del poder del capital dentro del conjunto de las relaciones de producción.

2020 nos reúne a las trabajadoras y trabajadores del mundo con distancia preventiva sanitaria en nuestras casas. Es hora de la definitiva planificación estratégica, convencidos como estamos de que no es el momento para el adiós al proletariado, sino la coyuntura exacta para la victoria de la humanidad autoredimida junto al resto de la naturaleza, en la Patria socialista.

Desde este espacio de Diálogo semanal, unimos tu voz y la mía con optimismo en la acción, para honrar al trabajo, al trabajador y a las luchas proletarias. La unidad la logramos solidarios, aunque cada quien la exprese desde su casa pero con las banderas en alto de este Mayo proletario y de Patria socialista.

 


Diálogo en cuarentena. La pandemia no es una vaquera. Iván Padilla Bravo

abril 20, 2020

Cualquier tema de interés colectivo o noticioso, puede servir de punto de partida para la ficción cinematográfica. Hollywood es especialista en contar para convertir sus temas en sentido común y moldear falsa conciencia.

El mundo hollywoodense constituye un poderoso aparato ideológico para el sustento de la hegemonía del capitalismo en el mundo entero. Obvio que no estoy diciendo nada nuevo.  De allí que la industria del cine tenga una poderosa vigencia que ni la velocidad e impacto de la imagen electrónica y su transmisión informática haya podido superarla hasta el presente.

Los amos del mundo lo saben, lo utilizan y lo fortalecen. Sus voceros, en especial desde la Casa Blanca y el Departamento de Estado, cuando cumplen funciones gubernamentales y «parecen» estar haciendo el ridículo o comportándose como «locos», créanme que no es así.

En su turno, por ahora vigente, Donald Trump ha recurrido, de manera directa o indirecta, a la «gaveta» de imágenes donde la ideología colectiva almacena su «sentido común programado». Y aquí quería llegar. Cuando Trump casi coloca ante las narices del mundo un cartel que dice «WANTED», coloca la imagen del presidente venezolano Nicolás Maduro y ofrece por su captura «vivo o muerto» la cantidad de 15 millones de dólares en recompensa, él está acariciando en su mente a un vaquero a quien representa, desafiante, tras las puertas batientes de un botiquín o cantina, donde se refugia tomando el trago de los bríos, al tiempo que acaricia el par de pistolas atadas a su cintura.

Imágenes, bloqueo, saqueo, sanciones, amenazas y amagos de guerra contra Venezuela, también contra Cuba y Nicaragua entre otros pueblos nuestroamericanos, forman el western explosivo, de forma letal y en plena viralidad, que hoy se llama Coronavirus o Covid-19, en los términos de la guerra bioquímica convertida en pandemia.

Lo cierto es que la molécula creada por los amos del mundo con la denominación de  Covid-19 se hizo realmente viral y prolifera por el mundo apagando pulmones de la humanidad, hasta en el mismísimo territorio gringo.

Se cumplen los planes terroristas del gran capital para eliminar gente sin el ruido atronador de bombas y misiles, mientras procuran fortalecer sus riquezas acumuladas en las pocas manos de quienes anualmente se reúnen en esa metáfora de dominación conocida comunicacionalmente como Club Bilderberg.

La pandemia por Coronavirus no es una vaquera, no es un western gringo para exhibirse en pantalla. Ahora mismo se está proyectando la «película» de lo real, en el mundo entero, exterminando vidas y amenazando con acrecentar su número de víctimas.

Entre tanto, el sheriff temporal de este western 2020, ese actorcillo genocida llamado Trump, se sienta supremacista en «la silla turca» del cerebro de la humanidad alienada que aplaude sus pretensiones de  invadir a Venezuela y acabar con nuestra Revolución Bolivariana.

Lo único que podemos decirles a esta hora, yanquis de mierda, es que aquí no comemos amenazas ni peliculitas. Aquí hay un pueblo firme y resteao, dispuesto a resistir, luchar y vencer con la furia que sea necesaria. Y, ténganlo por seguro, ¡Venceremos!


¡Aquel 13 fue una resurrección! Iván Padilla Bravo

abril 14, 2020

 

Nos referimos al 13 de abril de 2002 en Venezuela. Dos días antes, el 11, se había consolidado un cruento golpe de Estado dirigido por los amos del mundo a través del Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA, utilizando como figura «presidencial», pretendidamente «sustitutiva» del -para aquel momento- depuesto y secuestrado presidente Constitucional Hugo Chávez Frías, a Pedro Carmona Estanca, la cabeza rectora del organismo encargado de agrupar a los empresarios en nuestro país: Fedecámaras.

Desde entonces, el pueblo patriota de Venezuela, enarbola como consigna de dignidad, valentía y furia Bolivariana que ¡A todo 11 le llegó su 13!

Dieciocho años después de aquella fecha, nos encontramos, junto al mundo, padeciendo una pandemia por ataque bioquímico, planificado y ejecutado desde la sede principal del imperio yanqui-sionista. El coronavirus o Covid-19 diezma pueblos enteros en nombre de la salvación del capital acumulado en las pocas manos de los ricos explotadores que dominan al orbe en nombre de su «libertad» y de su «democracia».

En ese contexto global, el pueblo venezolano es agobiado inclementemente a través de un bloqueo económico y comercial que nos priva de alimentos y medicinas, al tiempo que nos saquea y despoja de nuestras riquezas, mientras planifican y amenazan con una inminente invasión militar de tropas yanquis, junto a sus aliados europeos y a ciertos gobiernos en América, como Colombia y Brasil, entre otros.

Este 13 de resurrección en la resistencia multifactorial que hemos aprendido a desarrollar en y desde Venezuela, enfrentamos al bombardeo imperialista de Coronavirus, gracias a la acertada estrategia político-militar que comanda la dirección de la Revolución Bolivariana y Chavista en la persona de nuestro presidente Constitucional Nicolás Maduro.

Esta guerra es larga. Cada batalla una nueva prueba y un nuevo desafío. El simbólico 11 de abril de este año nos encuentra cercados, pero jamás rendidos ni vencidos. Los amos del mundo, en la vocería del menguado títere imperialista llamado Donald Trump, continúa su desesperado bloqueo contra el pueblo de Venezuela, mientras a última hora ensayan tácticas militares-terroristas apoyadas por incondicionales narcogobiernos como los de Colombia y Brasil, tan fronterizos con Venezuela.

Operaciones en alta mar con buques de falsa bandera y creando condiciones para un falso positivo que exponga y aniquile a Venezuela y a nuestra Revolución de firmeza proletaria y socialista, pretenden obtener éxitos con la ayuda alcahueta de gobiernos europeos y de los países con gobiernos estrafalarios y proimperialistas de América.

Padecemos un fuerte asedio de 11 con un Imperio desesperado, sanguinario y terrorista, que nos ha declarado la guerra, pretendiendo acabar con nuestra Revolución y con nuestra convicción de hacernos Patria socialista, de erigirnos país potencia y de contribuir en vanguardia, a salvar el planeta.

¡No podrán con nosotros, yanquis de mierda! Aquí les esperamos con acerada furia Bolivariana de 13. Recuerden que a cada 11 le llega su 13 y este de ahora es nuestra resurrección plena.

Ilustración: Iván Lira


Desde Inglaterra con coronavirus. Ivan Padilla Bravo

abril 7, 2020

Es una barbaridad que EEUU continúe sus agresiones contra Venezuela

John McEvoy considera que no podemos encontrar soluciones para esta crisis desde el individualismo.

A comienzos del pasado siglo, exactamente en 1957, nacía en la ciudad de Liverpool una banda de rock que todavía resuena por el mundo. Nos referimos a The Beatles, una agrupación que supo coronar de éxitos sus creaciones e interpretaciones. Desde el seno de la cuna del capitalismo comenzaron a «hacer peso», a su manera, para contribuir a que el sistema se hundiera, tal como lo proponían muchos movimientos contestatarios, entre otros los llamados hippies.

Entre tanto, para el mismo tiempo, Nuestramérica y África comenzaban a demostrar que «el Sur también existe», tal como lo poemizara el gran Mario Benedetti unos años después. Cuba hacía real su victoria revolucionaria y los movimientos guerrilleros armados comenzaban a florecer, en procura de vencer, creando «dos, tres… muchos Vietnam, hasta la victoria siempre».

En el Liverpool que Todasadentro (https://TodasadentroSemanario.WordPress.com) en este reportaje recordamos, nació John McEvoy, un joven periodista, rebelde e irreverente, convencido de que la información tiene validez y legitimidad en la medida que es oportuna y veraz.

Amigo de Venezuela y de la Revolución Bolivariana y Chavista, ha estado en nuestro país varias veces, para investigar y escribir reportajes en diversas oportunidades y medios.

«Soy un periodista independiente», nos dice cuando se presenta. Ha publicado sus reportajes, investigaciones y entrevistas en The Canary, Declassified UK, Tribune Magazine, y Jacobin. Convaleciente aún, desde su lecho de enfermo en Liverpool, acepta conversar con nosotros acerca de su experiencia como víctima de la pandemia de coronavirus, que mantiene en cuarentena a -prácticamente- el mundo entero.

«Ivan, voy a explicar brevemente lo que pasó con mi situacion», nos dice luego de saludarnos a la distancia. «Hace un poco más de dos semanas, viviendo en inglaterra, empecé a sentir síntomas de Covid-19. Fiebre, jaqueca, fatiga extrema y un tos seca. Mis compañeros de piso en la residencia, también tuvieron síntomas iguales pero más suaves. A la primera uno pierde su sentido del gusto y del olor (olfato)», nos cuenta.

-¿Qué hicieron entonces? ¿Se sometieron a la prueba de despistaje? ¿Acudieron a los servicios de salud en el Reino Unido?

Para ser exactos, lo intentamos. Pero en ese momento, en Inglaterra, sin sintomas extremos, nos fue imposible tener una prueba para saber si realmente teníamos Covid.

-¿Pero el Gobierno británico ya tenía establecidos protocolos de alerta sanitaria?

Exactamente no. Es ahora cuando el gobierno está reaccionando a la pandemia. Todo ha sido llevado demasiado despacio.Están haciendo pruebas a, más o menos, unas diez mil (10.000) personas por día, mientras que en Alemania, por ejemplo, están haciendo pruebas a más de cien mil (100.000) diariamente. En Inglaterra, los hospitales no tienen suficientes recursos, no hay bastante ropa protectora para los médicos y paramédicos, no hay suficientes ventiladores para los enfermos, ni hay bastantes pruebas para producir estadísticas precisas y confiables al momento. Lo digo para que se entienda bien la escala del problema aqui.

-Desde Venezuela le escuchamos con cierta sorpresa. Nos cuesta entender que sea esa la realidad británica, del llamado «Primer mundo» frente a la pandemia actual. ¿Está seguro de ser un «sobreviviente» del coronavirus?

Mi salud está bien hoy. Me he recuperado totalmente ahora. Como dije, no estoy seguro que tenía el covid, pues no fue posible encontrar pruebas de laboratorio ya que no hay suficientes en este pais. Supongo que lo tuve porque tenía todos los síntomas conocidos.

-Ahora, ¿qué significa para un periodista trotamundos y alternativo, como usted, enfermase en Liverpool?

Considero que la respuesta de mi gobierno ha sido terrible, pero no sorpresiva. Desde hace diez años del actual gobierno conservador, hemos visto más de 120 mil muertos por los ‘excesos’ de un plan económico de austeridad. Un plan politico-económico que es igual como si, efectivamente, estuviese desatada una guerra contra los más pobres del país. Aqui, en Inglaterra, como dije y me lo has recordado, estamos en un país del «primer mundo»,  donde la desigualdad social y económica ha aumentado significativamente a causa de este gobierno que tenemos y representa los intereses del uno por ciento de nunestra población y no de la inmensa mayoría.

Este dato es particularmente significativo cuando nuestro gobierno habla de «intervención humanitaria» en los países extranjeros, incluso en Venezuela.

-¿Qué quiere decir?

Que cuando un gobierno, como el británico, no está dispuesto a proteger y mantener a su propia población, no es posible creer que ese gobierno va a tratar de ayudar a otras naciones, a otros pueblos.

De su experiencia directa como afectado de coronavirus, ¿que aprendizajes crees debemos resaltar para la humanidad? ¿Cambiará ahora la correlación de fuerzas mundial? ¿Contribuirá este aislamiento colectivo, esta cuarentena, a que alcancemos un mundo mejor, de justicia, paz e igualdad?

Por una parte, me llama profundamente la atención, y lo considero particularmente bárbaro, que los Estados Unidos de Norteamérica continúen con el desarrollo de sus agresiones, bloqueo y golpe de Estado contra Venezuela, en plena crisis de salud pública, la más importante en la historia del último siglo, al menos. Por otra parte, desde la Gran Bretaña, es significativo para nosotros que, después de diez años de gobierno conservador, los hospitales de Inglaterra no tengan los suficientes rescursos para responder a esta crisis. Mientras el gobierno invierte cada vez menos dinero en nuestro sistema de salud, observamos en esta emergencia que, ahora, nuestros hospitales y los trabajadores en los hospitales, son incapaces de atender la crisis, estan agobiados. Despues de 40 anos de neoliberalismo aqui, se evidencia el fracaso y que no estamos preparados para atender eficazmente una pandemia. Por otra parte, vemos en Italia en ese momento, que hay más de 15 mil muertes provocadas también por la negligencia gubernamental de ese país que ambién reaccionó demasiado tarde ante la pandemia. Desde Inglaterra vimos las señales de Italia, pero nuestro gobierno no hizo nada. Ahora, vamos a ver números de afectados y muertos como los de Italia -con más de diez mil víctimas causadas por la incompetencia y  el descuido gubernamental. En unos años, espero que se hará una investigación sería sobre las decisiones del gobierno británico durante los ultimos meses.

-¿Usted siente el avance hacia un mundo mejor, equilibrado, multipolar?

Para responder a esta pregunta debo decir que esta crisis ha destruido varios mitos de nuestro sistema économico. Como dijo Margaret Thatcher: «There is no such thing as society» (ahora vimos lo que tenemos como sociedad). Sobre todo porque no podemos encontrar soluciones para esta crisis desde el individualismo. Hemos visto también la importancia del papel que juegan los trabajadores en una crisis como ésta. La clase de los empresarios es inútil o, lo que es peor, se muestra parasitaria, mientras que la clase obrera las y los enfermeros, el personal de servicios, mantenimiento y limpieza destacan como los más importantes, son los que sostienen realmente la sociedad.

-¿Cómo observa a los EEUU en este contexto?

Es una vergüenza. Esta crisis es muy vergonzosa para los Estados Unidos pues, mientras países como China y Cuba están distribuyendo de manera eficiente su «ayuda humanitaria» por el mundo, incluyendo en territorio estadounidenses, los sistemas de salud en los Estados Unidos no estarán ni parecen estar dispuestos a proteger a su propia población.

-¿Qué significa esto para usted?

Que las personas con poder siempre tratan de explotar para su beneficio económico y político todas las crisis y con el Covid-19 no será diferente. Todo va a ser cambiado por el Covid y un mundo mejor, de justicia, paz e igualdad es inevitable. Sin embargo, no olvidemos que los empresarios como Amazon y los de Silicon Valley van a aprovecharse, y lo están haciendo, en medio de esta pandemia. Los ejércitos y las fuerzas de seguridad en Inglaterra y otros países apuestan a ganar más poderes.

-¿Así lo percibe?

Sí, pero lo más importante de esta crisis, tal vez, es que va a resultar en una transformación de la conciencia de la humanidad con respecto a la lógica del capitalismo y a la distribución del poder global. Avanzamos hacia una revolución epistemológica global y creo que podemos ayudar a construir, desde aquí el mundo mejor, al que aludes en medio de esta entrevista.

La «revolución epistemológica global» a la que alude nuestro entrevistado nos remite, al cierre, a uno de esos «chicos de Liverpool» que compuso y cantó, desde hace muchos años: «imagina un mundo donde todos podamos vivir en paz». Otro John, en este caso Lenon.

Iván Padilla Bravo /Caracas-Liverpool

Fotos: Cortesía de JME


Diálogo en cuarentena. Iván Padilla

marzo 30, 2020

¿Es el coronavirus la última de las sanciones de Trump?

El bufón -que no el dueño del circo- muestra su tarifada y fingida sonrisa desde la carpa de la Casa Blanca, haciendo fiesta con la proliferación de muertes que va dejando por todo el planeta la aplicación de la más reciente de las sanciones, creada por los amos del mundo en uno de sus laboratorios de armas bioquímicas para la amenaza o exterminio de la humanidad.

Donald Trump es tan sólo el bufón en el desarrollo de esta tragedia que hoy padece, como pandemia, el mundo entero. Sus amos le colocaron como figura  gobernante de los EEUU y, hasta ahora, no les ha defraudado en la aplicación de sus planes orientados a la perpetuación del dominio capitalista.

Tras su carcajada se esconde su propia muerte. Juega con fuego y muy probablemente esté entre los primeros en morir quemados, cuando se incinere completamente su sistema. Si es o no parte del precio de su tarea, uno no lo sabe.

Donald Trump, entre los gobernantes del supremacismo imperial yanqui-sionista en las últimas seis décadas, ha sido el de mayor inclinación ejecutiva en el decreto y aplicación de sanciones por el mundo entero, estando entre sus blancos predilectos para los disparos en este continente, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

El desespero por ser fiel a sus amos escondidos tras la máscara del -comunicacionalmente- denominado Club Bilderberg, lleva a Trump al extremo de hacer mofa hasta de los crecientes estragos del coronavirus en su propio país.

Nadie duda hoy acerca de la «decisión estratégica» de los amos del mundo de inocular la molécula viral del Covid-19 dentro de la población China para colocar en jaque, frenar o destruir su economía y apartar de en medio a ese coloso que amenaza la hegemonía gringa sobre el planeta.

Es indudable, sin ser profetas o pitonisos, que el desarrollo de los efectos directos o colaterales del coronavirus sobre la dominante economía capitalista producirá, cuando menos, una dramática recesión o el inminente derrumbe del sistema que, basado en la explotación del proletariado por parte de una minoría burguesa, se ve estructuralmente amenazado por su propia arma de «defensa» y exterminio utilizada en esta oportunidad contra China, la cual se les devuelve como una especie de «autosanción».

En fin, el coronavirus, que mantiene en cuarentena a la inmensa mayoría de habitantes del planeta, podría ser la última de las «sanciones» que el bufón, con voz gangosa y la sonrisa convertida en morisqueta, decreta.

Ilustración: Iván Lira


Todasadentro. Semanario de las Culturas. Venezuela

febrero 24, 2020

Si les interesa pueden clicar encima la dirección electronica para ver-leer el Semanario de las Culturas Todasadentro, de Venezuela, que dirige el amigo Ivan Padilla Bravo. Gracias Ivan

 

https://todasadentrosemanario.WordPress.com


El Caracazo y su generación espontánea. Iván Padilla Bravo

febrero 21, 2020

Acerca del origen del universo, de nuestro planeta y de la llamada «vida animada» en el mismo, existe una teoría que trata de explicarlo «por generación espontánea». En estricto sentido, esa teoría, como cualquier otra que, desde el orden especulativo, intente explicar la realidad, siempre será trunca si no contempla en ella las múltiples determinaciones que la hacenconcreta.

En el caso de la realidad social, ello es mucho más dramático por cuanto la cosmovisión occidental, patriarcal y cristiana ha hecho del «hombre» un ser supuestamente superior a todas las demás especies, por lo que «puede», voluntariamente determinar el destino de todas las demás. Es por eso que éste vive inventando armas, bombas, insecticidas, papeles matamoscas y otros objetos para el exterminio de todo cuanto está (¿está?) bajo su supremacía y se niega a reconocer la misma.

Por eso también, a lo largo de la historia de las luchas de clases, acontecimientos propios de la dialéctica social, como el fenómeno de la Comuna de París, en la Francia de 1871 o la Comuna (Caracazo, impuso la mediática hegemónica) de Caracas (Venezuela 1989), jamás se entenderán -desde la cosmovisión dominante- como espontáneos resultados de la confrontación entre opuestos que de su lucha pueden posibilitar un crecimiento, una síntesis, sino que se verán siempre como provocados por revoltosos, agitadores, «enemigos del orden» y de lo establecido, por una suerte de rojos, de comunistas, empeñados en acabar con la democracia y la libertad de producir bajo la égida del capital.

La larga introducción precedente ha querido contribuir a entender y explicar que lo ocurrido en Venezuela en febrero de 1989, fue un verdadero estallido social de carácter espontáneo y no voluntariamente determinado. Nuestro Comandante Hugo Chávez lo entendió así, perfectamente, mientras cabalgaba sobre su Rocinante: adarga, peto y espaldar mediantes, enfrentando molinos para avanzar con sus sueños, arropados por un sacudón del que ni siquiera pudo participar, porque tenía fiebre, lechina (erisipela), guardaba reposo y, además, era imposible que lo imaginara porque era inimaginable hasta para el más agudo «científico social» o el más preclaro de los dirigentes sociales existentes.

Cuando conocí personalmente a Hugo Chávez, fue en 1994, cuando él acababa de salir de la prisión de Yare (estado Miranda) y coincidimos en la Librería del Ateneo, en el sector Bellas Artes de Caracas. En aquella primera conversación aludió directamente a un artículo que yo había publicado en el Suplemento Cultural de Últimas Noticias, en 1990, justo cuando un grupo de habituales colaboradores de ese semanario dominical, participábamos, con nuestros aportes, en un balance de lo acontecido en el Caracazo. Le había llamado la atención el que le comparara con la Comuna de París, calificación que me dijo suscribía. Más tarde le escuché referirse públicamente al 27 de febrero de 1989 como la fecha en que comenzó el Siglo XXI. Al árbol de las Tres Raíces, siempre aludido por Chávez como asiento intelectual orgánico del Movimiento Bolivariano 200 (MBR-200) y motor que traería a la Revolución Bolivariana hasta el presente, le sumó la cápsula iniciadora que le aportaría espontáneamente el pueblo venezolano, al rebelarse y enfrentar al neoliberalismo (el 27F de 1989) y partir así la historia de dominación del capitalismo y de su Estado imperial yanqui-sionista.

Con estos comentarios y reflexiones quiero destacar el carácter espontáneo de la explosión social, conocida pública y comunicacionalmentecomo El Caracazo. Además, para profundizar ideas acerca de esa calificación histórica en el contexto de la lucha de clases, añado otros aspectos a tener en cuenta para aquella fecha:

1.- El movimiento político-revolucionario nacido en Venezuela durante el período gubernamental del «puntofijismo» (pacto de gobernabilidad que seguía al calco el esquema estadounidense y liberal de «democracia representativa»), para la fecha de la insurrección popular de masas, en 1989, prácticamente no existía, venía de ser derrotado militarmente y se encontraba en período de casiextinción política e ideológica.

2.-La organización de las izquierdas quedaba reducida entonces a pequeños grupúsculos de rendidos cuya única existencia era en los registros electorales quinquenal, para las elecciones presidenciales, pero sin ninguna opción de poder.

3.-La intelectualidad de izquierda había abandonado para entonces el lenguaje de confrontación de clases y para nada aludía al socialismo o al comunismo como objetivos o como los fines a alcanzar.

4.-Para 1989 no existía en Venezuela ningún tipo de poder popular organizado que fuese capaz de convocar, conducir y orientar hacia algún objetivo un estallido social como el «sacudón» aludido.

5.-Sólo el liderazgo del Comandante Chávez, su conducción de la rebelión militar y civil de 1992 y la consolidación de la victoria electoral Bolivariana en 1998, logran insuflar aliento a laciones y movimientos revolucionarios que sobrevivían sin casi proyección.

6.-Es a partir de 1999, con el empuje del proceso Nacional Constituyente, el surgimiento de una nueva Constitución y el nacimiento de la 5a República cuando se reivindica consciente y masivamente la importancia revolucionaria, social, política y organizativa del fenómeno del 27F y su incidencia en el destino de la Revolución Bolivariana y su contribución para el proletariado mundial en la construcción del socialismo.

Caracas, febrero de 2020


Diálogo desde Nuestramérica. Asuntos de soberanía en Revolución Bolivariana. Iván Padilla Bravo

enero 23, 2020

Quisiera referirme a dos noticias muy recientes. Ambas tienen que ver con Venezuela y con las pretendidas y reiteradas agresiones contra nuestra soberanía.

La primera emana del interés manifiesto de un apátrida y traidor, nacido en el estado La Guaira y autoproclamado «presidente» tanto del Ejecutivo Nacional como del Poder Legislativo, en nuestro país. Este individuo, desde su cuenta digital tuíter @jguaidoanuncia «retomar» el canal soberano de Venezuela y los pueblos del Sur, identificado como TeleSUR.

La segunda noticia, igualmente atentatoria de nuestra condición soberana, tiene que ver con el tráfico ilícito de un bien cultural conocido como «Abuela Kueka», sustraído -desde el año 1998-al pueblo indígena Pemón, al sur de Venezuela y cuyo trámite intergubernamental (Venezuela ante Alemania) ha permitido que la misma se encuentre ante una inminente devolución.

La soberanía, como el espacio cultural, espiritual, pero también físico, territorial, de los pueblos está muy claro en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que contempla en su artículo 5 que «La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el el Poder Público». Y, tal como se especifica en el mismo artículo, «Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos».

Es decir que, en la República Bolivariana de Venezuela, la soberanía es de un pueblo organizado y libre que es partícipe y protagonista de toda decisión, por vía auténticamente democrática. Aquí no se aceptan imposiciones supremacistas de imperios, de colonos o de dictaduras como aquella del monarca autoproclamando «L’état c’est moi!».

Por eso, tanto nuestros valores culturales, patrimoniales e identitarios, al estilo de la piedra sagrada del pueblo Pemón, o como el espectro radioeléctrico de comunicación de nuestra cosmovisión y valores, son auténticamente parte de nuestra soberanía integral como Pueblo venezolano y, en tal sentido, son inalienables, intransferibles ni usurpables por imperio alguno, monarquía o pretendido conquistador.

Dos noticias de datas recientes, como hemos indicado al comienzo de esta nota, nos colocan ante el alerta para la defensa temprana de nuestra integral soberanía.

La una, la del corpus patrimonial del pueblo indígena Pemón, representado por el jaspe sagrado que se identifica con el concepto cultural de Abuela Kueka.

La otra, la correspondiente al inalienable espectro comunicacional identificado en Venezuela y el mundo como TeleSUR.

El imperio yanqui-sionista y, tras ellos, los amos del mundo, amenazan constantemente la soberanía del Pueblo de Venezuela, nuestra democracia, libertad e independencia.

Y aquí estamos, decididos a defendernos y defender, aún a costa de nuestras vidas, la Patria, nuestra totalidad patrimonial y territorial, así como nuestra soberanía. En esto tampoco podemos optar entre morir o vencer porque, como dijera Ribas en La Victoria ¡Necesario es vencer! Ilustración: ElTanoYea / 2020


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