Recordar es no dejar morir tiempos pasados, personas, sucesos que alteraron la vida de muchas familias. Guerra civil, odios-ideologías-envidias, elementos clave para entender por qué una pequeña ciudad como Granollers, que vivía del campo, con un censo de 13 mil habitantes sufriera tan terrible castigo a las 9h 5 minutos de la mañana, cuando los chicos entraban a la escuela, cuando madres y abuelas iban al marcado en aquellos momentos ubicado en la Plaza de la Porxada donde llegaban los campesinos de la zona a vender sus productos de huerta, huevos, algún pollo.
Ruido de aviones, estallido de bombas, horror-muerte. La pretensión infundir terror, y aprovechar para dejar sin servicio la Central Eléctrica Estabanell y Pahissa y la Energía Eléctrica de Cataluña en la Calle del Rec y Calle Roger de Flor. Existia además un taller de montaje y uno de reparación de aviones, la estación de ferrocarril de la línea norte, un campo de aviación en la Garriga o Canovelles, el puente sobre el río Congost…
224 muertos y 165 heridos al momento que luego se ampliarian. Más de 80 edficios afectados en la plaça de Maluquer i Salvador, calle Sant Roc, plaça de les Olles, calles Corró, Espí i Grau -afectando a la escuela Pereanton-, Marià Sans, Enginyers, Barcelona, Nou, Elisabets, del Sastre, del Portalet, del Conestable de Portugal, del Lliri, Lletjós, Josep Umbert, Pinós, P Layret, Travesseres, Catalunya, Girona, en la avenida de Joan Prim, el Camino Viejo de Canovelles….
Desde el final del franquismo, unas pocas personas íbamos al Cementerio para rendir nuestro homenaje a los muertos. El Ayuntamiento de Granollers se sumó a partir del año 1988, de forma municipal-popular, que, año tras año, ha preparado actos para recordar y para clamar NUNCA MÁS. Son muchos los asistentes de la comarca, a los que se suman personalidades llegadas de otros lugares donde han sufrido cual nosotros. Sus palabras sirven de consuelo a quienes sufrieron del terror -muerte-dolor.
Este año tuvimos dos relatos especiales, el de Lola, una superviviente de 88 años, le gusta escribir y leyó una bella narración de lo que vivió y como lo vivió cuando solo tenia 8 años.
También un joven de 16 años leyó un relato que escribió a partir de lo que había escuchado de sus mayores. Fue seleccionado y ganó un premio.
Voy a buscar los textos y los publicaré. Merece la pena tener las dos visiones, la de Lola que vivió el desastre, la del joven que lo transcribe desde la distancia.
Palabras de los invitados, adhesiones, ofrendas florales, para acabar con Marina Rosell que entonó L’Emigrant, canción popular a la que todos nos sumamos.

Por la tarde, a las 18h organizado por la Escuela Municipal de Música de Granollers y el Conservatorio Josep Mª Ruera, 44 alumnos interpretaron, con sus instrumentos una hermosa melodia obra de otra alumna Ivette Palomo: Un minuto de música para la eternidad, en los lugares donde cayeron las bombas, señalados con unas bellas placas.
A continuación, se encontraron todos en la Porxada y actuaron de nuevo juntos. Hermoso colofon…
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