¿Punto de encuentro? Una mesa

julio 30, 2017

Hoy no ha sido un día cualquiera. Encuentro con amigos alrededor de una mesa con comida extra: un Asado argentino que nos emocionó, manjares exquisitos que aprendimos a degustar por el orden en el cual deben comerse. Gracias Joaquín.

 

Compartimos pues mesa y tertulia con amigos entrañables. Conversación amena, interesante, variopinta con Francina, Ana, Txell, Frederic, Joaquín.

Sin nadie que nos apresara, obviamos los relojes. Palabras-miradas-complicidad-atención.

Con ganas de escuchar opiniones hemos conocido los intereses de unos y otros. Cual una gran familia hablamos de nuestras vidas-trabajo-esperanzas.

De la economía que nos ahoga. De la precariedad del trabajo no importa cual.

Del futuro de este mundo que viaja a ninguna parte. Del país. De Europa.

De la violencia que acecha no importa dónde. De vivencias especiales. De cómo planear el inquietante avenir.

De la necesidad de promocionar CULTURA, y cómo culturalizar para que los seres humanos todos, seamos un poco más felices.

De la urgencia en priorizar la conversación, en detrimento de las maquinitas que todo lo saben y agobian. De manera especial a nuestros niños y jóvenes. Cuanta felicidad que, demasiados no saben aprovechar. Mirense a los ojos, abracense, hablen con sus famílias, con sus vecinos. También con desconocidos que, a partir de aquel momento ya no lo seran.

 

 

 


Conversar

agosto 8, 2016

Conversar consta de 9 letras, mi número preferido.

montserrat agost 2016

Conversar, hermosa palabra, hermosa acción que requiere nuestra mayor atención. Naturalmente no apta para quienes no saben escuchar ni discernir, pretendiendo siempre, que su palabra, es superior a la de los demás.
Cuesta entender que demasiadas personas prefieran sentarse ante un televisor y contemplar no importa cual memez que, sin darse cuenta le absorbe, les engancha, les anula.
Cuando acabo con mis labores me apetece encontrarme con mis amigo/as y conversar, la mejor manera de saberse vivo, en este mundo que se diría irreal. Nada es lo que parece, nadie dice lo que piensa, perdimos la brújula hace mucho tiempo y, encontrarla no será fácil.
Antaño las personas, en verano, sacaban sus sillas delante de sus puertas, en la calle. Allá se discutía sobre el bien y el mal, la gente se comunicaba, compartían sus sueños y esperanzas.
Hoy, las calles están dominadas por vehículos, la gente no se comunica, los jóvenes salen a tomar algo ??? y, los mayores se amodorran ante un serial adormecedor.
Con lo bueno que es comunicarse, debatir las noticias que ha deparado el día, ahora los Juegos de Rio, o las desventuras que siguen llegando con los Refugiados, los grandes olvidados.
Conversemos, de la palabra sale la luz y, es obvio que la necesitamos


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