Lo importante es vivir…

Es interesante, pasear por cualquier pueblo o ciudad de Marruecos, mirar a la gente, escuchar sus conversaciones. Cuando se encuentran por la calle, se besan, se abrazan, se miran fijamente sonrientes. Se sientan en alguna terraza, hablan, discuten imagino que sobre sus familias, su país, de forma tranquila. Reconozco que, para mí, es interesante verles compartir su tiempo. Esta noche les he contemplado absorta. Luego, entré a cenar en un pequeño restaurante. Se oía un murmullo especial, desconocido para mí. Era un hombre de mediana edad que, en un rincón del restaurante -había poca gente, era tarde-, estaba rezando, imagino que recitando el Cmontserrat 9orán. Le observaba a través de unos espejos que adornaban el salón.  Se agachaba, se levantaba, se estiraba boca abajo y así, un tiempo bastante largo. Lo hacía sin inmutarse, sin mirar si alguien, estaba pendiente de su oración…. En tiempos aciagos, cuando todo nos falla, sería hermoso que recuperásemos esta costumbre, antes vigente en la mayoría de familias, hoy completamente olvidada. Tanto, que para muchos, suena a ridícula. Deberíamos estar dando, sin cesar, gracias por los dones, recibidos, la vida, la salud, la familia, todo aquello de lo que disponemos…La mayoría de ciudadanos, solo saben pedir, nunca agradecer…Me ha parecido un hermoso camino de paz el que están compartiendo, i que en general, la gente en Marruecos es muy hospitalaria. Si tienes una actitud correcta, es fácil hacer amigos, pasar una estancia muy agradable. Para mi es positivo conocer a la gente, su cultura, sus ilusiones y esperanzas. Es interesante, pasear por cualquier pueblo o ciudad de Marruecos, mirar a la gente, escuchar sus conversaciones. Cuando se encuentran por la calle, se besan, se abrazan, se miran fijamente sonrientes. Se sientan en alguna terraza, hablan, discuten imagino que sobre sus familias, su país, de forma tranquila. Reconozco que, para mi, es interesante verles compartir su tiempo. Esta noche les he contemplado absorta. Luego, entré a cenar en un pequeño restaurante. Se oía un murmullo especial, desconocido para mí. Era un hombre de mediana edad que, en un rincón del restaurante -había poca gente, era tarde-, estaba rezando, imagino que recitando el Corán. Le observaba a través de unos espejos que adornaban el salón.  Se agachaba, se levantaba, se estiraba y, así, un tiempo bastante largo. Lo hacía sin inmutarse, sin mirar si alguien, estaba pendiente de su oración…. En tiempos aciagos, cuando todo nos falla, sería hermoso que recuperásemos esta costumbre, antes vigente en la mayoría de familias, hoy completamente olvidada. Tanto, que para muchos, suena a ridícula. Deberíamos estar dando, sin cesar, gracias por los dones, recibidos, la vida, la salud, la familia, todo aquello de lo que disponemos…La mayoría de ciudadanos, solo saben pedir, nunca agradecer…Me ha parecido un hermoso camino de paz el que estan compartiendo. En general, la gente en Marruecos es muy hospitalaria, Si tienes una actitud correcta, es fácil hacer amigos, pasar una estancia muy agradable. Para mi es siempre positivo conocer a la gente, su cultura, sus ilusiones y esperanzas. Es interesante, pasear por cualquier pueblo o ciudad de Marruecos, mirar a la gente, escuchar sus conversaciones. Cuando se encuentran por la calle, se besan, se abrazan, se miran fijamente sonrientes. Se sientan en alguna terraza, hablan, discuten imagino que sobre sus familias, su país, de forma tranquila. Reconozco que, para mí, es interesante verles compartir su tiempo. Esta noche, les he contemplado absorta. Luego, entré a cenar en un pequeño restaurante. Se oía un murmullo especial, desconocido para mí. Era un hombre de mediana edad que, en un rincón del restaurante -había poca gente, era tarde-, estaba rezando, imagino que recitando el Corán. Le observaba a través de unos espejos que adornaban el salón.  Se agachaba, se levantaba, se estiraba y, así, un tiempo bastante largo. Lo hacía sin inmutarse, sin mirar si alguien, estaba pendiente de su oración…. En tiempos aciagos, cuando todo nos falla, sería hermoso que recuperásemos esta costumbre, antes vigente en la mayoría de familias, hoy completamente olvidada. Tanto, que para muchos, suena a ridícula. Deberíamos estar dando, sin cesar, gracias por los dones, recibidos, la vida, la salud, la familia, todo aquello de lo que disponemos…La mayoría de ciudadanos, solo saben pedir, nunca agradecer…Me ha parecido un hermoso camino de paz el que están compartiendo. En general, la gente en Marruecos es muy hospitalaria, Si tienes una actitud correcta, es fácil hacer amigos, pasar una estancia muy agradable. Para mi es siempre positivo conocer a la gente, su cultura, sus ilusiones y esperanzas.

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