blog de Montserrat Ponsa

Siempre, Catalunya, se ha identificado con la izquierda progresista.
Y es justamente cuando el mundo más necesita gente generosa, consciente de sus derechos y deberes para salir adelante en esta crisis, provocada NO precisamente por la izquierda trabajadora, que Catalunya le hace un feo.
Se amodorra, no va a votar y, si lo hace, llena las arcas de quienes, en una gran mayoria, ni entienden ni conocen nuestro país.
¿Quién se rebeló el mayo del 68 en Paris? ¿Qué fue de aquellas ánsias que traspasaron fronteras de «Cambiar la vida, transformar la sociedad» aquel clamor que ensordecía «Plutôt la vie?
Hace mucho tiempo escribí al respecto. Era gente progresista que marcó pautas y abrió brechas. No se si estaban en peor situación que la actual, lo dudo…lo que sí estoy convencida es de que hoy se avergonzarian de la pasividad de quienes, con su apatía, dejan hacer, son ciegos, sordos, NO mudos ya que sí saben vociferar, en muchas ocasiones con puro desconocimiento.
Habrá que analizar muchos comportamientos, incluso de quienes tienen carnet poltico. Valorar la situación en la que nos encontramos hoy respecto a ocho años atrás. Mucho hemos avanzado sobretodo en temas de Justícia social que, por lo que se rumorea, van a recortar… No es posible que sean siempre los más humildes quienes paguen los platos rotos, en esta ocasión de los grandes bancos, a quienes entre todos, dicen, debemos rescatar…
¿Salvar a quienes no han sabido hacer su trabajo con dignidad ni respeto, ya que era dinero público, de todos el que han administrado mal? Mejor sería que las ayudas sirvieran para apoyar a quienes no pueden pagar sus hipotecas, ara aquellos que no tienen trabajo, para quienes muchos-demasiados, no tienen ya que comer.
Es preciso comprobar que ha sido lo que ha fallado, remediarlo y refundar comportamientos, actitudes. Hacer una Ley electoral correcta, conseguir que las Listas sean abiertas. Como dije antes refundar casi todo: desde los sindicatos -se mantienen gracias a las aportaciones del Gobierno- a los partidos políticos,
Seguramente hacen faltan murchas s»jubilaciones», acabar con la convicción de que ser político es un cargo a por vida, igual que ser funcionario o empleado de banca.
Sería higienica una mayor movilidad, y sobretodo preparación. Grandes dosis de tecnología y conocimiento pero, al alcance de todos.
También hay que explicar que los cargos públicos, los que elegimos de forma democrática, están al servició a la sociedad. Que servir a la sociedad NO es una profesión es un servicio. Es una responsabilidad temporal. Que cuando acabe su período, siempre limitado, regresará a su ocupación habitual sin prebenda alguna.
Asusta ver a los responsables políticos rodeados de aduladores, de amigos temporeros Esos si desaparecen cuando sus adulados lideres pierden el poder. Me duele comprobarlo cada vez que hay elecciones. Desaparecen…otros están siempre junto al que gana, no importa quién sea.