El “Meta-Diplomático” estadounidense James Donovan (Tom Hanks) es el protagonista de la película nominada al Oscar, “El puente de los espías”, y en la vida real el principal artífice de la liberación de cientos de presos en Cuba. Archivos secretos de la CIA y de la Casa Blanca revelan la misión de Donovan para negociar el restablecimiento de las relaciones con el gobierno de Fidel Castro, que proporcionan el telón de fondo histórico del próximo viaje de Obama a Cuba. La CIA estableció grupo de trabajo secreto para apoyar las negociaciones Donovan-Castro.

Washington DC, 26 de Febrero, 2016 – Con el apoyo encubierto de la CIA, James Donovan, la figura central en la película nominada al Oscar, “El puente de los espías”, llevó a cabo las primeras negociaciones secretas con Fidel Castro, según archivos de la Casa Blanca y de la CIA publicados hoy por el Archivo de Seguridad Nacional – que proporcionan un fundamento histórico poco conocido para el próximo viaje del presidente Obama a Cuba.
Los documentos muestran que tras la Crisis de Octubre, Donovan compartió con Fidel Castro propuestas para la mejora de las relaciones de Estados Unidos y Cuba y predijo que, con el tiempo, “se podría llegar a un acuerdo de puntos de vista”.
Dirigida por Steven Spielberg y nominada a la mejor película, mejor actor de reparto, mejor guión original y otros tres premios Oscar, que se darán a conocer el 28 de febrero, “El puente de los espías” representa en la historia de la Guerra Fría los esfuerzos tenaces de un abogado de Nueva York, James Donovan, para negociar el famoso intercambio entre el piloto Francis Gary Powers, capturado en un U-2 estadounidense en la URSS, y agente de inteligencia soviético Rudolf Abel, preso en EEUU. El dramático intercambio de febrero de 1962, en el puente berlinés de Glienicke (sito en la localidad de Potsdam, Alemania) le valió a Donovan -interpretado por el actor Tom Hanks en la película- el apelativo de “meta-diplomático”.
Sin embargo, sólo unas pocas semanas más tarde, el Fiscal General Robert Kennedy en secreto reclutó a Donovan para llevar a cabo una misión aún más dramática e igualmente digna de una película de espías de Hollywood: la negociación con Fidel Castro de la liberación de más de 1100 prisioneros tras el fracaso de la invasión de Playa Girón, apoyada por la CIA; y a partir de entonces, la liberación de unas dos docenas de ciudadanos estadounidenses encarcelados en Cuba por delitos contrarrevolucionarios, entre ellos tres miembros de la División de Servicios Técnicos de la CIA, capturados tras la instalación de dispositivos de escucha en La Habana.
La historia de la misión secreta de Donovan a Cuba se codificó en el llamado “Proyecto Mercy”, y sus extensas deliberaciones con Castro se cuenta en el libro recientemente publicado, Diplomacia encubierta con Cuba: Historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana. “En la naturaleza respetuosa de sus conversaciones”, según el libro, “Castro encontró el primer representante confiable de Estados Unidos con quien podría hablar seriamente de cómo La Habana y Washington podrían moverse hacia la restauración de la civilidad y la normalidad en medio de las ondas oscuras de Playa Girón y la crisis de los misiles cubanos.”
Después que Donovan negoció, en vísperas de la Navidad 1962, el retorno de 1113 prisioneros de Playa Girón -también obtuvo permiso de Castro para que más de 5000 miembros abandonaran la Isla-, oficiales de la CIA lo presionaron para obtener la liberación de los tres agentes encubiertos que habían sido detenidos en 1960, mientras plantaban micrófonos en el techo del edificio del servicio de noticias de China. Durante el transcurso de varias reuniones en La Habana entre enero y abril de 1963, Castro expresó un claro interés de utilizar la liberación de los prisioneros para abrir la puerta a las conversaciones para la normalización de las relaciones. Después de una reunión a finales de enero, Donovan informó a la Casa Blanca y a la CIA que el principal ayudante de Fidel “abordó el tema de restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos”.
La CIA, el Departamento de Estado y The National Security Council (NSC) trataron de influir en el presidente Kennedy sobre la respuesta que daría EE.UU. al interés de Castro en un acercamiento. Funcionarios del Departamento de Estado sugirieron que Donovan “debía ir a dar un paseo de una semana en la playa con Castro” y establecer unas no-negociables precondiciones para las conversaciones sobre la mejora de las relaciones: cortar los lazos de Cuba con la URSS, y poner fin a la interferencia cubana en otras partes de América Latina. Un memorando de la CIA titulado “Instrucciones para James Donovan” (citado en Diplomacia encubierta con Cuba) añadió que Castro “debe ser persuadido de expulsar a los comunistas de su gobierno”.
Si Castro no estaba de acuerdo con todas las exigencias de Estados Unidos, en las instrucciones propuestas de la CIA se declara que Donovan debe “mostrar a Castro una imagen… la oscura imagen que prevalecerá (con sólo un terrible resultado) si Cuba continúa siendo enemigo de los Estados Unidos.”
El presidente Kennedy, sin embargo, tomó una posición mucho más flexible. En una reunión con su asesor de seguridad nacional, McGeorge Bundy, sugirió que “no queremos presentar a Castro una condición que es evidente no puede cumplir. Debemos empezar a pensar a lo largo de las líneas más flexibles. En memorando Top Secret del 4 de marzo de 1963, Bundy informa que “el mismo Presidente está muy interesado en esto”.
De acuerdo con un documento interno de la CIA desclasificado el año pasado, la CIA desempeñó un papel importante detrás de la escena en la misión de Donovan en Cuba. El director John McCone se reunió en secreto con Donovan varias veces; McCone estableció un grupo de tareas de la CIA, con nombre en código MOISÉS, “para proporcionar apoyo encubierto a las discusiones de Donovan”, y designó un abogado de la agencia, Milán Miskovsky, como su principal gestor. (El nombre de Miskovsky aparece en el libro John McCone As Director of Central Intelligence, 1961-1965, y en muchos otros registros desclasificados de la CIA.) La CIA proporcionó a Donovan una hoja de código para las comunicaciones telefónicas y mensajes de texto mientras se encontrara en Cuba y la Florida. El nombre en clave de Fidel era “Erie”. El de Che Guevara fue “Fulton”.
McCone también actuó como intermediario clave con miembros del Congreso y las compañías farmacéuticas que contribuyeron con los medicamentos para el trueque que condujo a la liberación de la brigada que había invadido Playa Girón; la CIA creó una cuenta secreta especial de varios millones de dólares para financiar el embarque que Donovan presentaría a Fidel Castro de los productos de las compañías farmacéuticas. Al final, los fondos de la CIA fueron utilizados para pagar la comida y las medicinas enviadas a la Isla.
Durante las conversaciones, el director adjunto de la CIA anuló una propuesta del líder de Operación Mangosta, Edward Lansdale, que quería acompañar el envío con una operación clásica de propaganda negra: la impresión de la imagen de Fidel en los pliegues interiores del papel higiénico que iría con la comida y el suministro farmacéutico que negociaría Donovan a cambio de los prisioneros. De acuerdo con una nota de Lansdale citada en un documento interno, el papel higiénico adulterado trataría “realmente de conseguir [que los cubanos] se rían de Fidel”.
Cuando la Crisis de Octubre comenzó en ese mes de 1962, McCone convenció a John y a Robert Kennedy de suspender los viajes secretos de Donovan a Cuba, por temor a que la noticia de las negociaciones llegarían a la prensa; después, cuando la crisis terminó, McCone una vez más presionó a la Casa Blanca para retrasar el reinicio de las conversaciones en secreto hasta finales de noviembre.
Pero el episodio más siniestro se produjo cuando un equipo de agentes de la CIA decidió que podían utilizar el acceso único de Donovan a Fidel, para asesinar al líder cubano. Los documentos desclasificados de la CIA sólo mencionan en una nota a pie de página que “en algún momento durante las negociaciones de Donovan con Castro” varios funcionarios de la división de operaciones encubiertas “ideó un plan para utilizar a Donovan como proveedor involuntario del traje de buceo y el esnórquel contaminados con hongos (Pie de Madura) y bacterias de tuberculosis, como un regalo para Castro”. La trama se frustró cuando Miskovsky alertó a Donovan para evitar cualquier manipulación o la contaminación antes de entregar el traje a Fidel, lo que evitó que “Executive Action” –el grupo de la CIA que se encargaba de los asesinatos- pudiera llevar esto, a vías de hecho.
Durante uno de sus últimos viajes a Cuba a principios de abril de 1963, Donovan regaló a Fidel Castro un traje de neopreno y un reloj de buceo, como un gesto de confianza. “Pescaban en la Bahía de Cochinos y Castro dio una explicación en el sitio de la invasión de Playa Girón”, informó Miskovsky a McCone tras informarse con Donovan. Mientras trabajaban en los detalles finales del intercambio de los ciudadanos estadounidenses y agentes de la CIA por cuatro cubanos presos en los EE.UU, compartieron su interés en el restablecimiento de las relaciones con Washington:
“Si hubiera de comenzar una nueva relación entre los EE.UU. y Cuba”, preguntó Fidel, “¿cómo podrían llegar a entablarse y qué supuestos involucraría?”
De acuerdo con una transcripción de su interrogatorio de la CIA, Donovan respondió:
“Ahora, ¿sabes cómo los puercoespines hacen el amor? Bueno, la respuesta es, ‘con mucho cuidado’; así es como usted y los EE.UU. tendría que entrar en esto. Creo que se podría llegar a un acuerdo de puntos de vista”.
Más de medio siglo después, el presidente Obama y el presidente Raúl Castro, finalmente, han avanzado en esa “acuerdo de puntos de vista.
Donovan llevó un diario escrito de sus reuniones, llamadas telefónicas y viajes durante las negociaciones de Cuba y EEUU. Estas notas registran la evolución de los acontecimientos mientras se buscaba la liberación de los prisioneros que participaron en la invasión de Playa Girón, y luego, la de “3 hombres de la CIA.” De acuerdo con Donovan, 9.703 personas salieron de Cuba debido a sus negociaciones con Castro, entre ellas los 1.113 presos por la invasión, varias decenas de presos con ciudadanía estadounidense y miles de sus familiares.
La CIA diseñó un sistema de nombres en clave segura para comunicarse con Donovan mientras estaba en Cuba para negociar con Fidel Castro. En las conversaciones telefónicas de regreso a los EE.UU., Donovan utilizaría nombres en clave para los funcionarios cubanos; Fidel era “Erie”. Che Guevara era “Fulton”. Si Donovan se reunía con Fidel, Raúl y el Che juntos, debía referirse a ellos como “Franklin”. La palabra de código “Hamilton” significaba que las negociaciones eran “difíciles, pero progresaban” y tenía “alguna esperanza para una solución.”
A finales de septiembre de 1962, después de que Donovan viajó a Cuba para sus primeros encuentros con Castro, el presidente Kennedy se reunió con el director de la CIA, John McCone y el fiscal general Robert Kennedy para discutir cómo seguir adelante con las negociaciones para liberar a los prisioneros de Playa Girón. De acuerdo con este informe de la CIA, el Presidente estaba preocupado por el impacto político de las negociaciones en las próximas elecciones y esperaba “mantener la situación en suspenso durante las próximas seis semanas”. McCone presionó para avanzar, y Kennedy le dio instrucciones para informar el ex presidente Eisenhower y propuso presentar las negociaciones secretas como algo de la CIA, en lugar de una iniciativa de la Casa Blanca.
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